Leah está convencida que todos los hombres son iguales. Todo, después de que su matrimonio se fuese a la basura por una infidelidad. Cree que todos están cortados con la misma tijera. Pero, que pasaría si, ¿encuentra la perfección en un Chef Italiano? Eso es lo que más odia Leah de Marcelo Cavalli, su perfección. Atento, apuesto, caballeroso, amable, buen conversador y sensual, no son mis palabras, son de Leah. Leah luchará con todas sus fuerzas para no caer ante los encantos del Chef Cavalli, pero ella no sera quien conquiste el corazón del italiano, lo sera, la pequeña de cuatro años que va de la mano de Leah. Pero el camino no será nada fácil para ella, ni para el amor que sentirá por Marcelo. ¿Amará después del matrimonio?
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—Mamá, llevate a Roxanne por favor —le di la maleta— llegaré a casa en un momento, necesito solucionar esto y ella no debe estar presente.
—Claro cariño —acarició mi brazo, mientras me miraba con pena— tómalo con calma.
—Lo haré, lo prometo.
Me agaché a la altura de Roxanne, ella sostenía ese peluche con fuerza.
—Te iras con la abuela Martha ¿está bien? —ella asintió—, portate bien y haces caso a lo que ella diga.
—Si mami —deje un beso en su frente y les abrí la puerta, mi hermana estaba terminando de subir mis maletas al auto, luego ellas subieron y se marcharon.
Cerré la puerta con fuerza queriendo romper los vidrios de la misma, estaba tan molesta y dolida con todo esto que estaba pasando con Zack.
Subí a nues.. A la habitación y me quedé de pie en el umbral, no pude evitar sollozar con fuerza al recordar todos los años de matrimonio, todas las promesas de un "Juntos para siempre", todo eso se fue a la basura.
Me limpie las lágrimas al escuchar la puerta ser abierta y cerrada, era el.
Bajé hasta la sala y ahí estaba Zack, quitándose el maldito saco, ni siquiera se atrevía a mirarme a los ojos. Es un cobarde.
—Feliz aniversario número diez querido —tomé el florero y lo lance al suelo haciéndolo pedazos.
—Leah, calmate.
—¿Que me calme, dices? ¿Quieres que me calme Zack?
—Escuchame.. Iba a decírtelo y —no lo deje terminar por la bofetada que le di.
—¿Que ibas a decirme Zack? ¿Que tenías una amante? ¿Que era tu secretaria? ¿Eso ibas a decirme?
—Las cosas no pasaron así Leah.
—Entonces dime cómo pasaron, quiero oírte.
—No es el momento..
—Por el amor de Dios Zack ¡Es el maldito momento! —le grite—, me viste la cara durante un buen tiempo.. No lo entiendo —sentí mis ojos empañarse—, yo te lo di todo, mi juventud, mi vida, todo.. No merezco que me hayas pagado de esa manera.
—Las cosas pasaron asi ¿bien? —empezó a caminar de un lado a otro— luche para no enamorarme de Agnes pero si sucedió y lo lamento ¿si? No pude evitarlo.
—¡Si pudiste evitarlo maldita sea! ¡Tenias que pensar en mi!, ¡En los años que estuvimos juntos!, ¡Nuestro hogar, nuestra hija! ¿Que es lo que ella tiene que no tengo yo?
—Ella no tiene esto —señaló mi cuerpo— es hermosa y despampanante, elegante y tu no lo tienes —le volví a dar otra bofetada.
—¿Es eso entonces? ¿Un maldito cuerpo? ¿Eso es lo que vale para ti? ¿Tener curvas? —me rei— me das asco Zack.. Te recuerdo, esposo mío, que tuve una hija, mi cuerpo cambio, me la paso en casa tratando de ser la esposa perfecta para ti porque así lo deseaba tu madre, deje mi carrera para dedicarme al hogar, a nuestra hija y a ti.. Ahora entiendo por que desde hace dos meses me esquivabas para no tocarme —mi llanto salió de nuevo— acabas de tirar a la basura diez años de relacion y cinco de matrimonio, bien hecho Zack, bien hecho.
—Dejé de amarte Leah, deberías entenderlo desde ya.
—Claro, lo entiendo, creeme que lo entiendo —saque los anillos de mi dedo y los deje sobre la mesa— quédate con la casa, las cosas, todo, ya no lo necesito, en unos días te llegarán los papeles del divorcio, hasta entonces no verás a Roxanne.
—Has lo que quieras Leah.
Vaya, ni siquiera le importa nuestra hija. Que idiota.
Abrí la puerta de la casa y entre a mi auto. Trate de controlar mi llanto pero era imposible, aun tenia la imagen de Zack con su secretaria en mi mente, ya estaba hecho, mi matrimonio se habia acabado. Todo se había terminado y lo peor es que dentro de mi, llevo a mi bebé, mi segundo bebé.
Leah: Flashback de antes... Llegaba a casa después de un día haciendo compras, tuve que pasar por Roxanne a la escuela y regresar para preparar la cena, Zack me había llamado para decirme que no vendría a almorzar asi que estaria bien por el momento. Entre a la casa y deje el traje de Zack sobre el sofá, luego las bolsas sobre la isla de la cocina, solté un suspiro pesado, me dolía la espalda pero debía hacer algo de comer para Roxanne y para mi. —¿Que queda por hacer? —mire la cocina que estaba hecha un desastre. —Mami, tengo algo de tarea —Roxanne venía con su cuaderno en la mano.—Espera un momento cariño, mami tiene que organizarse un poco ¿si? —ella asintió— ¿tienes hambre? —volvió a asentir—, haré un sandwich rápido ¿que dices?—Si mami, eso quiero. —Bien, ve a lavarte las manos mientras mami te prepara el sandwich. Roxanne me dio el cuaderno y se fue a lavar las manos, yo por lo pronto deje el cuaderno en la isla, empecé a buscar todo para hacerle el sandwich a Roxanne,
Marcelo: Termine de vestir a Matteo, hoy iríamos a casa de los abuelos a pasar la tarde. No habíamos salido desde que Leah dio a luz, es momento de que nuestro bebé salga un poco más. —Estoy lista papi. —Oh mírate, que linda estas —ella sonrió— ¿tu mami esta lista? —No papi, no se ha vestido. Coloque a Matteo en la carreola y lo deje en el umbral de la puerta de nuestra habitación, Leah estaba sobre la cama aun con su bata de baño. —¿Que pasa Vita mia? —Nada —murmuró—, ya me visto. —Hey —me senté a su lado e hice que me mirara— ¿que sucede? —No me puedo colocar nada, todos los vestidos no me quedan, estoy gorda y flacida —dijo con frustración. —Pero ¿que dices mi amor? —me puse de pie e hice que se levantara— Si tu estas hermosa. —No mientas Marcelo —se cruzó de brazos—, en cualquier momento me dejaras de querer..—Hey no —rodee mi brazo en su cintura— ¿Por qué dices eso? Si cada dia que pasa te he dicho cuanto te amo... Sabes que tu cuerpo es lo menos que me importa, tu pa
Marcelo: Años después... Ingrese al restaurante, sonreí al ver a todos esperarme dentro del mismo. —¡Feliz cumpleaños! —todos gritaron al unísono. Hoy era mi cumpleaños y no quería celebrarlo pero no podía negárselo a mi esposa. Y hablando de ella, venia hacia mi con el pastel en sus manos, usaba un hermoso vestido de flores y ese cabello largo y suelto, la hacía lucir hermosa. Verla así, me llevo al instante en que la vi dentro del restaurante, donde supe que ella sería el amor de mi vida. —Buenas noches señor Cavalli.Tenía puesto un hermoso vestido con muchas flores, no era ajustado. Tacones del mismo color y su cabello suelto y un labial nude en sus labios, lo se por que mi madre usa ese color.—Señorita Mckinnon, debo decirle que luce usted muy hermosa esta noche. Desde ese momento Leah obtuvo mi corazón, desde ese momento supe que la amaría por el resto de mis días. Nos casamos después de que Matteo cumpliera un año, nos casamos en Florencia Italia, en una ceremonia íntim
Leah:Meses después. Los meses habían pasado mas rápido de lo que pensaba, ya mi bebé está a punto de nacer al igual que el de Samara, ambas tenemos la misma fecha de parto, así que en cualquier momento ambos bebes pueden nacer. ¿Como hemos avanzado estos meses?Pues mi pequeña salió del hospital, la llevamos a terapia que funcionó considerablemente, aunque fueron por dos meses, Roxanne mejoró bastante, volvió a la escuela, hizo nuevos amigos, va mucho mejor y volvió a ser la niña alegre de siempre. Hace un mes le pedi a Fernando que fuera a hablar con Zack, siempre envía cartas a mi departamento y no me apetece leerlas, no me interesa que es lo que tiene que decirme, pero sigue insistiendo, Fernando fue hasta donde está encarcelado para exigirle que se detuviera, le tuvimos que decir que me había mudado a otro lugar para que me dejara de molestar. Aunque su madre sigue estando en contacto con el, a mi no me buscan para nada. La vieja me odia por las acciones de su hijo, incluso m
Leah; Tres meses después...Habían pasado tres meses, en donde nuestras vidas, volvieron a la normalidad. Roxanne volvió a la escuela después de recuperarse, las sesiones con su terapeuta han dado buenos frutos, ya no tiene pesadillas y ha ido a la escuela con normalidad. Marcelo y yo volvimos al trabajo, todo estaba en orden, mas que en orden, perfecto. Marcelo estaba contento con el resultado de Carlos a cargo del restaurante, la madre de Marcelo y la abuela decidieron quedarse aquí de forma indefinida. Su padre dejo de insistir en que su esposa regresara a Italia así que la dejo en paz. Todos los días pensaba en Zack mientras miraba a mi hija, era como verlo en ella o eso creía, todos los días pensaba en como el cambio nuestras vidas por completo, creía que estaría con el hasta que la muerte nos separara, que seguiríamos viviendo el sueño de tener un matrimonio estable, pero esta claro que no todo puede ser perfecto. Viví en una fantasía en donde lo creía el hombre perfecto, el
Marcelo: Miraba con ilusión la ecografía donde estaba mi bebé, ver esto me retomaba hace diez años atrás al recordar la emoción de saber que seré padre, pero esta vez, me siento aún mas dichoso por que la mujer que amo me dara a mi hijo, mi segundo hijo. Ya se ve un poco mas completo, pero aun sigue siendo pequeñito, ver esto es algo difícil de explicar. —¿Papi? —mire a Roxanne, se había levantado, eran las cinco de la mañana. —¿Que pasa mi niña? —me acerque a la camilla. —Tuve un sueño muy feo —dijo en un murmullo— ¿puedes dormir conmigo? —Claro que si mi pequeña —se acomodo para yo acostarme a su lado, con mucha delicadeza acaricie su cabello que ahora estaba muy corto, para que así se lograra dormir. Ya las pesadillas son mucho más frecuentes, lo bueno es que no se altera y logra calmarse, pero aun así, es fuerte que siendo tan pequeña tenga esas pesadillas. Desde que está aquí, es la misma. De Zack golpeándola. —Papi, ¿me dejaras de querer? —Jamás mi niña ¿Por que me lo
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