Traicionada por la Sangre
Nací en una familia pobre y de bajo rango dentro de la manada. Sin embargo, con mi propio esfuerzo, poco a poco logré ascender al puesto de Gamma.
Mis padres me decían que ya se estaban haciendo mayores y querían ver el mundo antes de que su vista les fallara. Así que, con una gran parte de mis ahorros —quinientos mil dólares —, reservé un lujoso viaje a Europa para toda la familia, incluyendo un crucero especial para ver las auroras boreales.
Sin embargo, antes de irnos, la hija biológica de mis padres se enteró del viaje planeado y anunció que vendría con nosotros.
Así descubrí que era adoptada.
Mis padres no dudaron ni un segundo. Me pidieron que cediera mi camarote en el piso superior del crucero, por el que había pagado cinco mil dólares por noche, a su hija biológica. También, dijeron que yo tenía que dormir acostada en la nieve durante la excursión al norte.
Ignoraron por completo el hecho de que tenía una condición especial que hacía que el frío extremo activaba la transformación de mi lobo de forma incontrolable, que podría provocarme la muerte.
Además, me exigieron que transfiriera todos los ahorros que me quedaban para apoyar el lujoso viaje de su hija biológica.
Pero lo peor de todo fue cuando Pedro, mi pareja de tres años, se puso a favor de ellos. El hombre al que yo había apoyado económicamente, el lobo que la Diosa misma había elegido para mí, me traicionó sin pensarlo.
Viendo cómo acabó la situación, cancelé todo el viaje a través de la agencia, tomé mi dinero y me fui a viajar por un mes para disfrutar de la vida por mi cuenta.
Ignoré todos los mensajes que me mandaban a través de la mente compartida de la manada y dejé de complacerlos en las cosas que me pedían.
Fue entonces cuando mi familia y Pedro empezaron a entrar en pánico...