Milenne Daurella, una chica de 23 años conoce a Hernán Castillo desde los 13 años, por tanto, ambos crecen en el ceno de una familia humilde, al no tener parentesco alguno, empiezan a tener una relación romántica, sin embargo todo cambia desde el momento en el que deciden ir a la ciudad, con el objetivo de progresar a nivel económico. Pues Miles de infortunios se cruzarán en su camino a la felicidad. ¿Podrán derribar todo obstáculo para continuar y cumplir todas sus metas juntos?. Por otro lado tenemos a Gerald Moguer quien esta a cargo del conglomerado Moguer pues es el heredero, sus padres lo instruyeron desde los 8 años para poder hacerse cargo de todo, una vez ellos den un paso al costado. Actualmente tiene 26 años, ya con una amplia experiencia en el mundo de los negocios. Con su imperio creciendo cada día más, solo le falta formar una familia. La duda está en quien es la indicada.
Leer másAl día siguiente. Milenne se levantó tranquila y mucho mejor sin lugar a dudas. Aunque la noche la paso pensativo entra la prueba de ADN y Hernán, se preguntaba que estaría haciendo en esos momentos. Su novio, su amado novio que aún no da señales. Lo buscaría claro que si, no porque quiera estar con él como antes, sino para ver si está bien y saber que sucedió, porque despareció de la nada sin decir una palabra. Ya de acuerdo a eso se vería si su relación tenía futuro o no. La nana de Karina le enseño todo, practico mucho todas las cosas que le enseñaba. Algunas cosas aprendía con más rapidez que otras. Le encantaba saber que pronto tendría un sueldo fijo y quizás hasta una hermosa familia, cuando Hernán aparezca, sino quiere buscarlo, la menos para que le dé alguna explicación del porque de su desaparición. Luego podría incluso mandarle dinero a los padres de Hernán, ellos necesitan tanto.Milenne caminaba despacio detrás de la estricta pero elegante ama de llaves. El
Karina y Milenne regresaron a casa algo pensativas por los resultados que aún no saldrán hasta en dos semanas. -¿Cómo te sientes?. Karina preguntó al ver la cara pensativa de Milenne, saber que probablemente encontraría a su verdadera familia debía ser algo fuerte y luego enterarse que fallecieron sería mucho peor. Karina sabía que la pasaría mal. -Un poco ansiosa y a la vez feliz, si es que llego a ser esa niña, quiere decir que conoceré a mis padres, pero si no, entenderé que por un momento fue lindo sentirse que si tengo familia y que si me buscaron. Karina no se atrevía a contradecirla, como decirle que en caso sea la heredera Daurella, los padres de esta fallecieron. -Tranquila, sea cuál sea el resultado, debes enfocarte en sobrellevar la situación, créeme que martirizarte no ayudará. -Si, trataré de hacerlo, gracias Karina. -De nada. -Y dime, ¿cómo encontraste a esa señora y como supiste que yo podía ser esa niña?. -Hace años, la desaparición de Milenne Daurella
Gerald terminaba de salir de una reunión para luego ir a almorzar, hoy había quedado en ir a almorzar con su mejor amigo Alexander. Karina estaba ocupada así que decidió invitar a su mejor amigo. -Fui a ver a Karina y me dijeron que apenas va a trabajar, ¿qué le sucede a esa chica?- Alexander tomaba su vino algo preocupado. -Conoció a una chica en apuros y la esta ayudando, ya la llevó a su casa, no me sorprendería que le resuelva la vida. -Ayudando a una desconocida?, que pasa con Karina, acaso no se da cuenta que corre peligro con una chica cualquiera en su casa? -Pensé lo mismo, al inicio, sin embargo la chica no es un peligro, la conocí también y tiene un aire a la hermana de Karina. -¿En serio?, bueno si tu lo dices, no me preocuparé. -De hecho es muy hermosa para ser de la calle, ella podría convertirse en mi próxima amante si le pone empeño. Ambos rieron, las chicas en apuros siempre eran las mas fáciles de caer ante grandes empresarios como lo eran ellos. -No, me
2:pm Una mujer de aproximadamente 50 años, se encontraba sentada en una mesa reservada especialmente para ella y Karina, en espera del último mencionado. Estaba ansiosa por la noticia que había recibido, al parecer al fin había aparecido Milenne Daurella. —Buenas tardes— de repente la saludó una joven rubia y se sentó en frente suyo —Es usted la señora Carla López?. —Buenas tardes señorita, Karina no?— la contraria asintió con una sonrisa. —Si, soy Karina— —Bien, dígame qué es lo que sucede, ¿Sabe dónde está Milenne Daurella?— la señora cuestionó sin darle vueltas al asunto. Entonces Karina saco un sobre para luego sacar unas fotos. —Mire estás fotos y dígame si no es ella, hace unos días la descubrí en la calle— contó mientras la mujer miraba sorprendida cada una de las fotos, sin aguantar más empezó a sollozar. —Pero si es la niña Milenne, por supuesto que es ella, está tan grande y guapisima— la mujer no dejaba de derramar lágrimas mientras acariciaba las fotos. —
Esperó aproximadamente 15 minutos y vió cómo un auto se paró en frente suyo y bajó Karina con una enorme sonrisa, junto a un abrigo, ya era de noche y hacía frío. —Milenne, vamos, subamos al auto— dijo sonriendo mientras le colocaba el abrigo. —Gracias Karina, agradezco tu gentileza, me esforzaré bastante para no defraudar a mi jefe— aseguró haciendo reír a Karina y a quien se encontraba dentro del auto. —Se que lo harás, estaré muy orgullosa de ti— Karina la hizo sentarse en medio de los asientos traseros, es hasta ese momento que Milenne se dió cuenta que había un hombre al costado. Su rostro se le hacía familiar, más no preguntó, solo saludó con una venía. —Asi que tú eres Milenne, eres la chica que se metió a mi salón de piano ¿no?, que atrevida— Gerald sonrió burlón mirando a la chica, pudo notar que la chica había llorado, tenía la cara hinchada, era evidente lo que había pasado. Así que decidió hacer algo de chiste para hacerla reír, era mejor distraer los malos sent
—Realmente lo siento mucho muchacho, pero yo tampoco puedo hacer mucho con los que tienen poder, serás trasladado a un penal de convictos de máxima seguridad— Hernán a medida que escuchaba cada palabra solo reía mientras lágrimas descendian de sus ojos. —¿No tendré ni siquiera un juicio para poder defenderme?— río con burla, era evidente que no, no sabía ni porque preguntaba. —La próxima semana será tu juicio y decidirán tu condena, es probable que estés entre 7 a 10 años de prisión, los que te denunciaron harán todo para que, si es posible nunca salgas en libertad— —Ya no digas más, seguramente moriré en ese lugar, sólo espero que él pueda salir adelante sólo y sea muy feliz, sabiendo que la pasa mal sólo me irá matando de a poco, pero si es feliz al menos podré vivir para algún día poder si quiera volver a verla— Ya se había dado por vencido, no tenía escapatoria, estaría encerrado en prisión durante mucho tiempo, ¿Cómo podría seguir luchando si probablemente nunca más volv
Último capítulo