Amelia llegó a la consulta cinco minutos más tarde. Nada más entrar, notó a Alexander un poco tenso al estar acompañado por la analista.
- ¿Qué tal? ¿Qué tal ha ido? - preguntó Amelia a la analista, posando luego la mano en el hombro de Alexander.
- Ha estado bien para ser el primer día. - respondió la Dra. Campbell mientras sonreía.
- Ha sido interesante. - Era el turno de Alexander.
Amelia los observó a los dos, imaginando ya que no conseguiría sonsacarles nada más, sobre todo porque se trataba de un secreto de consulta.
- 'Bien, señor Alderidge ¿podemos concertar la próxima cita para la semana que viene? - preguntó el doctor Campbell y Alex asintió con un movimiento de cabeza.
Amelia y Alexander subieron al coche y lo arrancaron. Ella volvió a encender la radio del coche mientras Alexander observaba la carretera que seguían, que era totalmente opuesta a la casa. Con desconfianza, se fijó en la sonrisa traviesa de Amelia mientras tamborileaba con los dedos en el volante.
- No vamos