¡La subasta empieza, y que gane el mejor postor!. Para Lili no había mayor infierno que el vivir en su casa, bajo las duras reglas de su madrastra. Nunca creyó que su pase a la libertad la llevaría a un infierno mucho peor, al ser subastada al mejor postor. El excéntrico multimillonario, Daniel Jackson, es cautivado por su belleza, y realmente hará todo lo posible para llevarse el gran premio consigo. El frío e imponente hombre, solo lo hace para satisfacer sus deseos más oscuros. ¿Qué pasará con la bella Lili al convivir con aquel hombre?.
Ler maisNota autora: La historia ya está completa, la razón del por qué aparece en "proceso" es porque estoy subiendo la obra totalmente corregida. Puede que algunos capítulos no encajen a la hora de leerlos, por lo que iré subiendo los capítulos lo más pronto posible. Muchas gracias por leerme. Ten una agradable lectura.
Desde la muerte de mi madre, mi vida tomó un giro radical. Mi padre se casó con una mujer que no me quiere ni un poco. Vivir encerrada en un mar de lágrimas se había convertido en habito.
Sandra; mi madrastra, me obliga a realizar los deberes de la casa y, no solo eso, no se cansa de insultarme. Lo mismo sucede con mi hermanastra; la hija que tuvo tiempo después con mi padre.
El fingir que nada ocurre se volvió costumbre. A veces me cuestiono a mí misma si algún día tendré el valor de contarle a mi papá sobre los maltratos a los que soy sometida por ellas, pero es muy probable que no me crea una sola palabra.
En dos semanas cumpliré la mayoría de edad. En mi cabeza he creado un plan de escape, el único inconveniente es que no tengo dinero. Debo encontrar una solución, capaz de brindarme la dicha de conocer la libertad. No cuento con experiencia laboral, apenas terminé el bachillerato.
Hundí el rostro en la almohada tras la misma frustración e impotencia. Quisiera acabar con esta pesadilla. Entre más pienso en ello, siento que la oportunidad que tanto anhelo se desvanece entre mis manos.
La puerta principal sonó haciendo eco en toda la casa y unos tacones pisando fuerte el mármol me obligaron a respirar hondo varias veces. Reconozco esos pasos, sé que se avecina esa tormentosa y maldita mujer que no me deja ni respirar.
—¿Te parece justo que, mientras tu padre y yo nos matamos en conseguir dinero para que tu comas, tú te quedes de holgazán en la cama con tanto que hacer en esta casa? ¡Levántate y hazme de comer! ¡Muero de hambre!
—La cena ya está hecha.
—¡Sírveme! ¡¿Qué estás esperando?! —salió de la habitación dando un fuerte portazo y maldiciendo como de costumbre.
Cerré los ojos, dándome ese ánimo, paciencia y fuerza que tanto necesito para lidiar con ella. Con un suspiro cansado me levanté, yendo directamente a la cocina. Después de servirle y esperar a que terminase; lavé los platos y regresé de nuevo a mi habitación, no sin antes lavar la ropa de mi hermanastra.
Tomé la única foto que guardo con recelo de mi madre; puesto a que esa mujer las rompió todas, y mis ojos se cristalizaron.
—Te extraño mucho, mamá. Ayúdame a salir de este infierno, por favor.
Han pasado diez años desde la última vez que pude experimentar la protección y calidez que sus abrazos me trasmitían; la manera en que me arrullaba contra su pecho y las bellas canciones que me cantaba antes de irme a dormir. Entre esos bellos recuerdos que me arropaban como una ola, quedé profundamente dormida.
Las campanas de la pequeña, pero muy bien decorada capilla sonó; dando entrada a la hermosa novia sujeta del brazo de su padre. El vestido color marfil, de corte princesa. Suavemente cayendo por los hombros hacia abajo, rozando las curvas en lugar de aferrarse a ellas, para crear una silueta elegante. Con un largo cubriendo sus pies a la hora de dar el paso. Peinada en un semi recogido trenzado, por la cual pequeña flor adorna su cabello. Su suave maquillaje más su hermosa sonrisa, la hace ver como un ángel caído del cielo para Daniel; que impaciente espera por la llegada de su futura esposa. No puede estar más feliz, y decirse a sí mismo, que, sin duda alguna, se llevó el mejor premio en aquella subasta. Con orgullo podría decir que la inocente chica sería su esposa, y quién iba a pensar que, en ese lugar, se iba a dar un amor fuerte como el de ellos. De pie junto al padre; Daniel, enfundado en un traje gris, acentuado a su buen trabajo cuerpo y con la sonris
Lili¿Realmente que era lo bueno que sacaría vendiéndome a un desconocido?, en un principio creí que acabaría mal, que, por ser tan ingenua, mi vida sería muy diferente; donde ya no tendría ningún brillo en mis ojos.Daniel, me salvó del pozo sin salida donde caí. Es un bello ángel que me brindó todo ese amor que no sabía que existía en el mismo. La vida me dejó en claro que todo pasa por algo.Deseaba con todo mi corazón salir de casa, tener mi propia independencia, tener mi propio apartamento, obtener mi dinero que ganaría con el sudor de mi frente. Pero que erróneas expectativas me hice de cómo era el mundo fuera, sabía que existía la gente mala como Sandra. Que con sus maltratos me dejaron vacía. Lo que no sabía; es que me estrellaría con un muro, y to
DanielLas gotas de sudor bajan por su frente, mojando la almohada de la camilla del hospital. Las venas de su cuello resaltan al igual, que el rojo de sus mejillas. Su fuerte agarré en mi mano casi clavando las uñas en mis palmas me advierte de que otro pujo más viene, cierra los ojos con fuerza mientras muerde su labio inferior casi haciéndolo sangrar.— Eres fuerte, princesa. Tú puedes. Recuerda que te amo — Asiente con la cabeza, da un grito ahogado y de inmediato un llanto se escucha, mi corazón late fuertemente de felicidad. Se me plasma una sonrisa y con ojos llorosos, veo como la doctora sostiene en sus manos a mi hija. Una princesa hermosa, que llora fuerte mientras limpian su pequeño cuerpo, luego de envolverla en una manta, la enfermera la acerca a nosotros, Lili está bañada en sudor y lágrimas.— Es una preciosa nena, mira
LiliMeses Después...Estos últimos meses no ha sido fácil, como se lo dije a Daniel una noche; puede que haya perdido gran parte de sus cosas materiales. Pero son sólo eso, cosas desechables. Lo único que tenemos es nuestras propias manos y nuestra salud, con ello podemos lograr todo lo propuesto.De a poco se han ido levantando las empresas nuevamente, varios inversionistas decidieron invertir dinero en las grandes distribuidoras, me he metido de lleno y he logrado aprender de a poco en todo el ámbito de la única empresa con la que quedó. Sus centros comerciales, los centros informáticos; tocó rematarlos a bajos precios, para pagar a muchos empleados. Más todo lo que la ley ordena. Varias propiedades también se vendieron. Las deudas lo estaban sofocando y esa fue la solución más rápida.Me di cu
LiliUnas semanas después y el escándalo seguía ardiendo, como el primer día. Daniel dormía poco y se veía sumamente cansado. Mi padre al enterarse fue reacio por unos días conmigo, pero luego comprendió, cuando obligada le conté toda la verdad, desde los insultos y maltratos de Sandra. De ella no volvimos a saber absolutamente nada y agradecí a todos los dioses por ello. Nicolás. estaba quedándose con nosotros en la mansión, después que su esposa firmó el divorcio se ha vuelto un borracho, Santiago se ha multiplicado para hacer lo humanamente posible para seguir con las empresas de su gemelo más las suyas. El abogado encontró más pruebas en contra de Elisabeth, que morirá en la cárcel. El juez le dio cincuenta años de prisión, saldrá de ese lugar con las patas hacía delante.
Desperté sólo en la cama, y me levanté un poco con desconcierto, al tomar mi teléfono veo que son las once de la mañana y este tiene la bandeja de mensajes saturada, con miles de llamadas sin responder. Resoplo tirándolo a un lado. Me paso las manos por el cabello despeinándolo aún más. Lili, entra con una sonrisa y una bandeja en sus manos.— Te preparé el desayuno. — Susurró con suavidad, sentándose a mi lado.— Gracias, cielo, pero y Amanda — Se encogió de hombros.— No le he visto desde que me levanté. Sólo estaban las encargadas del aseo — Fruncí el ceño.— Bien. Ven come conmigo — Negó rápidamente.— No, Daniel. Nosotros ya comimos, sólo quise atenderte un poco, ¿Te molesta? &
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