SIEMPRE JUNTOS
SIEMPRE JUNTOS
Por: AZAHARA
1/ LA ENTREVISTA

Estaba en una sala de juntas de la empresa O”Brien Corporation, junto con según me dijo que se llamaba Alfred, uno de los abogados de esa empresa esperando a que viniera el CEO para hacerme la entrevista, ya que necesitaban una niñera con experiencia y tuve la suerte de que el dia anterior me llamaron para que me presentara aquel dia.

— Señorita Donovan, ¿desea que le traiga agua o algún refresco mientras esperamos al señor O”Brien? — me pregunto aquel amable hombre.

—- No gracias, solo estoy algo nerviosa, estos días es muy difícil encontrar algún tipo de trabajo — respondí nerviosa, mientras cruzaba los dedos de mi mano.

Mire mi reloj varias veces, fijandome en que el tiempo iba pasando muy deprisa y el CEO de aquella empresa no aparecia, haciéndome pensar en que, si se había echado para atrás o ya tendria alguna niñera y por  eso no se presentaba en aquella sala, aunque sabía por mi anterior experiencia como niñera de la mansión donde estuve, que la gente que tiene mucho dinero le gusta ser algo excéntrica y hacer esperar a los que trabajan para ellos. En las entrevistas que tuve con anterioridad tuve que lidiar con personas ricas que tenían obras de arte o decoraciones que se notaba que no tenía mucho valor, aunque las mujeres siempre las vi con joyas y vestidos de las diseñadoras más importantes.

Sin embargo en aquella sala de juntas de uno de los hombres más millonarios del país, le faltaba algo de calor ya que no habían cuadros ni decoraciones de ningún estilo que lo hiciera más acogedor.

El abogado que esperaba conmigo al señor O'Brien me estuvo comentando un poco de cómo el Ceo se hizo famoso y rico, ya que según me dijo, cuando el CEO era tan solo un adolescente recién salido de la Universidad, los productos que utilizaba para la gran Banca, lo había hecho millonario y sus eficientes fusiones con varios empresarios lo habían convertido en un gran presidente, así como un excelente ejecutivo y socio de varias empresas importantes, aunque hay no termino, ya que logró expandir su empresa por los más importantes mercados de la informática, que es eso a lo que la empresa del CEO se dedicaba, Situándose la empresa O”Brien, en uno de los más imponentes rascacielos de Nueva York. También me comentó Alfred el abogado, que su cliente tenía treinta y cinco años, y vivía en una zona muy privilegiada del centro de la ciudad con su hijo y sus sirvientes en una casa que él mismo renovó con mucho estilo. 

Me volvi a acomodar en la silla donde estaba sentada, ya que me estaba molestando la falda de tubo que me puse para la entrevista al ser tan estrecha, dejando encima de aquella mesa el currículum que tenía en mis manos ya que estaba sudando y no quería que se estropeara  aquel documento.

—- Señorita Donovan, no quiero asustarla, pero le debo de advertir, que el señor Mario O”Brien, no va a intentar nada por agradarle, pero también le tengo que decir que es un hombre muy apuesto, acostumbrado a ser el centro de atención en todos los eventos , fiestas y reuniones donde se presenta, las mujeres se le echan encima con solo mover un dedo, si no fuera porque es demasiado severo y serio ya que mi cliente habla muy poco pero es un gran observador. — me dijo Alfred, haciéndome sentir algo incómodo, ya que yo iba a trabajar cuidando a su hijo y no tenía la intención de llevarme al jefe a la cama.

De pronto escuchamos como se abría la puerta de aquella Sala levantandome de pronto por si era el CEO el que había entrado para saludarlo, pero se acercó un hombre algo joven hacia donde yo estaba ofreciendome su mano mientras sonreía.

—- Siento si la he asustado señorita Donovan, me llamo Reed y soy el asistente del señor O”Brien, – se presentó con una voz algo juvenil—  solo he venido para comunicarle que mi jefe llega enseguida — me dijo sin dejar de sonreír, volviendo a sentarme en el sillón donde estaba.

—- Alfred, la reunión del jefe se ha alargado un poco más de lo esperado — dijo Reed al abogado, mientras dejaba un maletín encima de la mesa

Reed abrió su maletín sacando de él unos documentos y varias carpetas con papeles sueltos, dejándolos encima de  la mesa enfrente de mi.

— Señorita Donovan, tengo aquí mismo un contrato de confidencialidad que podemos ahora repasar mientras esperamos a que el señor O'Brien venga, ¿le parece bien? —- me pregunto

Aunque no me sorprendió, ya que pensé que el CEO sería un hombre algo excéntrico y quería guardar su vida personal asegurándose de que yo no iba a decirle a nadie de lo que vivía en su casa, asegurándose con ese documento confidencial de que no lo haría.

Sonreí al señor Reed, ya que no me sorprendió que me hicieran firmar aquel documento, y es que sabía que la gente importante procuraba proteger su identidad ante cualquier evento que le pudiera perjudicar

— De acuerdo señor Reed, ¿donde tengo que firmar? — pregunte muy segura de mi misma

—- Señorita Donovan, le voy a leer primero las cláusulas, ya que estas, la obliga tanto a usted como a mi jefe a mantener en secreto todo lo que en esta reunión se comente, los documentos y toda la información o conversaciones futuras relacionadas con el asunto que les concierne a los dos—- Dijo Reed, apoyando sus manos en la mesa mientras nos mirábamos.

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