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a recepción pasó y con ella una semana en Nardinkath. Una semana donde intenté adaptarme a la escuela, las clases, los desplates de Angie cada vez que intentaba hablar con ella... Y puse todo mi empeño en hacerle creer a Korra que comenzaba a gustarme esta vida rodeada de la realeza. Cuando me cruzaba con ella por los pasillos le daba mi mejor sonrisa falsa, comencé a prestar más atención a clases para que los profesores le hablaran bien de mi comportamiento. Pero no olvidaba mi vida, mis padres y mi sueño de poder estudiar música.
Tía Sarah me prestó una de sus guitarras y todas las noches antes de dormir toco un poco para Katlin —ella dice que tengo un gran talento—, a mí eso me ayuda a liberar todo el angustiante estrés que llevo encima.
He pasado todo el día de una clase a la otra: Modales y etiqueta, Postura, Moda, Economía, —como si no hubiese tenido suficiente con las escuelas a las que me mandaba mi padre—. La clase de baile es un respiro para todos después de semejante día,