Ella le entregó tres años de su vida, pero él le devolvió a cambio, los papeles de divorcio. *** Gracia Navarro siempre había amado a Esteban Calderón, el multimillonario exitoso prometido de su hermana. Cuando su hermana huyó justo el día de la boda, Gracia tomó su lugar y se convirtió en la esposa de Esteban. Le entregó tres preciosos años de su vida, solo para que él le entregara los papeles de divorcio justo después del regreso de su hermana. Después de que su confianza se hizo pedazos y perder lo que más amaba, juró vengarse de su exesposo y su manipuladora hermana. En su búsqueda de venganza, se encuentra con otro hombre que encendió una pasión en sus venas que la dejó sin aliento y retorciéndose. ¿Qué pasaría cuando Esteban descubriera que su esposa estaba pasando a otro multimillonario exitoso más rápido que la velocidad de la luz? ¿La dejaría ir o la retendría para toda la eternidad?
Leer másGracia—Cinco días Después...Carmen no entró ese día. Se marchó después de escuchar lo que dije porque eso la satisfizo, simplemente lo supe.Sin embargo, Tristán se quedó en silencio. No me dijo nada, pero tampoco me dejó sola.Los médicos dijeron que tenía que quedarme una semana en el hospital y durante ese tiempo, Tristán se negó a pasar ninguna noche en casa. Iba a su oficina, terminaba el trabajo y a veces, Lucas incluso le traía su ropa y documentos a la habitación del hospital para que pudiera trabajar desde allí. La mayor parte del tiempo me molestaba su presencia, pero no rompí el silencio entre nosotros.Le dije todo aquello y él no respondió absolutamente nada. Su silencio se sentía como un desafío que declaraba "Aléjame de ti si puedes", y eso me frustraba.Por las noches, Tristán dormía en el sofá y me acosaba todo el tiempo. Ya no sabía cómo quitármelo de encima.—¿Cómo te sientes hoy, Gracia? —El médico entró en la habitación y me sacó del trance.—Como siempre, doctor
—Estás herida por mi culpa. —Susurró aturdido.—Estoy bien. —Le respondí en voz baja, encontrando difícil suprimir el dolor.Cuando el coche arrancó y su calidez me envolvió, me rendí al agotamiento.***Al despertar, un familiar techo blanco me devolvía la mirada. Mi cerebro registró que estaba en el hospital más rápido de lo que debía y el pánico casi burbujeaba dentro de mi pecho.Mi cuerpo dolía y me sentía desorientada mientras me incorporaba lentamente, haciendo una mueca por el dolor que se extendía por mis extremidades.Tristán estaba sentado junto a mi cama, su rostro era una máscara de preocupación y alivio. Sus ojos estaban enrojecidos, y había una expresión de profundo agotamiento grabada en sus facciones.Cuando me vio moverme, su mirada se suavizó y se acercó más, tomando mi mano entre las suyas.Todo eso se sentía tan extraño, justo como aquella noche. No sabía cómo lidiar con todo eso. Una parte de mí sabía que eso estaba mal. Le prometí a Carmen que dejaría a su hijo e
GraciaLos brazos de Tristán se estrecharon alrededor de mí, atrayéndome hacia él, con su aliento cálido contra mi oreja.Intenté ver qué había sucedido, quién había recibido el disparo, pero Tristán no me lo permitió.—Quédate quieta —susurró—. Solo quédate así.Respiré su perfume masculino y sentí su corazón latiendo en sincronía con el mío.Parecía que el caos había terminado y ahora estaba a salvo, nada más iba a suceder.Jadeé contra su pecho y cerré los ojos. El dolor en mi cuerpo comenzaba a registrarse lentamente en mi cabeza y...Dolía como el infierno.Escuché pasos apresurados a mi alrededor, así que abrí los ojos y saqué mi cabeza del pecho de Tristán con fuerza.El hombre enmascarado cojeaba hacia el otro lado del almacén, donde Esteban iba tras él, con su arma levantada apuntando a la espalda del hombre.Mi corazón se hundió cuando sonó otro disparo. La bala se alojó en la espalda del hombre y este cayó al suelo, con un charco de sangre formándose alrededor de su cuerpo s
El miedo me congeló y mi corazón se aceleró mientras él presionaba la pistola con más fuerza contra mi piel. Intenté calmarme, pero el terror era abrumador. Eso era todo. Así era como moriría después de todo lo que sobreviví, después de haber recuperado mis ganas de vivir.—¡Suelten sus armas o ella muere! —Gruñó peligrosamente el hombre enmascarado.Mis ojos se encontraron con la mirada asesina de Esteban. Tenía una pistola en la mano, y era la primera vez en mi vida que lo veía con una.Las palabras de Tristán seguían resonando en mi cabeza. "Se necesita cierto tipo de crueldad para llegar a donde él está hoy".—¡Háganlo ahora mismo, maldita sea! —Hubo otro empujón de la pistola contra mi cabeza, por lo que jadee.—Esteban.Al instante, Esteban dejó de mirar con furia al hombre detrás de mí y dirigió su mirada hacia mí. Sus ojos se suavizaron, la preocupación nublaba su mirada.—Estoy aquí para ti. No dejaré que nadie te haga daño. —Dijo, con voz suave.Un nudo obstruía mi garganta y
GraciaEn la vida...Siempre me encontraba sorprendida por pequeñas cosas.Cualquier verdad, cualquier secreto, cualquier incidente podía dejarme inmóvil o hacerme entrar en pánico, y la conmoción se apoderaba de mí.Pero mientras la llamada se desconectaba y la risa de Rodrigo se filtraba a través del altavoz del otro teléfono...Me costó sentirme sorprendida."Es amor", dijo. "No puedo olvidarte porque..."Me amaba.Debí haber estado en shock y negación ante esa confesión que llegó tan repentinamente, pero no lo estaba.En cambio, mi corazón latía con fuerza dentro de mi pecho, intentando escapar de mi caja torácica.Era como si supiera que me amaba, pero antes no pudiera creerlo, y ahora sí. Porque dijo que me amaba.Los hombres enmascarados nos dejaron en nuestro estado y se retiraron a una esquina, sentándose en una mesa para jugar póker.Tristán dijo que vendría pronto. Y le creí. Por eso... me quedé quieta y observé a Celeste.El aire frío y húmedo del almacén mordía mi piel, em
TristánContemplé a las personas sentadas alrededor de la mesa de conferencias, todas esperaban que comenzara a hablar o les diera la oportunidad de intervenir.Pero no podía hacer nada, solo miraba fijamente la pantalla de mi teléfono.Habían pasado tres días, tres días desde que fracasé en proteger a Gracia y ella desapareció.Un fracaso más.Otra persona que me importaba se había ido.Sabía quién lo había hecho, pero estaba allí sentado como un idiota, en lugar de poner el mundo patas arriba para encontrarla y traerla de vuelta a mi lado.El pánico amenazaba con subir por mi garganta, pero lo reprimí, ocultándolo detrás de una fachada de indiferencia. La gente me miraba, intentando descifrar mis emociones, pero solo encontraban hielo. Sin embargo, mi corazón estaba...Ardiendo.Cada segundo que pasaba me acercaba más a perder el control de mi cordura.Me decía a mí mismo que solo necesitaba un poco de tiempo, y sonaba similar otra vez.El teléfono sobre la mesa comenzó a sonar, y mi
Último capítulo