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6/ ACEPTANDO CONDICIONES

Al día siguiente, me desperté escuchando la melodía de mi teléfono, lo cogi y vi que era de la empresa del Ceo los que me estaban llamando, enseguida me senté en la cama para responder a la llamada.

—- Buenos días señorita Donovan soy Reed el asistente del señor O'Brien mi jefe desea verla dentro de una hora en su despacho, vamos a ultimar las condiciones de su contrato —- me dijo aquel hombre.

—- De acuerdo señor Reed, dentro de una hora estaré en la empresa del señor O”Brien, gracias por llamar — le dije.

—- Muy bien, el chofer irá a recogerla y no se preocupe que se acuerda muy bien de donde vive usted, la esperamos entonces, buenos días. — me dijo antes de terminar la llamada.

Enseguida me levanté de la cama, me duche y me fui hacia la cocina para prepararme una taza de café, viendo como mi amiga ya estaba sentada alrededor de la mesa desayunando.

—- Buenos días Keira, he escuchado como te llamaban, ¿buenas noticias? — me pregunto.

— Era el asistente, dentro de una hora quiere que esté en la empresa O”Brien, viene la limusina a recogerme — le dije mientras me preparaba la taza con el café, sentandome al lado suyo.

—- Me alegro mucho por ti, después de lo mal que lo has pasado, por fin te viene algo bueno, y hablando de bueno, me marcho ya que no quiero llegar tarde a la tienda, mi jefa ya sabes que es muy exigente con los horarios, buena suerte cielo —- me dijo mi amiga, mientras nos abrazamos las dos.

Ese dia, me puse un vestido no muy ajustado, ya que no quería parecer una descarada, cuando iba a coger mi bolso escuche el timbre de la casa, me acerque a la puerta para abrir y ver quien era, viendo al chofer detrás de ella, como siempre sonriendo.

— Buenos días señorita Donovan, ¿preparada para marcharnos? —- me pregunto.

— Si gracias, cojo mi bolso y ya nos podemos marchar — le dije, cogi mi bolso y cerre la puerta, sentandome dentro de aquel majestuoso vehículo cuando el chofer abrió la puerta.

Nada más aparcar el chofer la limusina en el garaje, me abrió la puerta para que me bajara del vehículo, acercandome después hacia la zona de los ascensores y subir a la planta treinta donde ya me estaban esperando Alfred el abogado y junto a él, Reed el asistente.

—- Buenos días señorita Donovan, por favor entremos en el despacho de mi cliente para ultimar su contrato como niñera del pequeño Lucas — me dijo Alfred, estrechando mi mano para después señalarme el camino hacia el despacho.

Una vez que entramos, nos saludamos el Ceo y yo, sentandonos ambos en sendos sillones, extendiendo el asistente en la mesa, una carpeta abierta donde habían algunos documentos legales

— Señorita Donovan, ayer mi cliente la estuvo observando cómo usted trata al hijo del señor O”Brien y eso a mi cliente le gusto mucho igual que al pequeño Lucas que no hace más que preguntar por usted, así que quiero ser el primero en felicitarla y decirle que a partir de hoy, será la niñera de Lucas y deberá como usted comprenderá los motivos, vivir en la casa de mi cliente — me dijo Alfred, sintiendo como mi corazón palpitaba tanto que parecía que se me iba a salir del pecho.

—- Muchas gracias por elegirme como la niñera de su hijo, no sabe lo feliz que me hace señor O”Brien, además de que tiene un hijo encantador que se hace querer ya que es muy dulce, simpática y está muy bien educado —- le dije, notando una pequeña lagrima caer por mi mejilla de felicidad.

— Gracias, pero hay otra cosa mas que mi cliente desearía comentarle y es que hay ciertas condiciones que usted debe de cumplir —me dijo quedándome algo confusa— como sabrá y mi cliente no se lo habra comentado, pero es viudo, así que el pequeño Lucas es huérfano de madre, y _____  no lo dejó terminar de hablar el CEO.

—- Señorita Donovan, lo que queremos decirle es, que delante de la gente, tanto en fiestas como en viajes o eventos, usted deberá cumplir como mi esposa, pero tendría que firmar un contrato matrimonial conmigo.--- me dijo el CEO.

— Yo en principio creía que solo estaba aquí para  la entrevista como niñera, aunque al comentarme que debo ser su acompañante en eventos al principio me pareció una broma de mal gusto, pero ya le comente que acepto esa condición, ya que necesito el trabajo  — le dije algo aturdida.

—- Señorita Donovan, yo no suelo bromear, si usted no lo considera adecuado, simplemente puedo buscar a otra niñera, a usted se le pagará lo estipulado por las molestias que le haya podido causar y nunca más volveré a molestarte, ¿que me dice? — me dijo muy serio el CEO

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