Una auxiliar de vuelo y un pasajero… Un vuelo, un encuentro y unos sentimientos un tanto difíciles de comprender; ¿Sera simplemente pasión o verdadero amor? Lo único que ellos saben es que cuando están juntos su mundo vuelve a girar. No solo el pasado de ambos provocará que descubrir lo que sienten uno por el otro sea difícil, sino que también el hecho de que Abril sea la hija del mejor amigo del hombre que ha llegado a su vida a cambiarlo todo, ¿Podrán superar sus pasados? LA REPRODUCCIÓN TOTAL O PARCIAL DE ESTE MATERIAL QUEDA PROHIBIDA. LA HISTORIA ESTA REGISTRADA EN SAFE CREATIVE . Copyright
Ler maisEs el sonido de la música lo que se intensifica mediante da otro pasos más. El alrededor ciñe cada uno de sus poros porque se mezcla el ruido, el olor a cigarro, el olor al mismo alcohol que de todos los tipos hacen que aquella multitud continúe avivandose. Avivandose ella también.
Al llegar pide los tragos. Una botella entera de tequila y otra de brandy.
Se sienta y empieza a peinarse. Dentro de la barra se nota un espejo.
Una vez que dejar de estar pendiente del bartender, se atreve a girarse.
No cree que alguien más pueda estar acompañándola, justamente en ese lugar, justamente a su lado.
Dos segundos pasan cuando, sin embargo, se paraliza. De inmediato queda prendada de la conmoción y se sutura todo pensamiento.
No hay otro lugar que ver.
Hubiese sido más decente habérselo encontrado en la parada de la calle o en un parque, pero que se lo encontrara en un bar, con media botella del propio tequila en su vestido y oliendo a cigarro, se siente más que intimidada poco. Sus ojos ambarinos están resueltos por la conmoción que llega de súbito. Le tiembla el pecho y se le contrae los músculos del rostro. ¡Realmente era él!
Está Maximiliano D'Angelo sentado a su lado y bebe del vaso que apenas acaban de entregarle.
—¡Bendito Dios!
Ella voltea la mirada y termina por sentarse.
Ruega que no la observe. Que no voltee. Pero no piensa que con su sola exclamación, con su voz a solo una distancia, no la pueda reconocer.—¿Maya?
Se paraliza una vez más. Hace la presencia una consecuencia sobre sus sentidos.
Tiembla. Se ciñen sus pensamientos. Todo su ser. Le produce la voz del hombre a su lado y al que da la espalda un estrago de sobresalto. Pero no tarda en voltearse. Ojos verdes la encierran. Tantas veces que ha experimentado aquella ojeada buscándola por todo los pasillos, como era la común, como era lo correcto. En tal momento, no puede existir palabras que describan cómo es que esa mirada la envuelvan y la acobijen. Y el mundo en el alrededor no parece existir. No ahora.—Señor.Al observarla, no puede ni pensar en apartar sus ojos, porque admira a su secretaria fuera de como siempre la ha visto. Vivaracha, las mejillas sonrosadas, una mirada brillosa, sus labios húmedos. —Pero qué casualidad.Entonces dice y complementa con una sonrisa. —Una gran casualidad, señor. Una muy grande —se ríe, casi hipócritamente. Era una situación embarazosa para ella en realidad. Pero su sonrisa aparenta otra cosa y se muerde el labio, poniendo su cabello detrás. Se mantiene lista a preguntarle—. ¿Acaso está aquí porque…?—No —él pide de inmediato—. No hablamos de trabajo, no me hagas recordar el trabajo, Maya. Y dime Maximiliano, por favor. —No me pida eso, señor. No me atreveré hacerlo. Él le sonríe y entonces bebe una vez más. Ella se inmiscuye en su mirada también y suspira. Tampoco es que lo haya visto antes de una manera tan informal, tan impropia de él. Con esa mirada, llena de libertinaje, y esa mueca pícara que no hace relucir porque no posee más que aquella que es amable y humilde. —Entonces dime si puedes hacer una cosa…Atisbarlo de esa manera, el sentimiento de ímpetu la abarrota.—Maximiliano —pronuncia de pronto. No sabe porque dice su nombre, porque lo llama. —¿No vas a poder aceptarme esta copa? ¿Quieres que no te pida eso?Maya contiene el aliento. La mirada del señor D'Angelo la consiente en perder un poco el razonamiento, y no sabe si en realidad ya es el alcohol…O su propio jefe.No hay cavidad para dejar entrar lo que, después de meses y meses, jamás se le ha pasado por la mente. ¡Compartir una copa con su jefe! Primero: la realidad es otra, no es que no estuviera disfrutando de tener la gracia con la que vivía ahora, porque gracia tenía. Se siente linda, le gusta arreglarse, le gusta salir con sus amigos, y a veces incluso le sale ser coqueta, y eso no es un pecado. Segundo: si está soltera no es nada más porque no ha encontrado un hombre que, como dijo Jenny, la pusiera en un ensueño, como un somnífero, y no es que se lamente, pero Maya Seati tiene convicciones firmes y veraces para haber dudado de todas sus citas y encuentros casuales anteriores, le gusta su soltería. Tercero, no menos importante: si venía al caso aceptarle una copa a cualquier hombre, guapo, con mirada encantadora y sonrisa coqueta, pícara, seguro de sí mismo, con una atracción inminente, fornido, varonil, entrando a los cuarenta, soltero también y sin anillo de compromiso, tal vez sería un motivo por la cual sonreírle también y aceptarle el trago. ¡Pero, eso cambiaba! Cuando quién poseía aquellos dotes no eran nada más ni nada menos que Maximiliano D'Angelo, un empresario italiano sumergido en la riqueza y la plenitud de su madurez, poseedor de un encanto sin igual, ¡y su jefe!Si Maya repasa todas esas menciones quizás no terminaría nunca, porque lo principal no es hacerse valer de orgullo, y de tener aquel rubor entre sus mejillas de blanca nieves, pasándose también su corto pelo detrás de la oreja y fingiendo no tener espasmo por lo inevitable, sino que, con tal encantadora sonrisa y mirada, no sabe a dónde avizorar a excepción de los ojos de su jefe buscándola entre el bullicio de la gente y los colores resplandecientes. Maya entonces escucha, esporádicamente a través de la música frágil y el jaleo condescenderse entre los dos, una risa suave. —Pero si no puedes, no pasa nada. He visto a Jenny también, seguro has venido con ella. No pasa nada si no me aceptas un trago, Maya. Su voz la hace volver en seguida y tiene que levantarse para verificar que su jefe se echa un trago y pellizca el rostro por el ardor. Ella sin embargo, toma aire, y le dedica una de sus mejores sonrisas. La noche en realidad sería muy largaHay muchas veces en las cuales la vida nos presenta el amor de nuestra vida de la manera menos pensada. Puede ser en medio de una fiesta, caminando por la calle, puede estar en el compañero de clases de toda la vida, o hasta en un pasajero que subió un día al mismo avión donde te tocaba trabajar. Muchas veces cuesta reconocer que esa persona es el amor de tu vida, o quizás es tanto el miedo que se siente de volver a amar que no quieres reconocer que lo que sentiste al rozar su mano es tan fuerte que sientes que te quema.Todo puede comenzar como un juego de seducción, una atracción física, o hasta una simple aventura; pero, cuando el corazón comienza a galopar de una manera tan desaforada ya no hay marcha atrás. Solo puedes darte por vencida y reconocer que, aunque no lo hayas buscado ni querido hacer te has enamorado. Cuando en sus ojos encuentras paz, cuando sus caricias se convierten en tu mundo, y sus b
[BAUTISTA]—Hijo, ve a ver que le paso a Abril.— Dice mi madre mientras se acerca a mí rápidamente.—¿De qué hablas madre?— Pregunto confundido mientras dejo a Izan sobre el césped para que siga jugando.—Es que no sabemos, pero se ha echado a correr hacia la casa; parece que se siente mal o algo.— Explica preocupada.—Vale, ya voy.— Digo serio y rápidamente entro a la casa.Camino por la casa hasta llegar al baño del piso de abajo y golpeo la puerta al escucharla volver el estomago. —¡Cariño, abre soy yo!— Le pido en voz alta mientras golpeo la puerta.—¡Esta abierto!— Responde alto.Entro al baño y la veo sentada frente al váter volviendo su estomago nuevamente. Sostengo su cabello y espero a que ella se recomponga para ayudarla a ponerse de pie. —Cariño, que sucede. &
Hace seis meses que vivimos de despedida en despedida. Él se va un mes, regresa un par de semanas, y luego vuelve a irse. La ultima película ha sido un éxito total y la canción que me escribió junto al compositor es tan pero tan perfecta que cada vez que la escucho me emociono. Aun no puedo creer que la haya escogido como tema principal de la pelicula. Cada palabra de la letra de esa canción somos nosotros, es como nos conocimos, es como nos enamoramos, lo que hemos sufrido antes de llegar a lo que somos ahora; es increíble, única y tan nuestra...Veo a Ian e Izan jugando en el área que hemos arreglado para ellos en el jardín y no puedo creer que ya tengan ocho meses, en cualquier momento ya comienzan a dar sus primeros pasos y solo espero que Bautista pueda estar aquí para eso; aunque en realidad lo voy a necesitar un poco más. Tengo pánico en decirle que creo que estoy embarazada nuev
[BAUTISTA]Desde que nacieron nuestros hijos hace dos meses atrás soy el hombre más feliz de este planeta, pero está noche es una de las más tristes. Mañana temprano tomo un avión rumbo a sur América para comenzar con la promoción de la película que sale en dos semanas y estaré lejos de mi familia por casi un mes entre un viaje y el otro. He intentado cambiar la fecha o lograr alguna manera de no estar lejos tanto tiempo, pero me fue imposible. Abril me dijo que teníamos un trato y que no debía dejar mi carrera a un lado por ellos. Sé que lo hace porque me ama y me quiere ver feliz, pero ella no entiende que ellos tres también son mi felicidad y que los necesito cerca.Me meto en la cama esperándola que termine de dormir a nuestros hijos y me quedo mirando al techo mientras me pierdo en mis pensamientos. —Ya se han dormido— La escucho decir mientras cier
Estoy en la habitación esperando a que me traigan a mis hijos cuando el hombre más guapo del universo entra a la habitación con un inmenso ramo de rosas entre sus brazos. Camina hacia a mí con una genuina sonrisa tatuada en su rostro y muero de amor al verlo tan feliz, tan emocionado... —Esto es para ti mi amor.— Me deja saber dándome las rosas y me da un beso que me deja probar el sabor salado que han dejado las lágrimas en su boca.—Gracias mi amor, están preciosas. Siempre tan romántico tú.— Comento sonriente y vuelvo a besarlo.—¿Cómo te sientes?— Pregunta sentándose en la silla que está al lado de la cama.—Bastante adolorida, pero con una felicidad que no me cabe en el pecho. Nuestros hijos son tan bellos.— Señalo orgullosa de mis dos bebes.Él toma mi mano entre la suya y la besa mientras que su mi
Desde que me entere que sería padre vengo intentando prepararme para este momento, pero vaya que he fallado... no estoy para nada listo. Se supone que debo darle apoyo, sostener su mano, ayudarle a respirar; todo eso que me han enseñado durante el curso de preparto, pero estoy aquí con mis piernas temblando como gelatina mientras que el doctor le pide que puje. —¡Vamos cariño, tu puedes!— Logro decir mientras que siento como su mano aprieta la mía de una manera que creí que jamás podría hacerlo.Me es imposible ponerme ni siquiera por un segundo en su lugar y por todo el dolor que debe de estar pasando. Es tan valiente, tan única... Puja una vez más y el doctor ríe —¡Aquí viene el primero!— Grita y de a poco va sacando a nuestro primer hijo quien hemos acordado que se llamaría Izan Bastian. Unos pocos minutos después lo escucho llorar y ahora s
Último capítulo