Mundo ficciónIniciar sesión
Mi biblioteca
  • PARTICIPA Y GANA Concurso
  • Português
  • Para autores
    Recompensas de autoresPara autores
  • Ranking
  • Navegar
    Todos
    Mística
    Chick Lit
    LGBT
    Guerra
    Adolescente
    Paranormal
    Ciencia Ficción
    urbano
    Hombre-lobo
    Clásico
    Suspenso
    Oriental
    Historia
    Otros tipos
    Romántica
    Fantasía
    Personajes Sobrenaturales
    Acción
    Realista
    Crimen
  • Inicio
InicioUn año para Sanar: La enfermera y el Millonario
Un año para Sanar: La enfermera y el Millonario

Un año para Sanar: La enfermera y el MillonarioES

Romántica
Natalie Jones  Recién actualizado
goodnovel16goodnovel
0.0
Reseñas insuficientes
28Capítulos
2.9Kleídos
Leer
Añadido
compartir: 
  • Copiar
Denunciar
Resumen
Índice

Sinopsis

bxgSensibleEnfermeraRomancehermosa protagonista femeninacrecimiento del personajeNovia embarazada a la fuga

"Un año para sanar: La enfermera y el millonario" cuenta la historia de Amelia Jones, una mujer que siempre ha tenido mala suerte como fiel compañera. Tras una oferta que no puede rechazar para cuidar a un hombre rico en silla de ruedas, ve la oportunidad de cambiar su vida y cumplir su sueño de estudiar Literatura en Europa. Pero cuidar de Alexander Alderidge, un hombre controlador, cínico y arrogante, no será tarea fácil. Mientras Amelia lidia con los problemas cotidianos de cuidar a un paciente, también debe enfrentarse al doloroso pasado que la persigue. Alexander, por su parte, también tiene sus heridas abiertas por el tiempo, y ambos necesitan curar no sólo sus piernas, sino también sus propias almas. A lo largo de un año, estos dos personajes, tan diferentes pero tan parecidos en su dolor, descubrirán que la vida puede ser impredecible y que el amor puede aparecer en los lugares más insospechados. Una conmovedora historia sobre la superación, la madurez y la búsqueda de la felicidad.

Leer más
Un año para Sanar: La enfermera y el Millonario Novelas Online Descarga gratuita de PDF

Último capítulo

  • Capítulo Veintiocho

    Sabine dejó a Amelia en el tríplex, dejando la tarjeta de Alexander en una mesita del vestíbulo. Enseguida se despidió y abandonó el lugar.Amelia caminó por el piso, dirigiéndose al espejo que había cerca de las escaleras que llevaban al segundo piso. El vestido que llevaba era rosa claro, todo de seda, con un corpiño estructurado y un sutil escote en pico que daba volumen a sus pequeños pechos. Seguía una estructura hasta la cintura y la falda era completamente suelta, con una larga abertura. Llevaba el pelo más corto, un poco por encima de los hombros, como ella siempre había querido y Barth siempre le había prohibido. El maquillaje resaltaba sus grandes ojos verdes y sus labios rosas adquirían un suave tono rojo.Estaba sencillamente despampanante, como nunca la había visto.Distraída, Amelia apoyó la mano bajo su vientre, acariciándolo suavemente.- ¿Amelia? ¡Ay, Dios mío! - la voz de Helena la sacó de su breve trance al entrar en la habitación-. - ¡Estás espectacular!Amelia so

  • Capítulo Veintisiete

    En cuanto amaneció, Amelia se preparó y bajó los pisos hasta la planta baja. Aprovechó que la mañana estaba fresca para ir a Central Park. Era la primera vez que iba desde que se mudó a Nueva York y luego a los Hamptons. Tras parar en una cafetería y comprar un Frappuccino de chocolate, se dirigió al césped y se sentó a disfrutar de la soleada mañana.Amelia aprovechó para leer un poco, pero pronto se distrajo cuando su atención fue robada por una madre y su bebé. Un precioso niño de pelo rubio y mejillas sonrosadas que corría torpemente con sus piernas regordetas por el césped. Se reía mientras corría hacia su madre, que lo abrazaba mientras le besaba las mejillas.Sin darse cuenta, Amelia apoyó la mano en su propio vientre mientras se lo alisaba. Podía sentir cómo crecía un poco más, preguntándose si dentro de un rato estaría ella allí, jugando con su bebé. Amelia se sentía cada vez más segura de aquel embarazo. Pero no sabía si podría seguir mintiéndole a Alexander como había est

  • Capítulo Veintiséis

    Ethan sacó champán de la bodega para que brindaran y llamó al Sr. y la Sra. Smith para que brindaran con ellos. Pidieron el almuerzo en el cercano restaurante del Hotel Plaza y todos se reunieron en el salón. La señora Smith regresó de la cocina con las copas y las distribuyó entre todos los presentes mientras Ethan empezaba a servirlas. Cuando le tocó a Amelia servirlos, ni siquiera tuvo tiempo de responder cuando Helen, Alexander y Benjamin dijeron que no al unísono, sobresaltando no sólo a Amelia sino también al señor Smith.- Yo no bebo, señor Alderidge. - Contestó ella completamente imperturbable, sin entender por qué Alexander también había dicho que no.- Eres oficialmente mi cuñada, así que llámame Ethan. - Habló mientras sonreía, volviendo a centrar su atención en Helen. - Lena, ¿podrías traer zumo para que Amelia brinde con nosotros?Helena sonrió, alcanzando el vaso de Amelia y dirigiéndose a la cocina. La señora Smith regresó unos minutos después con un vaso lleno de zu

  • Capítulo Veinticinco

    Amelia contempló encantada la decoración del vestíbulo. Era todo paredes blancas con muebles de madera. Una escalera central conducía a los pisos superiores y las ventanas iban del suelo al techo, mostrando todo Central Park. Amelia recorrió el lugar completamente asombrada. Era la casa más bonita en la que había entrado en su vida.- ¿Qué te ha parecido? - preguntó Alexander, fijándose en los ojos brillantes de su mujer.- Es maravillosa, Alex. - Contestó ella, caminando hacia él.- Ven, quiero enseñarte otro sitio. - Habló, guiando la silla de ruedas por el primer pasillo y deteniéndose frente a una puerta doble de caoba. - Ábrela. - ordenó.Amelia lo miró sin comprender, pero obedeció.Al abrir la puerta, Amelia se quedó boquiabierta al ver la biblioteca de la residencia.Con estanterías y más estanterías de libros perdidos, además de una chimenea y cómodos sillones con vistas a Central Park. Entró asombrada, como una niña en una juguetería. - ¿Qué te ha parecido? - Preguntó, cru

  • Capítulo Veinticuatro

    Alexander estaba en su habitación cuando Amelia regresó de "comer" con su hermano mayor. Pasó gran parte de la tarde pensativo con toda la información que Helena le había dado. ¿Cómo podía alguien tan joven como ella pasar por tanto terror a lo largo de los años? Más que nunca, quería protegerla del mundo. Y más que nunca, la amaba. Era una mujer excepcional, tan llena de valor a pesar de todo, y aún llevaba esa carga. El bebé del hombre al que odiaba. Pero si Amelia estaba dispuesta a criar y amar a ese niño, él haría lo mismo. No sólo la protegería a ella, sino también a su futuro hijo.- ¿Puedo pasar? - preguntó Amelia al llamar a la puerta, sacando a Alex de sus pensamientos.- Sí, Amy. Pasa. - respondió, volviendo a centrar su atención en la puerta.Miró a Amelia, intentando notar algún signo de embarazo, pero sin éxito. Pero no podía negar que Amelia parecía más radiante, más hermosa. Más que de costumbre.- ¿Qué tal el almuerzo? - preguntó, resignándose al hecho de que ella

  • Capítulo Veintitrés

    Alexander miró a Helena completamente sorprendido, sintiendo cómo su rostro se calentaba de inmediato por la frustración y la furia.- No... No es posible. - Dijo mientras mil cosas pasaban por su mente.- ¡Me ha engañado! ¡Me ha mentido! - Gritó furioso, agarrando el vaso que estaba sobre la encimera y lanzándolo contra la pared.Helena se escudó temerosa de él.- ¡Alexander! - Ella le advirtió, nunca le llamó por su nombre.- Helena, se acercó a mí, ¡¡¡me enamoró de ella para engañarme!!! - Gritó. - ¡Igual que Megan lo intentó!- ¡Estás siendo injusta! - Le replicó ella. - Amelia no es como Megan, nunca lo fue. - Afirmó ella. - Amelia no sabía que estaba embarazada, ¡por el amor de Dios!- ¿Cómo puedes decir eso? ¡No sabemos nada de ella! Sobre su vida, ¡siempre la ha ocultado! - gritó, completamente alterado.- ¡Porque tenía sus razones! No tienes ni idea de lo que ha tenido que pasar esta chica para llegar a esta casa y no voy a permitir que saques conclusiones precipitadas. - Dij

  • Capítulo Veintidós

    A medida que pasaban las semanas, Amelia contaba con más ayuda de Helena, que la ayudaba en todo lo posible con el embarazo, pero seguía manteniéndolo en secreto para Alexander. Alexander por su parte, se involucraba cada vez más con el trabajo de la empresa que iba llegando poco a poco. Fue un proceso largo el que le propuso su terapeuta, pero era notable como poco a poco iba recuperando parte de su vida.Cuando no estaba en la oficina trabajando y Amelia le hacía compañía, estaba con Adam a puerta cerrada y siempre salía chorreando sudor, pero aparentemente satisfecho.La barriga de Amelia empezaba a mostrar sus primeros signos. Era alta y delgada, no sería difícil darse cuenta enseguida de que estaba embarazada y eso le preocupaba mucho.Pronto ya no podría ocultar su embarazo a Alexander y necesitaba prepararse para el día en que se lo contaría todo. Aquella mañana, Amelia fue a la oficina donde Alex ya estaba trabajando. A diferencia de su pijama de lactancia, esta vez llevaba

  • Capítulo Veintiuno

    - ¿Por qué no? - preguntó Helena claramente confundida.- Helena, se decepcionaría de mí si lo supiera. - Amelia intentó restarle importancia, pero Helena ya se daba cuenta en el acto.- Creo que eso es muy poco probable, Amelia. Siente verdadera adoración por ti. - replicó la señora Smith. - ¿Qué más ocultas?Aquella pregunta cogió a Amelia por sorpresa. Helena era una mujer muy perspicaz y no sería tan fácil engañarla.- Helena, le quiero. - Respondió ella, respirando hondo mientras miraba hacia el mar. - Lo amo con todo mi corazón.La señora Smith guardó silencio unos segundos, luego se encogió de hombros y apoyó la mano en el regazo de Amelia.- Y él te quiere a ti. Todos en esa casa lo saben. - replicó Helena, comprendiendo lo que Amelia quería decir.- Yo también lo sé. Y después de lo que pasó con Megan y Henry, no puedo volver a hacer sufrir a Alexander. - Explicó Amelia con tristeza. - No puedo hacerle daño así. - Pero ¿no crees que le haces aún más daño ocultándole este emb

También te gustarán

  • Cuando Sus Ojos Abrieron
    Cuando Sus Ojos AbrieronSimple Silence9.0M leídos
  • Déjeme ir, Sr. Hill
    Déjeme ir, Sr. HillSuperficie del Sur4.0M leídos
  • Esposa Pecadora
    Esposa Pecadora Sixteenth Child3.9M leídos
  • La Heredera Divorciada Billonaria
    La Heredera Divorciada BillonariaQuiero comer carne3.6M leídos
  • La Pequeña Novia del Sr. Mu
    La Pequeña Novia del Sr. MuGato con sabor a limón2.5M leídos
  • ¡Buenas noches, Señor Ares!
    ¡Buenas noches, Señor Ares!Lenguaje de paz2.4M leídos

Libros interesantes del mismo período

  • Marcada
  • Nunca me dejes ir
  • Niñera de mi propia hija
  • El Regreso del Magnate francés
  • Millonario Arrogante
  • MAMÁ POR ERROR
  • La amante del Ceo por Accidente
  • A un paso de la felicidad
Comentarios Deje su reseña en la aplicación
No hay comentarios
28 chapters
Capítulo Uno
Un año para Sanar: La enfermera y el Millonario/Natalie Jones
El taxi dejó a Amelia frente a su residencia de los Hamptons. La chica bajó del vehículo concentrándose en meter el pie derecho en la propiedad junto al mar. Arrastró la maleta de ruedas hasta la puerta y no tardó en llamar al timbre que sonaba silenciosamente en el exterior. - Buenos días. - Dijo el ama de llaves en cuanto abrió la puerta de la residencia.- Buenos días, el señor Alderidge me pidió que viniera. - contestó Amelia.El ama de llaves se limitó a sonreír y cedió el paso a Amelia, guiándola por la casa hasta el salón.- Se lo diré al señor Alderidge, por favor espere aquí. - Dijo el ama de llaves, saliendo del salón y dejándola sola. Observó el lugar, acercándose a la pared principal donde colgaban algunos cuadros. Se sobresaltó al escuchar el ruido metálico de un encendedor, notando a un hombre sentado frente a la chimenea, justo cuando el humo y el olor a cigarrillo iban tomando poco a poco el lugar. - Buenos días. - habló Amelia mientras se acercaba, pero el hombre pa
Leer más
Capítulo Dos
Un año para Sanar: La enfermera y el Millonario/Natalie Jones
Amelia siguió a Ethan en silencio hasta su despacho y entró justo después de que él le abriera la puerta.Ethan indicó uno de los sillones para que Amelia se sentara, aún se sentía tensa por su primera y mala impresión de Alexander.En cuanto se sentó, Amelia abrió la boca.- Lo siento, señor Alderidge. Pero creo que no soy la persona más adecuada para este trabajo. - Ella lo miró fijamente, pero Ethan levantó rápidamente la mano para que ella lo escuchara.- Sé que mi hermano es una persona muy difícil, Amelia. - replicó Ethan, y podía ver el agotamiento en su expresión-. - Pero antes de que te rindas, quiero que me escuches, ¿vale?Amelia asintió.- Alexander no siempre fue así. Era un hombre activo, que criaba la empresa él solo desde que murieron nuestros padres. Hace un año tuvo un accidente de coche con su difunta prometida. Por desgracia, Morgan estaba embarazada y ella y el bebé murieron en el accidente. - Ethan empezaba a contarlo.- Estuvo tres meses en coma y llegamos a pen
Leer más
Capítulo Tres
Un año para Sanar: La enfermera y el Millonario/Natalie Jones
Esa misma tarde, Amelia envió a Benjamin un correo electrónico explicándole lo sucedido. Él le compró inmediatamente otro móvil y se lo entregó al día siguiente.A la mañana siguiente, Amelia salió de su habitación y se fue a la playa. Necesitaba deshacerse de aquel teléfono móvil, pues creía que, aunque estuviera roto, podía enviar algún tipo de señal. Por suerte, la residencia Alderidge tenía un embarcadero que daba al mar. Amelia disfrutó de su paseo por la playa, aún era demasiado temprano para que nadie allí estuviera despierto. Rápidamente, se dirigió al embarcadero y arrojó su teléfono móvil al mar. Respiró hondo y creyó que estaría a salvo.Al volver a la casa, Amelia encontró abierta una de las ventanas del segundo piso y tuvo la extraña sensación de ser observada. Apurando sus pasos, regresó a su habitación, se cambió de ropa y se dirigió a la habitación del señor Alderidge.- Buenos días. - le saludó Amelia, entrando en la habitación y dirigiéndose a la ventana, pero al no
Leer más
Capítulo Cuatro
Un año para Sanar: La enfermera y el Millonario/Natalie Jones
Los fuertes y desesperados golpes despertaron a Amelia de inmediato. Corrió a la puerta para abrirla y se encontró a la señora Smith llorando, completamente fuera de sí.- Helen, ¿qué ha pasado? - preguntó Amelia, sin entender por qué.- Es el señor Alderidge, está inconsciente en el suelo del dormitorio. Inmediatamente, Amelia cogió su bolsa de primeros auxilios y corrió a la habitación de Alexander.Cuando llegó, encontró al señor Smith intentando despertarlo, pero sin éxito. Amelia se acercó rápidamente a él, comprobando la respiración debilitada y los latidos del corazón de Alexander.- ¡LLAMEN A UNA AMBULANCIA YA! - gritó Amelia, dejando el pesado cuerpo de Alexander en el suelo.Al abrirle los ojos, vio que tenía las pupilas dilatadas y desenfocadas y que de la boca, que empezaba a ponerse azul, le salía una espuma blanca.- Ron, busca algo en el baño, ¿dónde están sus medicinas? - preguntó Amelia, cogiendo su estetoscopio y comprobando una vez más los latidos de su corazón.El
Leer más
Capítulo Cinco
Un año para Sanar: La enfermera y el Millonario/Natalie Jones
Cuando Alexander por fin volvió a dormirse, Amelia aprovechó para hacer lo mismo. Durante la madrugada oyó un movimiento en la habitación, imaginando que era una de las enfermeras.En cuanto amaneció, Amelia sintió que una mano la agarraba del brazo y la sacudía para despertarla. Al abrir los ojos, se dio cuenta de que era Ethan.- Amelia, buenos días. ¿Me acompañas afuera? - preguntó en voz baja y tranquila, y Amelia asintió rápidamente y se levantó.En cuanto salieron de la habitación, se dio cuenta de que Ben también estaba allí e inmediatamente lo abrazó.- ¿Cómo está? - preguntó Ethan, que podía ver el cansancio en su rostro.- Está descansando, pero se encuentra bien. Conseguí que vomitara la mayor parte de los medicamentos y cuando llegamos le hicieron un lavado. - informó Amelia, volviendo a centrar su atención en Benjamin.- Pero, ¿por qué estás aquí? - preguntó con curiosidad.- Ben estaba conmigo. Estábamos cenando cuando llamó la señora Smith y cogimos el coche hasta aquí.
Leer más
Capítulo Seis
Un año para Sanar: La enfermera y el Millonario/Natalie Jones
Después de desayunar, Amelia volvió a su habitación y esperó la visita del médico.Ni siquiera podía mirar a Alexander en la cama sin que aquellos mensajes volvieran a ella.Se sentía traicionada por él. No tenía derecho a enviar a alguien a investigar su vida. No cuando ella acababa de salvarle la suya.Alexander se movió en la cama, buscando a Amelia, que estaba sentada cerca de la ventana. Sonrió al verla, pero ella no le correspondió cuando se dio cuenta de que estaba despierto.- Buenos días, Jones. - Habló y Amelia se le acercó, tendiéndole un vaso de agua con pajita.No tardó en darse cuenta de que algo iba mal, de que estaba furiosa. Podía ver la mirada en sus ojos, aunque su expresión intentara ocultarlo.- ¿Qué te pasa? ¿Por qué estás así? - preguntó inocentemente.Amelia se apartó y se acercó a la mesa, cogió el móvil de Alexander y lo dejó caer sobre su regazo.- Has enviado a alguien a investigarme. - respondió ella, y cuando él intentó replicar, ella lo interrumpió. - No
Leer más
Capítulo Siete
Un año para Sanar: La enfermera y el Millonario/Natalie Jones
- ¡¡¡Buenos días!!! - Dijo Amelia nada más entrar en la habitación de Alexander aquella mañana, emocionada y sonriente. Llevaba una bandeja con el desayuno y no llevaba el habitual pijama de lactancia, optando en su lugar por unas deportivas marrones y un vestido de flores que dejaba un suave escote en sus pequeños pechos.- ¿A qué viene tanta excitación? - preguntó Alexander mientras se estiraba, ya duchado y con una sudadera puesta.- Porque vamos a dar un paseo. - Contestó ella, dirigiéndose a su armario. - No sé tú, pero yo estoy un poco cansado de estas paredes. Volvió con una camisa de botones y unos vaqueros, así como un par de zapatillas blancas.- Vale, se acabaron las sudaderas. - dijo Amelia, dejándolas sobre la cama. - Me gustan estas paredes. - contestó Alexander mientras tomaba un sorbo de café.- Estarán en el mismo sitio cuando volvamos. - Contestó ella, cogiéndole el vaso de zumo mientras se sentaba frente a él.- ¿Qué pretendes, Jones? - Él entrecerró sus ojos azu
Leer más
Capítulo Ocho
Un año para Sanar: La enfermera y el Millonario/Natalie Jones
Amelia llegó a la consulta cinco minutos más tarde. Nada más entrar, notó a Alexander un poco tenso al estar acompañado por la analista.- ¿Qué tal? ¿Qué tal ha ido? - preguntó Amelia a la analista, posando luego la mano en el hombro de Alexander.- Ha estado bien para ser el primer día. - respondió la Dra. Campbell mientras sonreía.- Ha sido interesante. - Era el turno de Alexander.Amelia los observó a los dos, imaginando ya que no conseguiría sonsacarles nada más, sobre todo porque se trataba de un secreto de consulta.- 'Bien, señor Alderidge ¿podemos concertar la próxima cita para la semana que viene? - preguntó el doctor Campbell y Alex asintió con un movimiento de cabeza.Amelia y Alexander subieron al coche y lo arrancaron. Ella volvió a encender la radio del coche mientras Alexander observaba la carretera que seguían, que era totalmente opuesta a la casa. Con desconfianza, se fijó en la sonrisa traviesa de Amelia mientras tamborileaba con los dedos en el volante.- No vamos
Leer más
Capítulo Nueve
Un año para Sanar: La enfermera y el Millonario/Natalie Jones
- ¿Os conocéis desde hace mucho? - preguntó Amelia mientras paseaba a Alex por el parque. Aún sostenía el pingüino de peluche en sus brazos.- Sí, era amigo de Megan. - respondió Alex sin mucho entusiasmo. Ella notó que su expresión era cerrada e irritada.- Ah... - se le escapó. - Y no os caéis muy bien al parecer. - comentó Amelia, investigando muy despacio.- ¿Cambiamos de tema? Tengo hambre y me encantaría una salchicha con mucha mostaza. - Se acercó al puesto de salchichas.Amelia estuvo de acuerdo, pero no estaba convencida y hablaría de ese tema más tarde. Siguió a Alexander y buscó su cartera en el bolso.- Dos salchichas y dos refrescos. - preguntó al dependiente, sonriéndole.- ¿No me va a dejar pagar? - preguntó Alex, cruzándose de brazos.- En teoría, pagas tú. Estoy usando tu dinero. - Amelia parpadeó.- Entonces, si estoy pagando, quiero una cerveza. - Contestó, mirando al dependiente.- No puedes beber. - Amelia estuvo a punto de reñirle, pero Alex la ignoró.- Tú cond
Leer más
Capítulo Diez
Un año para Sanar: La enfermera y el Millonario/Natalie Jones
- ¿A qué debo el placer de tu visita tan temprano, Henry? - Amelia oyó la voz de Alexander al detenerse en lo alto de la escalera.Henry estaba de pie en la puerta con un paquete en la mano mientras Alexander lo miraba con los brazos cruzados.- No es asunto tuyo, Alderidge. Quiero darle esto a Amelia. - respondió Henry, Amelia pudo notar su mirada de desdén mientras miraba a Alex.- Amelia no está de humor para recibir tu visita. - replicó Alex, con un tono de voz cargado de ira.- Eso lo dirá ella. - replicó Henry.Amelia estaba escondida entre una columna para escuchar su discusión.- ¿Qué es lo que quieres? Dile la verdad. - exigió Alex. - ¿Acercarte a Amelia para hacer lo mismo que le hiciste a Megan? Olvídalo. No le harás daño a Amelia como se lo hiciste a Megan.Henry se limitó a sonreír, acercándose.- Ese es el hombre que mató a Megan y a mi hijo. - replicó Henry, con toda la amargura en la voz-.- El bebé no era suyo. ¡Pedazo de mierda sádica! - gruñó Alex-. - Huiste a la pr
Leer más
Leer más
  • Quiénes somos

    Sobre nosotrosTérminos de usoPolíticas de privacidad
  • Contacto

    ColaboraciónPalabras clave
  • Redes Sociales

    FacebookFacebook grupoinstagram