Daniela López, la incordio asistente de Thomas Scott tiene un secreto que solo la gran jefa Blue Scott Soré conoce… ¿Se preguntarán cuál es no? ¿Les traigo el chisme? ¿Quieren saberlo? Naaaa mejor no se los digo. ¿Seguras que si quieren saber? Bueno, se los cuento… Nuestra querida jovencita tiene una pequeñita de dos añitos y está a punto de perderla por la forma que entró a este país. Puede haber algo peor para esta pobre alma en desgracia. Pues claro, su jefa y mentora ha hecho hasta lo imposible por ayudarla a conseguir sus papeles, pero por desgracia como Dani entró ilegal al país las cosas no han sido fáciles. Jex Lester, el guapísimo guardaespaldas, amigo y fiel compañero de Alma y Dana la está pasando mal, creyó que la mujer que había conocido sería el amor de su vida, con la cajita de Tiffany’s & co. En sus manos entra en el departamento que comparte con su chica para pedirle matrimonio, pero las copas y la botella de vino descorchada, las ropas lanzadas por todas partes y sonidos que venían de la habitación lo sacan de su ensoñación. La maldita estaba con su mejor amigo riéndose de él, la muy perra lo había utilizado para acercarse a los Scott. Dos corazones rotos, una pequeña de sonrisa vivaz y salir del problema en que ambos se encontraban metidos. ¿Matrimonio por contrato? Sí, eso era o una incipiente relación en que o ambos se matan o se enamoran. Seducción, traiciones, secretos, intrigas, mentiras y sospechas, entre giros y más giros, es lo que puedes esperar de esta divertida historia de amor en la que nada es lo que parece. Acompáñenme a descubrir qué pasará, porque por ahí dicen que siempre hay un roto para un descosido. portada Angie V. Castillo
Leer másNecesitamos huir de aquí...
—Mamá ¿Estás segura de lo que vamos a hacer?
—Por supuesto cariño, es mejor que lo hagamos de noche, así él no se dará cuenta y podremos huir sin problemas.
—Pero ¿y tu embarazo?
—Tranquila mi niña, este bebé ha pasado por peores momentos por culpa de ese hombre y no quiero que ahora se aproveche de tu inocencia.
Así era mi mamá, una mujer que por segunda vez en la vida se enamoraba de una bestia.
Salvo mi papá, los novios que tuvo eran unos verdaderos idiotas, pero el hombre que le había quitado los sueños era un verdadero mal nacido.
Habíamos dejado todo en Chile por amor. Si, por amor a ese hombre que una vez que la tuvo en su país no ha hecho más que maltratarla, golpearla y ahora, a sus siete meses de embarazo se había fijado en mí.
Ya había cumplido la mayoría de edad, pero mi cuerpo aún era el de una cría y sus constantes toqueteos y palabras sucias incrementaron con el tiempo. Hasta aquel día, en que por primera vez desde que estaba aquí no puse el seguro de mi habitación y me quedé dormida.
Desperté porque me sentía asfixiada, su cuerpo estaba sobre mí mientras me tocaba.
“Calladita y cooperando “, fue lo que me dijo. Sus sucias manos estaban en mis senos y su aliento podrido me rozaba la nariz, traté de gritar, pero no salía nada de mi boca, estaba petrificada esperando lo peor.
Por suerte mi madre se interpuso entre él y lo que me quería hacer, pues yo no fui capaz de defenderme ni de decir nada, estaba en shock y quería que el mundo me tragara…
—Mami, tengo miedo.—dije a penas en un susurro.
—Lo sé, yo también mi niña, pero debemos ser fuertes. Al otro lado, él no nos podrá hacer absolutamente nada.
Era una noche oscura a mediados de agosto, las temperaturas habían sido altísimas y acá en México el calor se sentía mucho más que en mi bella Viña del mar. Otra noche más, pero ésta sería la última. Mi mamá había urdido un plan y con una vecina que vio sus golpes consiguió unas pastillas para dormir al desgraciado de mi padrastro. El hombre era como un tanque, grande y pesado, lleno de tatuajes y según algunos metido en negocios turbios, pero cuando llegamos a México nadie nos dijo nada, fue una tarde de primavera cuando empezaron los golpes y los malos tratos. Desde ahí, mi mamá me obligaba a esconderme cada vez que llegaba drogado y, a pesar de las denuncias y quejas que había interpuesto todo quedaba en nada, pues para ellos este ser despiadado era un buen hombre y perfecto ciudadano.
Nadie creía en una extranjera que se las daba de sabelotodo y menos en una chiquilla incompetente como me hacía ver él ante los demás. Había dejado la escuela en mi país para seguir a mi única familia y, por desgracia, vivía encerrada en estas cuatro paredes porque al señor ese no le interesaba más que para ser su sirvienta y ahora, transformarme en su futura muñeca sexual.
El problema fue cuando mi mamá quedó embarazada, pues al principio aguantó sus vejámenes, pero cuando su embarazo ya fue más notorio el hombre la desechó, trajo a sus amiguitas a esta casa y delante de ellas maltrataba a mi madre y bueno a mí, tratándome como su empleada doméstica y obligándome a servirles.
Nunca me he quejado de trabajar, pero esto era imposible de tratar, el hombre era una bestia y quería que todo reluciera en su hogar, “que para eso las traje” le dijo una vez a mi mamá y ella bajó su cabeza por el miedo.
Si bien en Chile no era mucho lo que teníamos, nos daba para vivir, en nuestra Caleta Abarca lo teníamos todo, una pequeña cocinería que nos daba el sustento y una casita tranquila. Allí estuve hasta mis dieciséis, en ese maldito verano donde el mexicano vino de turista y mi madre cayó a sus pies como una vil enamorada. La convenció de venderlo todo y que nos fuéramos con él y como yo era menor de edad solo asumí y tomé mis cosas para acompañarlos. De eso ya han pasado dos años, en los que he visto y sufrido de lo indecible junto a mi mamá, pues no la dejaría sola.
Estaba encerrada en mi habitación, cuando escuché el golpe suave en mi puerta…
—Ya se durmió ¿Estás lista? — me dijo en un susurro mi mamá, para que abriera.
—Lo estoy.
—Pues vamos.
Tomamos nuestras pocas pertenencias y salimos a hurtadillas de la casa de ese animal, afuera nos esperaba Meche, la vecina y única amiga que habíamos podido hacer en este pueblo.
—Aquí tienes Sarita, con esto más lo que has juntado podrán reunirse con Miguel y pagarle, es el mejor coyote que conozco y podrá pasarlas sin ningún problema.
—Gracias Meche, no sé qué haríamos sin ti. Me faltará vida para pagar todo lo que has hecho por nosotras.
—Pues váyanse y libérense de este desgraciado, con eso me doy por pagada. Cuida mucho de tu mamá mi niña— me dice tomando mis manos y luego acariciando mi cabello—, ustedes dos junto a ese angelito deben ser libres.
—Gracias señora Meche.—me aferré a sus manos y las apreté con afecto, ella era nuestro angelito de la guarda en este pueblo infernal. Ella me miró y besó mi frente para luego hablarnos a ambas.
—Ya váyanse, les deseo lo mejor a las tres y recuerda, cuida bien de tu mamá y de tu hermanita mi niña, ellas son lo más preciado que tienes.
—Con mi vida, se lo prometo…
¿Qué mierda fue lo que pasó recién en esa habitación? ¿Por qué le dije todo eso? ¿Cree que lo que me dijo se lo dijo al stripper? ¿Por qué no le dije la verdad? ¡Ay Jex, cada día estás peor por esa chiquilla! -¡Recontra mierda! -¿Y a ti qué te pasó ahora, hermanito?- Dana me mira divertida y trae una serie de libros en sus brazos. -Finge que no me has visto, estoy cada día más loco y ya no sé que es real y que es mentira. -Bienvenido a nuestro mundo, precioso. Toma, esto es para ti. -¿Todos?- los miro con cara de me estás hueveando, ¡esto no podía ser cierto! -Toditos, ¿no que querías saber del niño mago? -Pero que me hicieras un resumen, no leerlos. -¿Me vas a decir para qué? -Necesito saber los sobre nombres de los personajes de esta historia - me encojo de hombros como puedo, pues estos benditos libros pesan y ella está dispuesta a disparar el arma imaginaria que levanta frente a mí con mi estúpida respuesta, pero desiste y vuelve a sonreír. -A bueno, si es por eso, te lo
¿Qué mierda pasó anoche? Esa es la primera pregunta que me hice al despertar esta mañana con el tremendo dolor de cabeza que me está matando en estos momentos. -¡Auch! ¿Señor qué hice? ¡Alma y Val me las van a pagar!- exclamé molesta por que al final entre tanta copita de champagne sólo recuerdo que estábamos bailando como loquillas y de ahí nada, literal se me apagó la tele... A duras penas me puse de pie y vi que en mesita de noche había un vaso de agua y unas Aspirinas. -¡Gracias, gracias a quién sea que las dejó! prometo que no bebo nunca más en mi vida.Tomé las pastillas y las coloqué en mi boca, posé en mis labios el vaso de agua y me lo tomé al seco. -Espero a que funcionen, me siento de la patada...En eso se abrió la puerta y era la señora Gloria con mi beba. -Buenas noches noviecita. -No me diga así, Glorita ¿Qué hora es? -Pues medio día. -¿Qué?- la señora Gloria se largó a reír como si le hubiera contado el mejor de los chistes y se sentó con mi beba en la cama. -
Dentro de la limosina... Sí, limosina, había una variedad de bebidas para comenzar la celebración, pero lo más chistoso fue cuando Alma y Val sacaron unas coronas que decían la novia para cada una de nosotras. Las tres nos las colocamos y sonreímos para la foto. Val me sirvió una copa de champagne para pasar los nervios y yo casi me la bebí de golpe. -Tranquila linda, bebe despacio que sino el alcohol se te subirá a las nubes. -Ya déjala mamá osa, que debe tener valor para la celebración- dijo Alma, mientras tomaba una bebida rosa-. No me mires feo, es limonada eh. Todas reímos y seguimos conversando mientras las bebidas seguían pasando como si nada. Llegamos al lugar designado y al salir noté que me había mareado, pero si solo me tomé una copita ¿o fueron dos? Val me tomó del brazo y nos adentramos al bar que estaba perfectamente decorado para la ocasión. -Pero miren que hermosas mujeres han llegado a mi humilde guarida- nos dice un caballero fornido como de la edad de don Adam
-Ay mi muñequita, no quiero saber cómo amanecerás mañana, pero lo que más me molesta es que me digas el innombrable ¿Tan mal lo estoy haciendo ante tus ojitos?Llevo a mi futura esposa en brazos, mientras habla incoherencias, ¡Es que estas locas le hicieron beber hasta el agua de los floreros! ¿cómo se les pudo ocurrir darle tanto alcohol? -No lo puedo creer, chicas. Se les pasó la mano , ya no están en edad para estos trotes- reclama Ethan sujetando a Val que está tanto o más borracha que mi muñequita. -No pensamos que se intoxicarían con champagne - reclama Sam, el artífice de todo esto junto a las hermanas del demonio, mis amigas que ahora miran con cara de compungidas. -Sam, tú sabes perfectamente cómo es Val con unos cuantos tragos encima, no me vengas con cosas- sigue reclamando el mayor de los Scott y Sam ya está que revienta. -Por eso les di champagne y no otra bebida, tarado- responde Sam con ganas de matar al único Scott que, por ahora, me cae bien. -No le digas tarado
Los días previos a la boda, por fin pude salir a la calle, aunque con el innombrable como acompañante. Según Alma y Dana teníamos que ser vistos en público como la hermosa pareja que éramos. Craso error, porque aunque salíamos juntos era como estar con una pared de concreto. Jex era el tipo más aburrido para las citas y como yo no tenía experiencia no aportaba mucho a la nueva ecuación. ¿Es que todo lo que dijo en la pedida de mano se había ido por el tacho de la basura? ¿o fue solo una buena actuación? pues no tenía ni la más reprostituta idea, pero eso era lo que estaba pasando.Por ejemplo, un día salimos en una cita de grupo (en realidad fuimos al parque de diversiones con los niños) y fue un verdadero fiasco, mientras las parejas de mis amigos se desvivían por hacerse cariñitos, el innombrable se preocupaba de hacer reír a mi bebita, con suerte y me había dado un beso en la mejilla en todo el día. Dana y Alma me reprendieron como niña chiquita por no ser capaz de demostrar algo
¡Mierda! Ahora si que estaba frito ¿Cómo iba a proponerme esta tarde a alguien que ni siquiera conozco ni me conoce? Tenía que idear un plan y aunque era un excelente estratega en las misiones, pero esto era más que sacar a un rehén o desactivar una bomba, pero esta misión sería de vida o muerte. Salí con Sarita de la emboscada que me tenían los Scott, pues ya me estaba asfixiando y respiré hondo. -¿Sarita tú te quieres casar conmigo?- le pregunto a mi mini muñequita de porcelana que me mira y sonríe.-¡Jez papi, shi! -Abrí los ojos como platos, ¡¡Sarita me dijo papi!! ¡Dios! No me la merecía, por mi culpa ella está metida en este problema, pero ¿cómo no amar a esta pequeña? y me dijo ¡¡¡papi!!!-¿Quieres que sea tu papi Sarita? -obvio te dijo papi.-Shi, mami y papi Jez. Sadita filiz. -Yo también quiero que seas feliz mi pequeña muñequita hermosa- la abracé y llené de besos, para luego salir al vestíbulo de la casa de mis jefes. Hoy sería un día extraño...Tomé una de las camionet
Último capítulo