Esposa del CEO italiano por venganza

Esposa del CEO italiano por venganza ES

Romance
Última actualización: 2025-12-10
Anika  Recién actualizado
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Resumen
Índice

Irene Saint lo perdió todo: el amor, la confianza y lo más sagrado, su bebé. Destrozada, huyó a Italia para proteger su vida, aquí resurgirá como una mujer poderosa, elegante y dueña de sí misma. Conocerá a Alessandro Balestri, un CEO italiano imponente y magnético, que le ofrece no solo una alianza profesional, sino la llave para su venganza. Al regresar Irene encuentra un Aiden: Arrepentido. Redimido. Dispuesto a demostrar que no fue él quien la destruyó, que aún hay espacio para recuperar lo perdido. Y ahora, Irene tendrá que enfrentar el dilema más grande de su vida: ¿dar una oportunidad al amor que nace en el presente, o volver a confiar en aquel que la condenó al infierno?

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Capítulo 1

1. Una cruel verdad

POV IRENE SAINT

—Aiden, mi amor… estoy embarazada —le digo, con la voz temblorosa de emoción.

El silencio que sigue es breve, pero se siente eterno. Lo observo: mi novio, mi príncipe azul.

Aunque yo tenga apenas diecinueve años y él veinticinco, siempre creído que el amor que nos une es lo bastante fuerte para desvanecer cualquier diferencia: no solo la edad, también la distancia de nuestras clases sociales, sostenidos por la certeza inquebrantable de nuestro amor.

Pues él, ahora convertido en el joven CEO de Lefevre Corp, heredero de una de las fortunas más influyentes de Europa, me había demostrado con hechos que nada de eso tenía verdadero peso. Ni los títulos, ni la riqueza, ni el linaje que lo rodeaba lograban interponerse entre nosotros; lo que realmente definió nuestra historia era la manera en que elegía mirarme, protegerme y amarme.

Al menos eso creía yo. Hasta este día.

Sonrío mientras acaricio mi vientre aún plano.

—Es nuestro bebé, Aiden… —susurro—. Nuestro regalo de la vida.

Pero lo que esperaba que fuera un abrazo lleno de alegría, fue un muro de hielo. Su rostro cambia, apenas perceptible al inicio, y lo que antes era dulzura se torna en un gesto serio, casi perturbador.

—Irene… —dice con voz grave, más fría de lo normal—. No lo puedes tener.

Mis labios se entreabren, sin comprender.

—¿Qué… qué acabas de decir?

Él desvía los ojos, revelando que lo que está a punto de decir no nace del corazón, sino de un cálculo frío y deliberado.

—No entiendes nada… un hijo sería mi mayor debilidad. Acabo de asumir el mando como CEO y no pienso arriesgar mi imperio por un error. Los niños no son bendiciones, son cadenas, y yo no voy a cargar con uno que manche mi nombre o ponga en juego mi poder. ¿Podrías comprender que este no es el momento?

—¡Pero es nuestro hijo! —exclamo, con el corazón encogiéndose.

Sus ojos se clavan en los míos, y por primera vez veo algo que jamás había notado: una frialdad cortante, cruel, casi despiadada. Sus dedos se cierran con brusquedad alrededor de mi brazo, arrancándome un leve quejido.

—Escúchame bien, Irene —su voz es firme, como una sentencia—: no puedes tener ese bebé. Yo me niego.

—¿Negarte? —susurro, con un nudo en la garganta—. Esto no es una decisión solo tuya, Aiden. ¡Es mi cuerpo, es mi hijo! Y yo… ya decidí tenerlo.

—Ahora mismo te llevaré al hospital —declara sin pestañear—. Este embarazo se tiene que interrumpir.

Siento que todo el aire me abandona.

¡Plaf! Sentí cómo mi corazón se hacía trizas en mil fragmentos. Todo se desvanecía, aplastado por el peso helado de su rechazo.

—No… —susurro apenas, con lágrimas asomando en mis ojos—. No puede ser que me pidas eso. ¿Quién eres? —Pregunté con voz entrecortada.

Una sonrisa ladeada y una mirada con un destello de oscuridad fue la única respuesta.

Fue en ese pequeño gesto que al final comprendí: el verdadero Aiden no es mi príncipe azul, sino el verdugo de mis sueños.

Respire profundo, intentando asimilar todo lo que estaba viviendo. Mientras descubría su nueva faceta, me levanté, tomé mi pequeño bolso del sofá dispuesta a marcharme, con mirada firme, le dije:

—Desde hoy, Aiden… esto se acabó. Este bebé será únicamente mío.

Intenté alejarme, pero Aiden volvió a sujetarme del brazo con más fuerza, haciendo que un dolor agudo recorriera mi piel.

—Irene… no seas terca. Termina con este embarazo y podremos ser felices, los dos —dijo con frialdad, una que me heló la sangre.

No pude contenerme y mi mano cruzó el aire con furia, estrellándose contra su rostro. El golpe resonó como un trueno en la habitación, y en un instante, su expresión se endureció, revelando la sombra oscura, casi demoníaca, que parecía haber guardado pacientemente en su interior para salir a la superficie.

Antes de que pudiera reaccionar, prácticamente arrastrándome, me llevó hacia su auto. Durante el trayecto, una y otra vez le supliqué que me soltara, pero él fingó no escucharme.

Me aferré a un milagro, a cualquier cosa que me permita escapar y salvar a mi bebé.

Las lágrimas caían sin control por mi rostro; La decepción, el dolor y la impotencia se mezclaban en un nudo en mi garganta.

Al llegar a un hospital privado, Aiden me tomó con brusquedad dirigiéndome al interior, hasta un consultorio de ginecología.

Allí, un médico anciano, corpulento, de mirada fría y cruel, lo saludó:

—Buenas tardes, señor Lefevre. Qué gusto poder ayudarle.

Lo miré, buscando un atisbo de piedad, que detuviera lo que se avecinaba. Pero no había nada. Nada que refleje la voluntad de ayudarme. Solo encontré indiferencia.

—Yo le ayudaré a solucionar su “problema”, señor Lefevre —comentó el doctor, con desdén.

“¿Problema?” Pensé. Nuestro bebé no era un problema, era mi vida.

Tomé fuerzas y lo enfrenté:

—Antes del procedimiento, Aiden… quiero hablar contigo a solas.

Quise apelar al amor que decía sentir por mí desde que me conoció.

—Está bien… doctor, déjenos a solas —pidió él.

Frente a frente, con lágrimas rodando por mis mejillas, lo miré:

—Aiden… por favor, mírame. Decías que me amabas, que yo era la mujer de tu vida… no nos hagas esto. —Llevé su mano a mi vientre—. ¿Ves? Esto es nuestro hijo.

Sus ojos parecieron empañarse de lágrimas, pero no llegó a posar su mano sobre mi vientre; en cambio, se zafó de mi agarre con brusquedad.

—Irene… todo estará bien. Solo que… ahora no es el momento. Después podremos tener todos los hijos que quieras.

¿Por qué no era el momento 'adecuado'? ¿Acaso existe uno? Sus palabras me desconcertaban; No lograba entender qué le ocurría, pero el simple hecho de que hablara de un futuro juntos encendió en mí una chispa de esperanza que me atravesó fugazmente.

—Aiden… te lo ruego. Si no lo quieres, me iré. Nunca más volverás a verme.

—No, Irene —apretó mis brazos con fuerza atrayéndome a su pecho—. No lo repitas. Tú te quedarás conmigo, y este embarazo… acabará hoy.

—Si haces esto, Aiden… te juro que jamás volverás a escuchar de mis labios un “te amo”. Solo lograrás que te odie.

Él intentó besarme, aferrándose a mí hasta dejarme sin aliento, con la fiereza de un depredador decidido a doblegarme a su voluntad.

—Cariño… no lo compliques más —murmuró, con esa voz grave y dominante que no admitía réplica.

Logré fingir sumisión.

—Está bien… solo déjame ir al baño, por favor.

Aiden asintió, distraído. Aproveché ese instante y salí, moviéndome con cautela pero con el corazón desbocado, buscando desesperadamente una salida. La puerta de emergencia estaba cerca, brillando como un pequeño faro.

Caminé despacio, conteniendo la respiración, tratando de no llamar la atención, pero los guardaespaldas de Aiden me vieron a lo lejos y comenzaron a seguirme. Cada golpe de sus botas contra el suelo retumbaba en mis oídos como un tambor de advertencia.

Entonces, Aiden apareció, su rostro lleno de furia, avanzando decidido a detenerme. Sentí el miedo implantarse aún más en mi pecho, pero el instinto de supervivencia fue más fuerte.

Corrí, esquivando sillas y mesas.

La puerta de salida estaba a solo unos pasos, y con cada movimiento podía sentir cómo se acortaba la distancia entre ellos y yo.

—¡Hijo mío… mamá te va a salvar! Seremos felices…lo prometo —susurré.

Una vez que logré salir del hospital, mis piernas parecían tener vida propia; corría sin mirar atrás, con el corazón latiendo a mil por hora.

Sin poder evitarlo, al fin me alcanzaron, intenté cruzar la calle, pero él ya estaba frente a mí, bloqueando mi camino. Nuestros ojos se encontraron y, por rápidos segundos reconocieron al hombre que he amado. En esa mirada había dolor, el mismo que ardía en mi pecho; para él tampoco era fácil, en su silencio también sangraba la herida de lo que me estaba haciendo.

—¡Déjame! ¡Por favor, aléjate! —grité con todas mis fuerzas, pero Aiden ya me tenía del brazo.

Mordí el brazo de Aiden con todas mis fuerzas así logré liberarme de su agarre.

Creí que finalmente había logrado escapar, cuando de repente un auto irrumpió en la calle frente a mí. El vehículo apareció sin aviso, y el golpe fue tan brutal que me arrancó el aliento de los pulmones.

Desde la distancia, escuché su grito desesperado, desgarrador como la de un animal herido que está perdiendo lo que más quiere en este mundo :

—Ireneee…

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246 Reseñas · 246 bookdes.reviews
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Teresa Alba
Ojalá Eduardo lleve razón e Irene pueda lograr su sueño de ser madre!!!!!! Amo a Alessandro!!!!!!!
2025-12-10 01:52:35
0
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Teresa Alba
Renata no tenía que haberse ido sin explicar la situación a Bastien y el para que que pide información sobre Renata si no piensa leerla? buffff Cuando se le ocurrirá leer el audio informe y se enterará de quien es Sebastián?.......
2025-12-10 01:51:35
0
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Teresa Alba
Pobre Renata, ahora enferma seguro por la preocupación por su hijo, Bastien debe enterarse pronto que Sebastián es el hijo de ambos y necesita ayuda ,....
2025-12-08 22:10:49
0
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Teresa Alba
Alessandro es lo más, está dispuesto a hacer lo que sea necesario para que Irene cumpla su sueño y pueda tener un hijo, ojalá lo consiga y pronto puedan ampliar la familia !!!!!!!!
2025-12-06 19:16:00
1
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Teresa Alba
Creo que Renata no tiene tiempo que perder por su hijo y debería contarle a Bastien el motivo de su acercamiento, creo que puede ser duro en los negocios pero será un hombre con corazón y no dudará en salvar a su hijo cuando se entere
2025-12-05 00:37:16
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Yesica Sacol
Ay por Dios cuando inicie creí que sería el típico idiota obsesivo que perdió lo que tuvo y trataría de tenerlo de nuevo sea como sea pero que bella sorpresa que no fue así ahora hasta me encanta su personaje sobre todo que no dejo que su amor se fuera creyendo algo que no era
2025-12-04 10:06:01
1
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Teresa Alba
Hoy hay boda, serán solo ellos dos o estará el resto de su familia para acompañarlos ? .......
2025-12-02 22:42:28
0
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Teresa Alba
Bien!!!!?? parece que Bastien está contento con su nueva prometida y no piensa buscar a Sabine, la historia de Aiden con Irene contando así es dura, pero por suerte todo está superado
2025-12-02 22:41:35
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Teresa Alba
Me encanta!!!!! tenemos otro misterio entre manos, quien es Renata? Sebastián tiene un hijo? Está enfermo?Su curación depende de Sebastián ? Deseando leer más capítulos
2025-12-02 16:16:58
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Ruht Mercedes Hernandez Lunar
quien es la misteriosa mujer
2025-12-02 07:33:28
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Teresa Alba
Menos mal que Aiden la saco de allí antes de que anunciara el compromiso, espero que se casen en Las Vegas aunque luego celebren otra boda tranquilamente, ahora lo importante es que se aman y que Sabine no se case con Sebastian
2025-12-01 21:36:05
1
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Teresa Alba
Esperando ansiosa el próximo capítulo, menos mal que llegó Alessandro para ayudar a Aiden, Que pasará en esa fiesta de compromiso?
2025-11-26 16:06:32
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Teresa Alba
Aiden tiene que ver a Sabine antes de la fiesta de compromiso, ella no se revela porque piensa que Aiden ama a Irene y se ha dejado ver nacer sin luchar, necesita saber que la exmujer de Aiden lanzó su vida veneno
2025-11-25 17:37:07
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Teresa Alba
No se por qué la madrastra de Sabine le dijo todas esas cosas ni con que fin, Sebastián ha resultado ser un hombre atractivo y sin esas ideas qu comentopero Sabine ama a Aiden y Aiden ama a Sabine, para mí ellos dos deben estar juntos.....
2025-11-25 04:05:54
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Teresa Alba
Ay madre mía!!!!!! quién se ha llevado a Sabine? no es suficiente que ella quiera irse si no ahora la secuestran..... Será su prometido que ha ido a buscarla? Entre Aiden y Alessandro tienen que encontrarla más Alessandro porque Aiden el pobre se está recuperando
2025-11-24 22:58:13
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91 chapters
1. Una cruel verdad
2. Un alma rota
3. El primer capítulo de mi nueva vida
4. Lo que me pertenece
5. Todo tiene su recompensa
6. Tu venganza reclama su momento
7. Suba al auto, señorita Saint
8. Contrato de Matrimonio
9. Seré tu mejor decisión
10. Todo, excepto amor
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