Mi nombre es Keila, me quede muy joven huérfana y aunque al morir mis padres en un accidente de tráfico, me quedé completamente sola ya que no tenia mas familia, además sin dinero para salir adelante, me tuve que poner a trabajar de niñera en la mansión de unos señores de la alta sociedad ahorrando todo lo que podía para poder marcharme, ya que el señor y dueño de la casa, no dejaba de acosarme.Tengo veinte años y después de marcharme de aquella casa, me encontré por casualidad mientras iba repartiendo mis curriculums, con Alicia, una amiga de la infancia que más que amiga fuimos hermanas cuando éramos niñas. Ha pasado ya tiempo que abandoné aquella casa donde trabajaba de niñera y aun sigo buscando trabajo, aunque lo último que hice fue de camarera en un mesón, aunque me echaron cuando empezaron los dolores del parto, así que tuve que marcharme, pues en el mesón donde estaba el jefe no quería que trabajaran mamas con bebes y yo no podía dejar a mi hijo con nadie, ya que aunque vivía con mi amiga en su casa, ella también trabajaba. Así que aquel fue el motivo de la decisión drástica que tomé, aunque pasé noches llorando y escuchando a Alicia sus reproches. Deje a mi hijo en una casa nido para su adopción hasta que yo estuviera recuperada y pudiera intentar recuperar a mi bebe. Pero la vida a veces te da sorpresas que no esperas ya que encontré trabajo de niñera en la casa de un importante CEO. ¿Qué sucederá entre mi jefe y la niñera?¿habrá romance, o Keira huira otra vez?¿De quién será el niño que ella tiene que cuidar? ya que el hijo del CEO, es adoptado.
Leer másEstaba en una sala de juntas de la empresa O”Brien Corporation, junto con según me dijo que se llamaba Alfred, uno de los abogados de esa empresa esperando a que viniera el CEO para hacerme la entrevista, ya que necesitaban una niñera con experiencia y tuve la suerte de que el dia anterior me llamaron para que me presentara aquel dia.
— Señorita Donovan, ¿desea que le traiga agua o algún refresco mientras esperamos al señor O”Brien? — me pregunto aquel amable hombre.
—- No gracias, solo estoy algo nerviosa, estos días es muy difícil encontrar algún tipo de trabajo — respondí nerviosa, mientras cruzaba los dedos de mi mano.
Mire mi reloj varias veces, fijandome en que el tiempo iba pasando muy deprisa y el CEO de aquella empresa no aparecia, haciéndome pensar en que, si se había echado para atrás o ya tendria alguna niñera y por eso no se presentaba en aquella sala, aunque sabía por mi anterior experiencia como niñera de la mansión donde estuve, que la gente que tiene mucho dinero le gusta ser algo excéntrica y hacer esperar a los que trabajan para ellos. En las entrevistas que tuve con anterioridad tuve que lidiar con personas ricas que tenían obras de arte o decoraciones que se notaba que no tenía mucho valor, aunque las mujeres siempre las vi con joyas y vestidos de las diseñadoras más importantes.
Sin embargo en aquella sala de juntas de uno de los hombres más millonarios del país, le faltaba algo de calor ya que no habían cuadros ni decoraciones de ningún estilo que lo hiciera más acogedor.
El abogado que esperaba conmigo al señor O'Brien me estuvo comentando un poco de cómo el Ceo se hizo famoso y rico, ya que según me dijo, cuando el CEO era tan solo un adolescente recién salido de la Universidad, los productos que utilizaba para la gran Banca, lo había hecho millonario y sus eficientes fusiones con varios empresarios lo habían convertido en un gran presidente, así como un excelente ejecutivo y socio de varias empresas importantes, aunque hay no termino, ya que logró expandir su empresa por los más importantes mercados de la informática, que es eso a lo que la empresa del CEO se dedicaba, Situándose la empresa O”Brien, en uno de los más imponentes rascacielos de Nueva York. También me comentó Alfred el abogado, que su cliente tenía treinta y cinco años, y vivía en una zona muy privilegiada del centro de la ciudad con su hijo y sus sirvientes en una casa que él mismo renovó con mucho estilo.
Me volvi a acomodar en la silla donde estaba sentada, ya que me estaba molestando la falda de tubo que me puse para la entrevista al ser tan estrecha, dejando encima de aquella mesa el currículum que tenía en mis manos ya que estaba sudando y no quería que se estropeara aquel documento.
—- Señorita Donovan, no quiero asustarla, pero le debo de advertir, que el señor Mario O”Brien, no va a intentar nada por agradarle, pero también le tengo que decir que es un hombre muy apuesto, acostumbrado a ser el centro de atención en todos los eventos , fiestas y reuniones donde se presenta, las mujeres se le echan encima con solo mover un dedo, si no fuera porque es demasiado severo y serio ya que mi cliente habla muy poco pero es un gran observador. — me dijo Alfred, haciéndome sentir algo incómodo, ya que yo iba a trabajar cuidando a su hijo y no tenía la intención de llevarme al jefe a la cama.
De pronto escuchamos como se abría la puerta de aquella Sala levantandome de pronto por si era el CEO el que había entrado para saludarlo, pero se acercó un hombre algo joven hacia donde yo estaba ofreciendome su mano mientras sonreía.
—- Siento si la he asustado señorita Donovan, me llamo Reed y soy el asistente del señor O”Brien, – se presentó con una voz algo juvenil— solo he venido para comunicarle que mi jefe llega enseguida — me dijo sin dejar de sonreír, volviendo a sentarme en el sillón donde estaba.
—- Alfred, la reunión del jefe se ha alargado un poco más de lo esperado — dijo Reed al abogado, mientras dejaba un maletín encima de la mesa
Reed abrió su maletín sacando de él unos documentos y varias carpetas con papeles sueltos, dejándolos encima de la mesa enfrente de mi.
— Señorita Donovan, tengo aquí mismo un contrato de confidencialidad que podemos ahora repasar mientras esperamos a que el señor O'Brien venga, ¿le parece bien? —- me pregunto
Aunque no me sorprendió, ya que pensé que el CEO sería un hombre algo excéntrico y quería guardar su vida personal asegurándose de que yo no iba a decirle a nadie de lo que vivía en su casa, asegurándose con ese documento confidencial de que no lo haría.
Sonreí al señor Reed, ya que no me sorprendió que me hicieran firmar aquel documento, y es que sabía que la gente importante procuraba proteger su identidad ante cualquier evento que le pudiera perjudicar
— De acuerdo señor Reed, ¿donde tengo que firmar? — pregunte muy segura de mi misma
—- Señorita Donovan, le voy a leer primero las cláusulas, ya que estas, la obliga tanto a usted como a mi jefe a mantener en secreto todo lo que en esta reunión se comente, los documentos y toda la información o conversaciones futuras relacionadas con el asunto que les concierne a los dos—- Dijo Reed, apoyando sus manos en la mesa mientras nos mirábamos.
Al día siguiente, me desperté escuchando la melodía de mi teléfono, lo cogi y vi que era de la empresa del Ceo los que me estaban llamando, enseguida me senté en la cama para responder a la llamada.—- Buenos días señorita Donovan soy Reed el asistente del señor O'Brien mi jefe desea verla dentro de una hora en su despacho, vamos a ultimar las condiciones de su contrato —- me dijo aquel hombre.—- De acuerdo señor Reed, dentro de una hora estaré en la empresa del señor O”Brien, gracias por llamar — le dije.—- Muy bien, el chofer irá a recogerla y no se preocupe que se acuerda muy bien de donde vive usted, la esperamos entonces, buenos días. — me dijo antes de terminar la llamada.Enseguida me levanté de la cama, me duche y me fui hacia la cocina para prepararme una taza de café, viendo como mi amiga ya estaba sentada alrededor de la mesa desayunando.—- Buenos días Keira, he escuchado como te llamaban, ¿buenas noticias? — me pregunto.— Era el asistente, dentro de una hora quiere que
Cuando sali del ascensor y fui a la calle, me pude dar cuenta de la gran limusina que esperaba fuera en la calle, manteniendo una de las puertas abiertas, un hombre vestido con un traje negro y un gorro en su cabeza sonriendome mientras me iba acercando al vehiculo.— Buenos días señorita Donovan, me llamo Luis y mi jefe me ha dado instrucciones muy claras ¿dónde desea que la lleve? — me preguntoSin dejar de sonreír, le comente la calle donde tenía que llevarme, subí a aquel precioso vehículo, sentandome en el sofá cómodo mientras el chofer cerraba la puerta del vehículo, lo rodeo subiendo él al asiento del conductor. Una vez que llegamos a la dirección que le indique, el chofer me abrió la puerta, baje de la limusina, le di las gracias acercandome a la puerta de la casa de mi amiga. Pero nada más entrar en la casa, me dio la risa al ver a mi amiga y a Dany mirando por la ventana con la boca abierta, mirándonos después los tres.—- Tia, vaya modelito de limusina que tiene el señor
De pronto aparte mi mirada del niño fijandome en el CEO, ya que tenia puesta una camisa blanca desabrochada de dos botones, justa sobre sus fuertes pectorales y sus bien formados brazos, teniendo las mangas de su camisa subidas hasta sus codos, unos pantalones de color azul. Estaba de pie junto a su mesa, con las manos dentro de los bolsillos de su pantalón, mirándonos los dos fijamente a los ojos .Nos estrechamos las manos, sintiendo la calidez de su piel, mientras le sonreía. Él me miró detenidamente, haciendo que mi cuerpo temblara, haciendo un gesto con su mano para que me sentara en uno de los sillones que había enfrente de su mesa, rodeandolo el seguidamente para sentarse en su gran sillón.—- Señor O”Brien, quería darle las gracias por recibirme en su empresa, espero que sea la adecuada para cuidar de su hijo — le dije algo nerviosa.Nada más terminar de hablar, noté como una mano pequeña me daba palmaditas en mi hombro, giré la cabeza viendo al niño detrás de mí sonriéndome.
Jerry me ofreció su tarjeta después de estrecharnos la mano, guardandola en el bolso que tenía encima de aquella imponente mesa.—- Seguramente tendremos que vernos con frecuencia después de la reunión a parte de que me gustaría que nos conozca a todos, por si necesitara cualquier cosa —- me dijo.— Muchas gracias, pero estoy deseando que acabe todo esto, y así poder conocer al hijo del señor O”Brien, que es por eso por lo que esperaba esta entrevista con su jefe — comente poniendome aun mas nerviosa.De pronto, el Ceo terminó de hablar con aquella persona, entró en la sala sentándose a la cabecera de la mesa, saludando con cierta frialdad.—- Buenos días señorita Donovan, espero que no se haya aburrido mucho y que mi asistente le haya atendido como se merece — me dijo el CEO muy serio.Nos quedamos los dos mirándonos fijamente a los ojos ya que trataba de leerle alguna expresión en su rostro, sin conseguir absolutamente nada.—- Muchas gracias señor, pero esperaba que sería solamente
Me quedé mirando fijamente al asistente del Ceo, ya que tenía una voz suave y calmada, aunque no parecía que estuviera muy seguro de lo que me estaba comentando, lo que le daba una especie de calidez lo que me hacía sentirme algo más segura y darme algo de confianza por si debía decir algo que me estuviera incomodando. Cogi el documento y con un pulso firme, estampe mi firma ante la mirada simpática de Reed, mientras me seguía hablando —- Quiero que advertirle señorita Donovan, que mi jefe la llevara a los tribunales si usted incumpliera lo terminos de esta cláusula, ya que en esta reunión se van a entablar asuntos que son personales y sensibles, pero también podrían dañar la reputación de mi jefe y por supuesto la de usted, quiero que eso lo tenga muy presente Keira — me dijo haciendo después una pequeña pausa— con lo que le he dicho es, que usted puede ir a la cárcel si comparte el más mínimo detalle de esta reunión o de los documentos que acaba de firmar, por supuesto que habra d
Estaba en una sala de juntas de la empresa O”Brien Corporation, junto con según me dijo que se llamaba Alfred, uno de los abogados de esa empresa esperando a que viniera el CEO para hacerme la entrevista, ya que necesitaban una niñera con experiencia y tuve la suerte de que el dia anterior me llamaron para que me presentara aquel dia.— Señorita Donovan, ¿desea que le traiga agua o algún refresco mientras esperamos al señor O”Brien? — me pregunto aquel amable hombre.—- No gracias, solo estoy algo nerviosa, estos días es muy difícil encontrar algún tipo de trabajo — respondí nerviosa, mientras cruzaba los dedos de mi mano.Mire mi reloj varias veces, fijandome en que el tiempo iba pasando muy deprisa y el CEO de aquella empresa no aparecia, haciéndome pensar en que, si se había echado para atrás o ya tendria alguna niñera y por eso no se presentaba en aquella sala, aunque sabía por mi anterior experiencia como niñera de la mansión donde estuve, que la gente que tiene mucho dinero le
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