Mundo de ficçãoIniciar sessãoIsabel espera ansiosa su cumpleaños número 17, será presentada en sociedad y su mayor anhelo es conocer a un hombre que la pida en matrimonio para formar una familia, lo que no sabe es que la vida tiene destinado para ella un hombre misterioso que oculta un poder ancestral. Su amor no podrá ser completado en esta vida, pero volverán a encontrarse después de la muerte, juntos tendrán que enfrentarse al mismísimo demonio para poder vivir su amor eterno.
Ler mais— Ha llegado el momento de separarnos, si no volvemos a vernos, búscame en otra vida, voy a regresar y seré tuya eternamente.
— ¡Isabel no! ¡No te rindas! Encontraremos la manera de salir de aquí.
— Saldremos mi amor, te lo prometo, lo he visto y seremos felices, prométeme que no me vas olvidar y vas a buscarme, ¡por favor promételo!
— Voy a sacarte de aquí, puedo hacerlo, sabes que puedo.
— No podrás hacerlo sin matar a nadie y eso significa corromper tu alma, perderás tu esencia, pero hay otra forma de hacerlo, por favor, sólo dime que no te dejarás vencer y que vas a llevarme por siempre en tu corazón — dije presionando el camafeo con mi retrato contra su pecho.
— Isabel mi amor, eres mi vida y lo serás eternamente, pero no acepto que te despidas de mí.
— No es un adiós amor mío, es un hasta pronto, por favor confía en mí y prométeme que pase lo que pase no corromperás tu espíritu. Yo voy a salir de aquí y te prometo que voy a encontrarte
— Te lo prometo…
Lo abracé y lo besé, las lágrimas corrieron por mis mejillas y sus ojos se llenaron de agua, los guardias lo arrastraron hacia la puerta. Sabía que había llegado mi final, estaba a punto de morir y tenía miedo, pero mi alma estaba tranquila porque sabía que pronto regresaría y en otra vida, en otro tiempo Maximiliano estaría esperando por mí y que ni siquiera la muerte podría volver a separarnos, porque nuestro amor estaba destinado a la eternidad.
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1794
¡Isabel! — Gritó mi madre desde la cocina sacándome de mis pensamientos, yo me encontraba sentada en una pequeña banca en el jardín central de nuestro palacio, imaginando lo maravilloso que será mi baile de cumpleaños, cumpliré diecisiete años en dos semanas y mi madre está organizando un baile para presentarme en sociedad, han invitado a todas las familias más importantes de la ciudad, entre las cuales tal vez conozca algún caballero. Como toda señorita de buena familia, yo solamente podía salir a la iglesia acompañada de mi madre por supuesto, pero al ser mayor podría salir solo con la sirvienta, mi madre ya no tendría que acompañarme a todas partes— ¡Isabel! — Volvió a gritar al ver que yo no respondía.
— ¡Ya voy madre! Solo voy por mi rosario y mi velo a la habitación y te alcanzo — Era la hora de salir rumbo a la iglesia.
Mi rutina diaria, era de lo más aburrida, salir a misa de nueve de la mañana, asistir a las hermanas del convento impartiendo el catecismo a las niñas y asistir a mis clases de piano y de pintura en el convento por supuesto y por la tarde, después de comer, tomaba una siesta antes de salir con mi madre nuevamente a la iglesia a rezar el rosario y al finalizar ir a tomar el té en casa de alguna de las damas de la congregación; únicamente lo disfrutaba cuando mi amiga Laura me acompañaba, su madre lamentaba no poder ser parte activa de la congregación, porque una extraña enfermedad la tenía postrada en cama y por eso confiaba su cuidado a mi madre.
Tomé mi rosario y coloqué sobre mi cabeza una hermosa mascada de seda bordada con hilos de plata que mi padre me había traído de Europa en su último viaje, me miré en el espejo ya faltaba muy poco para dejar de usar mis vestidos de niña, pronto iba poder usar vestidos a la última moda europea como toda una dama de sociedad.
Alcancé a mi madre en la entrada del palacio y comenzamos a caminar sobre la calzada rumbo a la catedral que quedaba apenas cruzando la plaza.
— ¡Vamos niña, que sabes que no me gusta llegar tarde! — me regañó por tardar tanto.
— Lo siento madre — dije casi en un murmullo temiendo una reprimenda mayor.
Comenzamos a caminar, “una señorita decente, mira hacia el piso mientras camina”, solía decir mi madre, pero para mí era imposible no mirar hacia todos lados, eran tan pocas las veces que salía a la calle, que disfrutaba hasta el más mínimo detalle, el traje de un hombre llamó mi atención, no debía mirar a un hombre, pero necesitaba ver su rostro, levanté un poco la cabeza para poder mirar mejor y mis ojos se encontraron con los suyos, era un hombre hermoso, claramente mestizo llevaba el cabello atado a la nuca con un cordón dorado, una ligera barba bien recortada resaltaba sus bellas facciones y sus ojos, sus hermosos ojos castaños hicieron que una corriente eléctrica recorriera mi cuerpo tan sólo con mirarme, sentí las mejillas calientes y llenas de rubor cuando me ofreció una sonrisa y una discreta reverencia imperceptible para los demás, pero no para mí, que avergonzada por mi conducta inapropiada bajé rápidamente la mirada fueron solo unos segundos pero fue suficiente para armar una revolución en mi interior, mi corazón parecía galopar de prisa, mi estómago parecía albergar un enjambre de mariposas y… mi zona íntima palpitaba de una forma extraña, nunca antes había tenido esa sensación, me avergoncé en silencio por mis pensamientos, esa zona del cuerpo era tan íntima que debía ser un pecado tener esa sensación.
Entramos en la iglesia y tan sólo podía pensar en la hora en que el rosario terminara, necesitaba salir y volver a verlo, aunque sea un instante.
Fue el rosario más largo de mi vida, estaba tan impaciente por salir de allí, que tuve que pedir perdón a Dios en varias ocasiones, incluso sabía que tenía que confesarme y la penitencia que el sacerdote me impusiera, iba a ser demasiado severa por mi mal comportamiento.
Caminé hacia él como si fuera un imán atrayéndome, cuando al fin estuvimos frente a frente, mi corazón comenzó a palpitar rápidamente, un revoloteo de mariposas en mi estómago me hacía sentir un cosquilleo en el pecho. Nos miramos fijamente e inmediatamente reconocí esos hermosos ojos castaños que me transmitían una profunda paz, su rostro era perfecto, intenté acariciar su rostro para saber si era real, pero detuvo mi mano para que no lo hiciera, quise hablarle, pero con su mano me indicó que guardara silencio; Tomó mi mano y me condujo suavemente hacia la playa.Caminamos en silencio tomados de la mano, yo sentí que mis pies no tocaban el suelo, me sentí flotar entre las nubes, cuando llegamos a la playa, me sorprendí al mirar el espectáculo luminiscente sobre el agua, me tomó en sus brazos y yo me sentí como una princesa, nunca nadie me había cargado de esa manera, caminó hacia el mar y giró sobre su eje conmigo en brazos, yo comencé a jugar con el agua formando estelas luminiscent
Era domingo y mi último día libre, porque al día siguiente tendría que iniciar con mi nuevo trabajo, así que tenía ganas de salir y de ir a la ciudad a dar un paseo; Llamé a Lola para ver si querría acompañarme, pero Zazil me dijo que había ido al hospital a ver un paciente grave.Decidí darme una ducha y pedir una seguridad que me llamaran un Uber, pensé en desayunar en algún lugar de la ciudad.Entré en el baño y puse música que tenía grabada en mi celular y comencé a bailar, mientras me desnudaba para meterme a la ducha, me sorprendí cuando vi a «Maxi» mirándome atentamente, e inexplicablemente, sentí mucha vergüenza, lo saqué del baño y cerré la puerta, después me reí de mi misma por haberme sentido cohibida por un perro.Me llevé una gran sorpresa al darme cuenta que mi conductor, era nuevamente Iván, se bajó del auto y me abrió la puerta del copiloto.— ¿Me permite señorita? Es un placer para mí ser nuevamente su conductor—dijo con la sonrisa más encantadora de su repertorio.—
Extrañamente, «Maxi» comenzó a caminar junto a mí.— Por cierto, Zazil me comentó que comenzarías a buscar trabajo.—Ah sí, le dije que lo haré a partir del lunes.— Justamente, es por eso que te estaba buscando, tenemos una vacante en la administración del hospital, ¿Te gustaría trabajar con nosotros?, voy a solicitar a recursos humanos que te haga una oferta laboral, y si estás dispuesta, te puedes considerar contratada.— ¿De verdad Lola? ¡Claro que lo voy a considerar! no sabes que feliz me haces, conseguir trabajo era mi mayor preocupación.No esperaba respuesta de mi parte, simplemente me encaminó hacia la cabaña y se fue, entré en la casa y cerré la puerta, «Maxi» se fue caminando tras ella moviendo su cola.Esa tarde, mi deseo de curiosear por la propiedad, se frustro, así que tomé un libro que me habían obsequiado días atrás, subí a la terraza y me recosté en la hamaca y comencé a leer, se trataba de una novela romántica; después de un rato de lectura, me quedé dormida en la
El hombre salió, me miró y me hizo un gesto para que entrara.Almorzamos en un restaurante y Lola pidió el filete más grande medium-Rare yo no podía dejar de mirar cómo lo saboreaba en ese término casi crudo.Regresamos a casa un poco antes de las 6:00 pm y apenas llegamos bajó del auto y le ordenó al guardia que me ayudara con las compras.- Nos vemos mañana - dijo – tengo algo importante que hacer- y se fue rápidamente.Llegué a la cabaña y Zazil estaba allí esperándome, para ayudarme a ordenar todo lo que había comprado.- Voy a prepararle una cena ligera y un té para que descanse señorita –- Gracias Zazil, lo voy a necesitar, porque esto de ir de compras fue bastante cansado – le contestéSabía que no aceptaría una negativa por respuesta así que decidí dejarme consentir.- ¿Sabes Zazil? A partir del lunes voy a empezar a buscar trabajo, así que necesitaré desayunar muy temprano, voy a buscar en internet, pero también vi en la ciudad una agencia de empleos así que quiero ir allí a
El ruido de la puerta me sacó de mis pensamientos bajé rápidamente las escaleras y me encontré con la señora del servicio, la misma que había visto el día anterior en la casa de Lola.- Buen día señorita Isabel, espero no haberla despertado – me dijo al tiempo que puso una bandeja con un delicioso desayuno en la barra de la cocina- La doctora, me pidió que le trajera el desayuno porque usted aún tiene su refrigerador vacío- continuó – también me dijo que me pusiera a sus órdenes, si usted está de acuerdo, yo me haré cargo de la limpieza de la cabaña y de atenderla a usted –—Gracias — contesté – pero no quiero dar molestias, yo misma puedo hacer la limpieza y atender mis necesidades por lo pronto dispongo de todo el tiempo del mundo. ¿Cuál es su nombre? –pregunté-—Mi nombre es Zazil señorita — contestó – y no es molestia, venir a limpiar la cabaña dos veces por semana es parte de mi trabajo y también puedo encargarme de preparar sus alimentos.— Está bien Zazil, se lo agradezco mucho
Subí las escaleras y llegué a la terraza, me acerqué al barandal a mirar la inmensidad de la oscuridad, con la luz de la luna podía ver el jardín encantado y después la nada, la selva y el mar eran solamente oscuridad. Me disponía a entrar en la habitación cuando escuché un sonido extraño que me hizo voltear rápidamente, era el perro que salió de entre la maleza por un momento se quedó mirando fijamente hacia la cabaña, mi corazón comenzó a latir con fuerza, no sabía que era lo que sentía, pero sin duda podría jurar que el perro me estaba mirando fijamente mi estómago se contrajo cuando emitió un aullido, no sentí miedo su aullido no parecía de dolor era más bien como si me estuviera dando la bienvenida, luego se fue corriendo y se perdió entre la selva.Miré hacia la cama y me di cuenta que la maleta que había dejado encima no estaba y en su lugar había una cesta, en su interior había shampú, jabón de tocador, pasta dental, gel de baño, crema corporal y facial con bloqueador solar y
Último capítulo