| 6 parte II |

Leah: 

Días después.. 

Dos semanas trabajando en este lugar, dos semanas soportando a mi jefe. 

Por que si, es realmente molesto, al menos lo es para mi. 

No entiendo por que tanta amabilidad, a veces creo que esta loco. Cuando me ve, abre la puerta, me cede su silla y pregunta como estoy. Yo solo quiero limitarme a hacer mi trabajo. 

No estoy planeando buscar amistades o relaciones, no después de lo que paso con Zack, después de eso, quiero estar alejada lo mas que se pueda de los hombres, todos son iguales de mentirosos e infieles así que no pienso acercarme a uno. 

Tengo que mantener distancia con mi jefe. 

—Se nota que le gustas Leah —Samara venia detras de mi, yo estaba colocándome el saco. 

—Para con eso Samara, no estoy interesada en lo más mínimo en mi jefe, de hecho en ningún hombre —tome mi bolso— para mi todos son iguales. 

—Estas generalizando hermana, papá no es como Zack y apuesto que el sexy italiano de tu jefe es mas que un caballero. 

De hecho si, es muy caballeroso. 

—Zack lo era, pero ya no pienso tocar mas el tema de Marcelo, ¿si? Ya dejame en paz. 

Fui a la cocina a despedirme de mamá y de Roxanne, desde que estoy trabajando no me da tiempo de llevarla a la escuela ya que el restaurante abre temprano y debo hacer inventario. 

Sali de la casa en busca de un taxi.

Después de divorciarme de Zack no quise tener nada de el, por mas esposa que fuese en el pasado, todos los gastos los cubría el, incluso los míos, por eso preferí no quitarle nada y yo ganarme mi propio dinero. 

Debí dejarlo en la calle. 

Tonto orgullo.

Zack hasta le envio la manutención a Roxanne por correo, el muy imbécil no se ha dignado a visitarla desde que nos separamos. No entiendo por que está tratando de esta manera a nuestra hija, cuando hace poco ella era la luz de sus ojos. 

Maldito infeliz. 

Mi teléfono sonó, lo saque para contestar, ya iba en el taxi rumbo a mi trabajo. 

—¿Si?

—Habla Zack. 

Calma Leah, respira hondo. 

—Vaya, al fin llamas. 

—He estado sobre cargado de trabajo.. Solo te llamo para decirte que mañana iré a la casa de tus padres a ver a Roxanne ya que es fin de semana y estoy completamente libre. 

—Esta bien, espero que cumplas ya que llevas dos meses sin verla. 

—Ahi estare —colgó. 

Ni siquiera preguntó por ella. Dios, debo tener demasiada paciencia con Zack. 

Pague el taxi al llegar al restaurante, salude al personal de la limpieza y vi a los meseros ordenando las mesas, ya se empezaba a sentir el olor de la comida, entre a la oficina y deje mi saco en el perchero, mire mi reloj, el jefe aun no llegaba. 

Desde que le recomende una cafetería que está a unas cuadras, siempre me trae uno junto con un panecillo, le agradezco el gesto, pero siento que es innecesario. 

No creo que le guste, es imposible.

Tengo que sacar esas tontas ideas de mi mente y enfocarme en mi trabajo, solo eso. 

Y hablando del rey de Roma. 

Debía ser honesta, ese hombre es demasiado varonil en todos los sentidos. Me molesta mucho que sea tan perfecto o aparente serlo. 

—Buenos días señorita Mckinnon. 

—Buenos días Jefe. 

Siempre que llegaba, me saludaba con una sonrisa radiante y fresca. Marcelo es asi, lo llamo Marcelo en mi mente, no puedo permitirle ese tipo de confianza. 

—Tenga —dejo el café en mi mesa— lamento no traerle el panecillo pero no había, ¿como esta?

—Sigo pensando que traerme el café es innecesario jefe, no se vaya a prestar esto para malos entendidos.. Y respondiendo a su pregunta, estoy bien. 

—Una cosa, lo que diga el personal me tiene sin cuidado —se encogió de hombros— y segundo, me alegra saber que está bien, por cierto ¿como esta su pequeña?

Todos los días me pregunta por ella sin falta. 

—Esta muy bien, se esta preparando para un recital de baile que tiene en una semana. 

—Cierto, usted me había pedido permiso para ir —sonrió de nuevo— se que lo hará bien, la dejo que debo ir a la cocina. 

Solo asenti. 

Vi como tomo su uniforme y se cambió en el baño. Cuando salió, el se subió las mangas a los codos y busco el delantal que se ató en la cintura, luego de eso, salió de la oficina. 

Mire el vaso con el café y lo tome, aun no se como descubrió cual era mi café favorito, aunque tengo la leve sospecha de que mi hermana se lo dijo. 

No creo que le guste, no debo confundir amabilidad con atracción, quizá esté siendo amable conmigo y ya, el le da el mismo trato a los empleados, bueno, yo soy una empleada mas asi que deberia dejar de pensar en tonterias. 

(...)

Más tarde.. 

Hoy, como todos los días fue un dia demasiado atareado para mi haciendo balances, cuentas y buscando proveedores para que traigan insumos y vinos nuevos. 

Desde que Marcelo abrió el restaurante se ha convertido en el más popular de la zona, como no serlo si el hombre prepara auténtica comida italiana, también hace comida de otros países de europa pero la italiana es la más popular. 

El cocina como los Dioses, ya entiendo por que tiene dos estrellas Michelin. 

En lo personal a mi me gusta como cocina, sus platos son sostificados, deliciosos y delicados. Hasta ahora he probado algunos platos que hace, siempre voy a almorzar a la cocina donde el mismo me sirve la comida, mi favorita es la ensalada Capresse, podría comer ese platillo todos los días sin problemas. 

Hoy fue un dia pesado y por suerte ya iba de camino a casa, mire mi reloj y este marcaba las diez de la noche, me quede afuera del restaurante esperando un taxi, estaba realmente agotada. 

—¿Señorita Mckinnon? ¿Que hace aquí? —voltee hacia la voz de mi jefe. 

—Estoy esperando un taxi. 

—Nada de eso, la llevo a su casa. 

—No es necesario jefe, no se preocupe. 

—No me iré, ¿sabe lo peligrosa que es la zona a esta hora? —se cruzó de brazos. 

—No se rendirá ¿cierto? —el negó— bien, me iré con usted. 

—Buena decisión —empezó a caminar hacia su auto. 

Me abrió la puerta y yo entre al auto, luego el lo hizo, no había visto su auto por dentro, es limpio. 

—Bien, digame la direccion de su casa para llevarla. 

Le di la direccion, tambien empece a escribirle a Samara diciéndole que iba hacia la casa con mi jefe. Desde que me separe de Zack y empecé a trabajar, siempre daba mi ubicación en tiempo real, con tanto loco suelto en la calle, siempre hay que estar alertas. 

—Por cierto jefe, mañana no podre ir a trabajar, al menos no por la mañana. 

—¿Ah si? ¿Por que si puedo saber? 

—Es un asunto un poco personal, solo quería decirle para que no haya problema. 

—Bueno esta bien, puede llegar en la tarde o cuando este libre, no hay problema. 

No entiendo ¿por que me molesta tanto que sea tan amable? Dios voy a enloquecer con este hombre. 

Después de un largo camino,a mi parecer y lleno de silencio que a mi me resultaba un poco incomodo, llegamos a mi casa. 

—Gracias por traerme jefe. 

—No hay de que señorita Mckinnon, que tenga buenas noches, saludos a su familia y a la pequeña. 

—Con mucho gusto, conduzca con cuidado —el asintio. 

Salí de su auto y camine hasta mi puerta, saque las llaves y abrí, al voltear el todavía no se iba ¿Porque no se va? Al verme abrir la puerta por completo, encendió el auto y arranco, o sea, ¿estaba esperando que entrara? 

Ese gesto me molesto, por que recordé cada maldita cita que tenía con Zack, el siempre hacia eso. Entre a la casa y deje mis cosas sobre el sofá. 

Basta Leah, el no es Zack.

—¿Por que estas tan molesta? —Samara venía saliendo de la cocina con una taza de cereal. 

—Fue un dia agotador, eso es todo —me senté en el sofá y me quite los tacones, gemí de alivio al sentir la alfombra sobre mis pies—, mañana viene Zack a ver a Roxanne. 

—Al fin aparece el idiota —se sentó a mi lado—, eres mi hermana ¿lo olvidas? —la mire sin entender— que no estas molesta por Zack, hay algo más, vamos cuenta —se metió la cuchara de cereal a la boca. 

—Si estoy un poco molesta por la situación de Zack, hasta ahora aparece. Pero si tienes razón, hay algo más que me molesta, es mi jefe. 

—¿Que? ¿Porque? —frunció el ceño. 

—Es demasiado amable conmigo y eso no me gusta.. No quiero pensar que le gusto —solté un suspiro pesado— siempre es atento y esas cosas.. Me molesta tanta perfección. 

—Definitivamente estas loca —rió— ¿sabes cuantos hombres así quedan? Ninguno hermana, no entiendo por que estas tan molesta por eso. 

—Ni yo misma me entiendo la verdad.. Quiza es por que no quiero que otro hombre se acerque a mi, no después de lo que pase con Zack. 

—Lo entiendo Leah, pero debes entender también que no todos los hombres son como Zack, no puedes meterlos todos dentro de un saco.. Aun existen hombres que son como las películas, perfectos.. Quizá Marcelo se quiera acercar a ti, pero como estas tan a la defensiva, no sabe como hacerlo. 

—No quiero una relacion ahora, estoy recién divorciada. 

—Zack tambien y se casa en dos semanas —dijo irritada— tu tienes derecho a rehacer tu vida con quien quieras, deja de pensar cómo las mujeres de los cincuenta que se quedaban solas después del divorcio. Eres una mujer adulta, inteligente, hermosa, preparada, se que no necesitamos de un hombre para sobrevivir, pero no por eso vas a cerrarte al amor por culpa de Zack. 

—Tengo una hija, tengo que cuidarme aún más de ello. 

—Lo se hermana, eso es lo primordial, tampoco es que te vas a casar con el primer hombre que conozcas —rió—, solo date una oportunidad pero cuando estes lista —se puso de pie— solo piensalo hermana, por que de algo en lo que estoy segura, es que ese hombre, está a tus pies. 

No voy a permitir eso de nuevo, no voy a permitir que nadie me lastime de la misma manera en la que lo hizo Zack, si antes no pude proteger mis sentimientos, esta vez lo haré. 

(...)

Al dia siguiente.. 

Había llegado el sábado y mi pequeña estaba contenta por que su papá vendría a verla. Su sonrisa no se borraba en absoluto. 

—¿Crees que venga? —me preguntó mi mamá.

—Eso espero, aunque para ser sincera, algo me dice que no vendrá, pero quiero darle el beneficio de la duda. 

Espero que se aparezca, no me dijo a qué hora vendría, pero se que es en la mañana. 

—Nena —fui hasta la sala, Roxanne estaba sentada al lado de mi papá en la sala, ambos veían Mickey Mouse— vamos a arreglarte para que tu papi te vea hermosa. 

—¡Si mami! —se puso de pie en el sofá y la cargué. 

Ambas subimos a la habitación, la dejé sobre la cama mientras saltaba de emoción. Yo por mi parte le busque un lindo vestido con un leggins debajo y sus botas. 

—Hay que darte un baño —le quite la pijama— estas llena de migajas de pan y yogurt —deje un beso en su mejilla. 

La metí al baño y así empezar a bañarla, hace días que no compartía un momento asi con mi pequeña, siempre que llegaba era tarde y ya dormía. Mañana es mi dia libre asi que planeo llevarla al parque para que pase una tarde agradable y luego a una heladería. 

—Mañana te llevaré a una heladería ¿que dices? —le estaba sacando el shampoo del cabello. 

—Si quiero mami —sonrió—, pero vamos con los abuelos y mi tia. 

—Claro que si mi amor —la puse de pie— vamos a vestirte y ponerte más linda de lo que ya eres. 

La cargue de nuevo y la lleve a la cama, le seque el cuerpo y le di su ropa interior para que se la pusiera, ya que está creciendo, estoy enseñandole a que vaya siendo un poco más independiente, le gusta cuando hace las cosas por si misma. 

Después de vestirla, ella misma se puso sus botas y después la peiné. Le tomé la mano y la lleve hasta la sala donde ella se sentó al lado de mi papá mientras esperaba al suyo. 

(...)

Una, dos, cuatro, no había llegado, Zack no había venido. 

Caminaba de un lado a otro con el teléfono en mi oído, mientras miraba a Roxanne dormida en el sofá de la sala, el muy bastardo no había llegado. 

—No puedo creer que le haya hecho esto a Roxanne —dije con rabia, tenía ganas de llorar— no es posible que no le importe nuestra hija. 

—Si llega a aparecer, juro por Dios y mi nieta que voy a partirle cara —mi papa estaba sentado al lado de Roxanne con un b**e en la mano.

—No digas eso estando la niña aquí Erick —mi mamá lo regaño. 

El timbre de la casa sonó, Samara fue a abrir de prisa. 

—Buenas tardes.

¿Marcelo?

—Pasa Marcelo. 

Fruncí el ceño al verlo, ¿qué hace aquí?

—Jefe, ¿se puede saber qué hace aquí? 

—Oh bueno, es que vine a tener una cita con alguien especial —sonrió. 

—Creo que vino en mal momento —me acerque mas a el— yo no voy a tener una cita con usted.

—Lo siento pero la cita no es con usted señorita Mckinnon —miró a mi hermana— ¿donde esta mi cita? 

Samara fue hacia el sofá y poco a poco despertó a Roxanne, le tomo la mano y la trajo hasta mí y Marcelo. El saco una flor detrás de su espalda, hasta ahora me doy cuenta de que traía una canasta con el. 

—Hola pequeña —se agachó a la altura de Roxanne y le dio la flor— estas muy bonita. 

—Gracias —ella le sonrió. 

—Tu y yo tendremos una pequeña cita en el jardín, traje muchas cosas en la canasta y un pequeño regalo para ti ¿aceptas? 

Roxanne le asintió. 

—¿Me dicen donde esta el jardin? —preguntó con un poco de timidez. 

—Yo lo guío señor Cavalli —mi mamá se le colgó del brazo y tomó a Roxanne de la mano para llevarlos al jardín. 

Yo miraba todo perpleja, no sabía que hacer o que decir. Mire a mi hermana quien me sonreía con falsa inocencia. 

—¿Porque lo llamaste?

—Cierto, ¿por qué lo llamaste? —apareció mi papá.

—No se molesten, lo llame por que Roxanne estaba triste por que el imbécil de su papá la dejó plantada, no queria que mi sobrina pasara un mal dia y el aceptó encantado —miró hacia el jardín— denme las gracias después. 

Sali al jardin y mi mamá entro a la casa, Marcelo de la canasta sacó un mantel de flores, junto con eso muchas cosas, entre ellas una caja envuelta en papel de regalo, el se la dio a Roxanne. 

—Gracias —se sentó en el mantel y empezó a romper el papel, la caja era un juego de te— mami, es un juego de te —me lo mostro— gracias Marcelo. 

—No hay de que pequeña —me miró— espero que no te moleste que le haya traído un regalo. 

Acaba de tutearme. 

—No, no me molesta —me senté en el mantel. 

—Traje muchas cosas deliciosas —empezó a sacar tazas de la canasta— hice galletas de avellana. 

—Son mis favoritas —Roxanne sonrió feliz. 

—¿En serio? Las mias tambien —dijo Marcelo con una enorme sonrisa— choca esos cinco pequeña. 

Ambos chocaron los cinco. 

—También jugo de fresas, pasta Carbonara y vegetales al horno... Les va a encantar. 

—No tenia por que hacerlo. 

—No es molestia, supe que no ha tenido un buen dia y me pareció justo alegrarla un poco. 

—¿El restaurante? —me crucé de brazos mientras lo miraba de forma acusadora.

—Ah eso —indicó, restándole importancia—, hubo una repentina fuga de agua y lo tuve que cerrar, lo abriré el lunes con más calma. 

No se por que pero no le creo esa repentina fuga de agua en el restaurante, pero esta vez se lo dejare pasar por que mi hija está contenta con este detalle que acaba de hacer Marcelo. 

—Probaremos la pasta ¿que dicen? —nos miró a ambas— aviso que no tiene cebolla.

Creí que lo olvidaría. 

—Lo haremos —respondí. 

Mi estómago se hizo un nudo y no sabía exactamente como sentir o describir mis sentimientos. Estaba molesta por un lado por lo que hizo Zack, pero por otro lado, esto que acaba de hacer Marcelo sobre pasa los límites de la perfección. 

Dejar de hacer lo que le gusta, cerrar su restaurante para venir hasta mi casa y ¿hacer todo esto? Me acaba de confirmar de que el siente algo por mi, no quiero suponer cosas, pero siento que estoy en lo cierto. 

Si le gusto, no Sabré como corresponderle, por que me da miedo sentir lo mismo que llegue a sentir con Zack y termine con el corazón hecho pedazos de nuevo, me ha costado recoger cada pieza y ponerla en su lugar, no quiero vivir lo mismo. 

Puede que el no sea como Zack, pero a mi nadie me saca de la cabeza lo que viví con el y de como me engañó de la peor forma. Sentir de nuevo amor, es lo que más me asusta en este momento. Temo por mi, mi corazon, mi estabilidad y mi pequeña. No nos merecemos que nos rompan el corazón de nuevo. 

Pero, ¿qué pasaría si no lo intento? 

Seguramente podria vivir toda mi vida arrepintiendome de no haberme arriesgado cuando tuve la oportunidad. 

Dios, estoy hecha un mar de problemas y no se como solucionarlo. 

Sigue leyendo este libro gratis
Escanea el código para descargar la APP
Explora y lee buenas novelas sin costo
Miles de novelas gratis en BueNovela. ¡Descarga y lee en cualquier momento!
Lee libros gratis en la app
Escanea el código para leer en la APP