5/ ESPERANDO

Cuando salí del ascensor y fui a la calle, me pude dar cuenta de la gran limusina que esperaba fuera en la calle, manteniendo una de las puertas abiertas, un hombre vestido con un traje negro y un gorro en su cabeza sonriéndome mientras me iba acercando al vehículo. 

—Buenos días señorita Donovan, me llamo Luis y mi jefe me ha dado instrucciones muy claras ¿dónde desea que la lleve? —Me preguntó. 

Sin dejar de sonreír, le comente la calle donde tenía que llevarme, subí a aquel precioso vehículo, sentándome en el sofá cómodo mientras el chofer cerraba la puerta del vehículo, lo rodeó subiendo él al asiento del conductor. Una vez que llegamos a la dirección que le indique, el chofer me abrió la puerta, baje de la limusina, le di las gracias acercándome a la puerta de la casa de mi amiga. Pero nada más entrar en la casa, me dio la risa al ver a mi amiga y a Dany mirando por la ventana con la boca abierta, mirándonos después los tres y riendo a carcajadas. 

—Tia, vaya modelito de limusina que tiene el señor millonario, ay madre quién lo pudiera meter en su cama a ese ricachón —dijo Dany, haciendo gestos exagerados con su rostro y sus manos.

—No es para tanto, solo es una limusina que tienen los que son multimillonarios, Dany. Nosotros, los pobres, con un cochecito pequeño que nos lleve donde queremos ir, nos conformamos —intervino entonces, mi amiga 

Mientras estábamos sentados los tres en la mesa, cenando, mi amiga me hizo varias preguntas, de las cuales algunas de ellas yo no podía responder por el acuerdo de confidencialidad que tuve que firmar en aquella sala. 

—¿No te ha explicado porque han insistido tanto en hacer ese trato tan incómodo contigo? —preguntó mi amiga. 

—No, ninguno de sus abogados, ni él mismo CEO me ha dicho nada, —respondí. 

—Seguramente te estarán investigando, solo fuiste para hacer la entrevista como niñera, no lo entiendo Keira y lo sorprendente es que aún no te ha dicho si te acepta como niñera para su hijo —comentó en tono suspicaz. 

—Hoy he conocido al pequeño, es guapísimo, muy simpático y tiene buenos modales, le he dado una chuche y me ha dado las gracias, es muy gracioso —Le comente. 

—Ay nena, que el puesto ya es tuyo, espero que algún día podamos ir a visitarte y que nos puedas presentar a ese hombretón —respondió Dany, sin dejar de mover sus manos y gesticular exageradamente. 

—No lo se Dany, el señor O'Brien, debe de tener una agenda demasiado apretada y creo que está acostumbrado a que la gente se adapte a sus horarios y a su trabajo, en vez de ser al revés —respondí mientras bebía un sorbo de agua. No podía comentar nada aunque ellos fuesen mis amigos.

—Venga nena, dinos cómo es ese millonario en persona, debe ser imponente —comentó Dany, haciéndonos reír. 

—A ti solo te interesa ese hombretón Dany, deja a Keira tranquila que estará cansada y nerviosa, ya lo conocemos aunque sea por internet —nuevamente Alicia habló tratando de controlarlo. 

—Solo quiero saber si está tan bueno como he escuchado, deja que mis aptitudes de gay sueñen con él, mala persona —dijo Dany muy enfadado con Alicia. 

—Solo os puedo decir, que las fotos que hay en internet no le hacen justicia, ya que es mucho mas alto, tiene el cabello ondulado y muy negro, pero sus ojos son –explosivos– podría decir, cuando te mira fijamente, te incomoda por una parte, pero también te sientes altamente excitada —dije sonriendo 

—¿No le has visto nada más que eso? tiene que ser de esos, que te dejan sin aliento después de… ¡Ay, tonta! no me pegues, mala mujer —dijo Dany al recibir una cachetada de mi amiga mientras nos estábamos riendo. 

—No me fije en esas cosas Dany, sólo espero que me llame pronto y poder trabajar, ese niño me ha enamorado y creo que nos vamos a llevar muy bien los dos —respondí— y además ya estaba muy nerviosa y algo desconcertada por tantas entrevistas. 

—-Es normal Keira, vas a cuidar al hijo de un multimillonario y pocas niñas tendrán ese privilegio, aunque estoy segura de que hay muchas de esas mujeres, les gustaría estar en tu piel —Me dijo mi amiga. 

—Bueno creo que me voy a ir a dormir, espero que mañana me llamen para empezar a trabajar, estoy cansada de tantas reuniones con esos hombres —Comenté. 

—Eso tú acuéstate y descansa, pero no sueñes con mi hombretón, y no te preocupes que, entre los dos recogemos la cocina, ¿vale? —Me dijo Dany, algo molesto.

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