5. Todo tiene su recompensa
POV IRENE SAINT Milán me recibió hace seis meses, cuando mi corazón se consumía lentamente. Llegar a una ciudad ajena, sentirme desamparada y, sin embargo, experimentar un extraño alivio al constatar que aquella voz que resonó en la estación no me reclamaba a mí, resultó desconcertante. Un hombre inquieto buscaba a su prometida; al parecer, ella había abordado el vagón equivocado, y curiosamente compartíamos el mismo nombre. Exhalé con un suspiro profundo, dejando que la opresión que me atenazaba se desvaneciera. Por un instante, temí que fuera Aiden, acechándome, dispuesto a sumirme en su tormento… y sentí un fugaz alivio al constatar que no era él. Durante todos estos meses he intentado comunicarme con Abby, pero mis esfuerzos resultan infructuosos. Su silencio es un recuerdo implacable, que algunas heridas se resisten a cicatrizar. Un nuevo comienzo nunca es sencillo, y sin embargo, debo agradecer que he logrado mantenerme a flote. Ahora vivo en un pequeño apartamento y trabajo
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