Vara de Perséfone: el pacto de la luna

Vara de Perséfone: el pacto de la luna ES

Romance
Última actualización: 2025-12-28
Madic Castro   Recién actualizado
goodnovel18goodnovel
0
Reseñas insuficientes
4Capítulos
0leídos
Leer
Añadido
Resumen
Índice

Elara, una joven humana que lucha por salvar a su madre enferma, es secuestrada por Kaelan, un poderoso vampiero Alfa que descubre que su sangre es esencial para su especie. Atrapada en un mundo de lujo y oscuridad, descubre que es la "Vara de Perséfone", una figura legendaria que puede ser tanto un arma como una cura para la maldición vampírica. Mientras lucha por entender sus nuevos poderes y proteger a su madre, una atracción peligrosa crece entre ella y su captor. Con múltiples facciones buscando controlarla -el Concilio tradicionalista, el misterioso Archimago, y el traicionero Alistair- Elara debe decidir si confiar en Kaelan o escapar. Pero cuando su madre es amenazada, ambos descubrirán que sus destinos están más entrelazados de lo que imaginaban, forjando una alianza que podría cambiar el balance de poder en el mundo sobrenatural para siempre.

Leer más

Capítulo 1

El pacto de la luna

Mi nombre es Elara, y mi vida huele a desinfectante y a sueños rotos. A los veintidós años, ya he aprendido que la bondad es un lujo que pocos pueden permitirse. Trabajo como sirvienta en "La Cripta", el club nocturno más exclusivo y sombrío de la ciudad, un lugar donde la opulencia esconde podredumbre y donde personas como yo somos invisibles. O eso creía.

Esta noche, el aire está cargado de una energía extraña, más densa de lo habitual. Mientras paso el trapo sobre la barra de ébano, puliendo las cicatrices de la noche anterior, siento mi propio reflejo en el espejo: una chica delgada, con el cabello castaño recogido en un moño desaliñado y ojos que han visto demasiado para su edad. Lucho por pagar los tratamientos de mi madre, una batalla perdida contra una enfermedad implacable. Cada moneda que gano aquí es un pequeño triunfo sobre la desesperanza.

"Elara, a la suite Élite. Ahora." La voz de Bruno, el gerente, es áspera. Sus dedos se clavan en mi brazo con una urgencia que no admite discusión. "Limpia. Y no hagas contacto visual con nadie. Especialmente no con Ellos."

Un escalofrío me recorre la espalda. La suite Élite es un santuario prohibido, reservado para los dueños de este mundo y de otros más oscuros. Los rumores sobre lo que sucede allí son susurros que se ahogan en el sonido de la música.

Bruno me empuja suavemente hacia el ascensor privado, cuyas puertas son de oro bruñido. "Si sales de ahí con vida, te duplico el sueldo de la semana." Sus palabras no son un alivio, sino una confirmación de que estoy entrando en la boca del lobo.

El ascensor se desliza en silencio hasta el piso más alto. Cuando las puertas se abren, me invade una atmósfera distinta. El aire es frío, con un tenue aroma a cobre y a whisky caro. La habitación es vasta, iluminada solo por la luz de la luna llena que se filtra a través de un ventanal panorámico. Y en el centro, como tronos improvisados, hay varios sofés de cuero.

Es entonces cuando los veo.

Son tres hombres, pero la palabra "hombres" se queda corta. Son como deidades antiguas talladas en pura arrogancia y poder. Y uno de ellos… uno de ellos es el epicentro de toda la gravedad de la sala.

Está reclinado en el sofá central, con un brazo extendido sobre el respaldo. Viste un traje negro impecable que parece absorber la luz. Su cabello es tan oscuro como la medianoche, y sus ojos… Sus ojos son de un gris plateado, como la luna tras una cortina de niebla. Me observan con una intensidad que me desnuda el alma, que evalúa cada uno de mis miedos y mis secretos. Es joven, quizás no más de treinta, pero su mirada contiene siglos. Es el Alfa. Lo sé con una certeza instintiva y primitiva.

A su izquierda, un hombre de pelo rubio ceniza y una sonrisa de depredador juguetea con un cuchillo. A su derecha, otro, de facciones más severas y una presencia silenciosa y letal, bebe de una copa de cristal.

"Nueva", dice el rubio, su voz un susurro seductor y peligroso. "Huele a… desesperación con un toque de inocencia. Una combinación deliciosa."

Me obligo a bajar la mirada, recordando las órdenes de Bruno. Agarro mi cubo y mi trapo, mis manos tiemblan ligeramente. Comienzo a limpiar una mesa auxiliar, consciente de que seis ojos me siguen cada movimiento. Siento sus miradas como un peso físico, recorriendo la línea de mi cuello, la curva de mi cintura. No es una mirada vulgar; es una evaluación. La forma en que un sabueso evalúa a su presa.

"Ven aquí." La voz no es un grito, ni siquiera un mandato elevado. Es tranquila, grave, y corta el aire como un cuchillo. Es la voz del hombre de ojos grises.

Me quedo paralizada. El trapo se me escurre de los dedos y cae al suelo con un sonido húmedo.

Él no repite la orden. Solo espera. La presión en la sala aumenta hasta hacerse casi insoportable.

Con un juramento mental, doy unos pasos lentos hacia él, deteniéndome a una distancia que espero sea segura. Mantengo la vista fija en la perla de su corbata.

"Mírame." Su tono no deja lugar a dudas.

Levanto la vista y me hundo en ese gris plateado. De cerca, su poder es aún más abrumador. Hay una fuerza en él que tira de mí, una atracción magnética y repulsiva al mismo tiempo. Su belleza es perturbadora, casi sobrenatural.

"¿Cómo te llamas?" pregunta.

"Elara." Mi voz es apenas un hilo de sonido.

"Elara." Mi nombre en sus labios suena a una posesión, a un hechizo. Sonríe, una expresión fría que no alcanza sus ojos. "Tienes una deuda, pequeña humana. Una deuda con un acreedor que no muestra piedad."

El corazón me da un vuelco. ¿Cómo puede saberlo? La enfermedad de mi madre nos ha hundido en préstamos con gente peligrosa. Es mi secreto, mi cruz.

"Yo no…"

"Silencio." La palabra es un latigazo. "Tu madre, ¿verdad? Cáncer. Una enfermedad tan… mortal." Se inclina ligeramente hacia delante, y su aroma a tormenta y azabache me envuelve. "Tus deudores te han vendido a mí, Elara. Tu vida, o lo que quede de ella, ahora me pertenece."

El mundo se desmorona a mi alrededor. La sangre se hiela en mis venas. Esto no puede estar pasando.

"¿Qué?" logro balbucear.

El hombre rubio ríe suavemente. "Bienvenida al harén, corderita."

Las palabras resuenan en mi mente. Harén. Me pertenece. Mi instinto de lucha, ese que me ha mantenido con vida todos estos años, surge con ferocidad. Retrocedo un paso.

"No. No acepto esto." Mi voz tiembla, pero es firme. "No soy un objeto para comprar o vender."

Los ojos grises del Alfa brillan con algo que podría ser… diversión. O hambre.

"La valentía. Me gusta." Se levanta con una elegancia felina, tan alta que tengo que echar la cabeza hacia atrás para mantener el contacto visual. Se acerca hasta que apenas centímetros nos separan. Su energía, fría y electrizante, eriza mi piel. Levanta una mano y, con el dorso de sus dedos, acaricia mi mejilla. Su tacto es helado, como mármol en una noche de invierno, pero deja una estela de fuego a su paso.

"Tu aceptación no es un requisito, Elara. Es un hecho." Sus dedos se cierran suavemente alrededor de mi barbilla, obligándome a mantener la mirada. Sus ojos parecen brillar con una luz interior tenue y sobrenatural. "Tienes algo que yo necesito. Algo en tu sangre. Una esencia que no se encuentra en ningún otro lugar."

El rubio agrega desde su asiento, con voz burlona: "Kaelan siempre consigue lo que quiere."

Kaelan. Su nombre resuena en mi alma como una campana de funeral.

"¿Qué… qué eres?" susurro, mi valentía comenzando a resquebrajarse bajo el peso de su presencia y sus palabras enloquecedoras.

Kaelan se inclina, sus labios rozan la shell de mi oído, y su aliento gélido me hace estremecer.

"Somos el fin de tu mundo, y el comienzo de otro." Su voz es un susurro seductor y aterrador. "Y tú, pequeña y valiosa Elara, eres nuestra nueva mascota. Nuestra invitada de honor."

Sus palabras cierran un puño de hielo alrededor de mi corazón. Miro sus ojos, luego los de sus compañeros, tres depredadores que me observan como si fuera el manjar más exquisito. Esto no es solo un secuestro. Es algo más profundo, más antiguo. Algo sobrenatural.

Y cuando Kaelan sonríe, esta vez ampliamente, veo el destello fugaz de dos colmillos afilados y perfectos.

La habitación da vueltas a mi alrededor. Vampiro. Mafia. Poder infinito. Y yo, una sirvienta endeudada, estoy atrapada en el centro de su juego.

Él suelta mi barbilla, pero su mirada no me libera.

"La pregunta, Elara", dice Kaelan, su voz ahora un eco de promesas oscuras y placeres prohibidos, "no es lo que voy a hacer contigo. La verdadera pregunta es… ¿cuánto de tu alma estás dispuesta a perder antes de que empieces a disfrutarlo?"

El final de su frase cae sobre mí como una losa, dejando una incógnita aterradora y electrizante flotando en el aire helado de la suite. ¿Sobreviviré? ¿O me romperé? Y lo más inquietante de todo… ¿una parte de mí, la parte que se estremeció con su tacto, ya está deseando averiguarlo?

Desplegar
Siguiente Capítulo
Descargar

Último capítulo

Más Capítulos

Você também vai gostar de

Novelas relacionadas

Nuevas novelas de lanzamiento

Último capítulo

No hay comentarios
4 chapters
El pacto de la luna
El precio de un latido
La cena de las mentiras
El veneno y la vara
Explora y lee buenas novelas sin costo
Miles de novelas gratis en BueNovela. ¡Descarga y lee en cualquier momento!
Lee libros gratis en la app
Escanea el código para leer en la APP