"Renacer es fácil... hasta que encuentras algo por lo que vale la pena vivir." En un mundo de magia y criaturas fantásticas, un ser sin recuerdos ni emociones comienza una nueva vida sin expectativas. Con la certeza de que puede renacer una y otra vez, la muerte no es más que un cambio de escenario… hasta que, por primera vez, siente el peso de una emoción real. A medida que descubre los recuerdos y sentimientos de aquellos cuyos cuerpos ha habitado, algo dentro de él comienza a despertar. La indiferencia se desvanece, y con ella, la seguridad de su habilidad. Ahora, con lazos que jamás creyó formar y un propósito que nunca imaginó tener, enfrentará enemigos y desafíos que lo obligarán a tomar una decisión: ¿renunciará a todo y volverá a empezar, o luchará para que esta sea la última vez que renazca? Un viaje de autodescubrimiento, magia y batallas épicas te espera en esta historia donde la verdadera aventura no es solo sobrevivir… sino aprender a vivir.
Ler maisLa muerte es la puerta
a la inmortalidad.Maximilien Robespierre. Ya no recuerdo bien quién soy... He tenido tantas vidas que me cuesta trabajo recordar de dónde vengo. ¿Cuál era mi nombre? ¿Era Robert? ¿Carlos? ¿O Takeru? Demonios, es difícil recordar cada vez que hago un salto. A veces, estás escenas borrosas asaltan mi mente, y muchas veces ni siquiera estoy seguro si son recuerdos reales o productos de mi imaginación. Carajo... Intentar recordar solo empeora las cosas... Bueno, tal vez me estoy preocupando por cosas triviales. Si no recuerdo mis vidas anteriores, supongo que es por algo, ¿no? Veamos... Solo estoy seguro de 2 cosas. La primera: Al saltar soy como una persona con amnesia. No tengo idea de quien soy, ni como llegue a dónde estoy, pero aún soy completamente funcional. Es decir, se hablar, se caminar, se absolutamente todo lo que un hombre debería de saber, tanto fisica, mental, intelectual y moralmente. No soy como un niño acabado de nacer o algo por el estilo. La segunda: Soy muy consciente de cómo funciona mi poder. Tengo la capacidad de viajar entre realidades; puedo elegir el momento en el que quiero hacerlo, pero no puedo elegir en qué mundo voy a caer. Vamos, es cuestión de suerte. Y como mencioné al inicio, al caer en un mundo nuevo no tengo recuerdos claros acerca de mí o de mis vidas pasadas. Además, siempre renazco en el cuerpo de un hombre joven de aproximadamente 18 años. Además, después de despertar, soy capaz de elegir si veo o no, los recuerdos de aquel cuerpo al que poseo. Eso me hace sentir mal. ¿Acaso soy una especie de entidad parasitaria que llega a robar la vida de alguien? Es decir, la persona que ocupó este cuerpo sufrió, lloró, gritó, rió y amó durante 18 años. ¿Y todo para qué? ¿Para que en un instante muriera al cederme el control de su cuerpo? Es demasiado triste pensar en eso, y más cuando puedo ver tan vividamente sus recuerdos pasar por mi mente. Puedo ver cosas como el primer abrazo de su madre, su primer beso, su primera fractura, el dolor al perder a su primera mascota. Siento cómo todo lo bueno y lo malo en su vida se condensan en un gran deseo de vivir y superarse. Lo siento tanto chico... Prometo esforzarme para cumplir tus sueños. Creo que es lo minimo que puedo hacer (aunque pensar eso no me hace sentir mejor). Me pregunto si está vez me tocó algún loco suicida que estuvo a punto de arruinar su vida y yo llegué a salvarlo. Eso sí me haría sentir mejor... Al menos eso creo... El caso es que, sea como sea, a partir de hoy mi trabajo es... Solo vivir, ¿no? Es difícil saberlo. Normalmente uno no decide nacer, ¿cierto? Solo naces y tienes la misión de vivir o sobrevivir, y mientras creces adquieres las capacidades suficientes para hacerlo por cuenta propia. Algunos lo consiguen, otros no. Pero eso es lo interesante de la vida. Si te pones un objetivo o una meta, trabajas para alcanzarlo. Si tu meta es alcanzable y te esfuerzas lo suficiente, podrás cumplirla y te sentirás orgulloso, sintiendo que tu vida tiene un sentido. Otros tienen suerte y su vida ya está resuelta, pero debido a eso, no encuentran sentido en ella. Y otra gran mayoría es golpeada por el destino en la cara y se ven obligados a mirar cómo su vida se desperdicia. Esto no me ayuda... Si de por sí encontrar algun sentido para vivir es complicado, hacerlo en mi situación lo es aún más. Estas ambiciones y metas en mi mente no son realmente mías. Son de quién demonios fuera el dueño de este cuerpo. ¿Me siento responsable de cumplirlas por haberle arrebatado el control de su cuerpo? Sí, un poco. ¿Estoy obligado? No, no lo estoy. Si tan solo pudiera recordar mis vidas anteriores. Si tan solo supiera qué clase de vida tuve, si cometí errores, si dejé alguna meta inconclusa, si tuve arrepentimientos o incluso si quiero repetir alguna experiencia. Pero no. Cuanto más intento recordar, más en blanco se pone mi mente, y eso aumenta mi frustración. Se que puedo elegir el momento del salto, pero no recuerdo por qué demonios lo hice. Es tan frustrante... ¿Lo hice porque no me gustó el cuerpo en el que me reencarné a los 5 minutos de llegar? ¿O lo hice en mi lecho de muerte, a unos minutos de irme? ¿Tal vez cometí algún error tan grande que me hizo tomar el camino fácil? No lo sé. Supongo que no tengo de otra. Iniciaré con lo que tengo... Ya veremos en el camino que cambiamos y que no.Miré a los enanos y supe que todos ellos serían de gran ayuda para salir vivos de esta prueba. Enseguida, mi atención se dirigió a la multitud detrás de ellos. Había al menos veinte personas. La mayoría eran humanos, pero pude ver a un par de enanos más y, para mi sorpresa, reconocí a aquel elfo solitario de túnica blanca que llamó mi atención al inicio de la prueba.—¿Qué hay de ellos? —le pregunté a Sora.—Ah... ellos son participantes que se negaron a seguir peleando —me dijo algo desanimado—. Les dije que podían unirse al grupo, pero la mayoría ni siquiera son guerreros —agregó en voz baja—. Ellos solo quieren no morir...Sentí un nudo en el estómago al recordar a aquella pareja que me rogó que los protegiera... y que había muerto por confiar en mí.—Ya veo —le dije, tratando de sacar los rostros de Erwin y Amanda de mi cabeza.Volteé a mirar al otro lado del campo de batalla y vi a Tharion y sus hombres hablando con el grupo de elfos y magos que habían llegado en medio de nuestro
El fuego golpeaba sin cesar la barrera de luz que protegía a Tharion y a sus hombres. El miedo en su mirada se había disipado, dando paso a la furia provocada por la humillación.Enojado, empujó a sus aliados, que solo intentaban mantenerlo de pie.Pero, a pesar de todo, ni siquiera en esta situación veía una manera de enfrentarme y salir victorioso.Entonces, el estruendo de la tormenta de fuego fue interrumpido por voces poderosas que entonaban cánticos rúnicos, mientras el suelo retumbaba bajo el peso de botas firmes y armaduras gruesas.Frente a nosotros, los enanos avanzaban en formación, marchando con disciplina. Justo detrás de ellos, más participantes seguían el compás de sus pasos.Sora iba al frente. A su lado, enanos de barbas entrelazadas con anillos de hierro golpeaban sus hachas contra los escudos, emitiendo un rugido de guerra que harían temblar incluso a los más valientes.-Llegaron tus amigos... -rió el paladín en voz baja mientras me miraba con desprecio.Pero antes
El eco metálico de las pisadas resonó con un ritmo marcial, rompiendo el aullido del viento conforme se acercaban. La bruma helada ocultaba sus rostros, pero sus siluetas se definían cada vez más. Y entonces lo pude ver, Tharion Hammerfall lideraba aquella estampida de metal.Mi respiración se condensaba en nubes cortas y rápidas, y mi cuerpo aún temblaba, aunque ya no estaba seguro de si era por el frío... o por el miedo de lo que se avecinaba.-Mira nada más... -la voz del dragón resonó burlonamente en mi interior-. Parece que por fin te encontraron.El miedo amenazaba con dejar que mi cuerpo se desplomara, pero ahora no podía dudar. Si me rendía ahora tendría que empezar de nuevo, sin recuerdos, sin una vida... Tenía que proteger esta vida lo más que pudiera y acercarme a la verdad de mi existencia con cada paso que diera a partir de ahora. Y solo lograría esto si dejaba de huir.Así que me plante con valentía y obligue a mi cuerpo a dejar de temblar. Junte todo el valor que pude y
El eco de mis pasos resonaba en los pasillos oscuros. Mi respiración era errática, el sudor frío me hacía sentir enfermo, con náuseas.La culpa y el miedo luchaban por dominar mi cuerpo mientras intentaba alejarme de todo. Pero no importaba cuán rápido corriera... aquellos sentimientos me seguían como una sombra.Las imágenes de Sora, cubierto de quemaduras, protegiendo a nuestros enemigos, aún estaban en mi mente. ¿Cómo? ¿Cómo es que perdí el control de mis acciones? ¿Por qué recordé a mi padre en estos momentos?Seguí corriendo y, poco a poco, mi vista se desenfocaba, hasta que tropecé y caí de rodillas sobre el suelo de piedra. Apoyé las manos, jadeando, tratando de calmarme, haciendo todo lo posible para evitar vomitar.Entonces, el intenso frío de la armadura empezó a quemar mi piel, y un punzante dolor se clavó en mi cabeza.Entonces, la escuché.—Deja de correr, Aldric.Levanté la cabeza rápidamente. Aquella voz resonó en los oscuros pasillos... pero no podía ver a nadie.—¿Te
Poco a poco recobré el sentido. Al principio, escuché voces lejanas, como un eco, pero conforme recuperaba la razón, comenzaron a sonar más claras.Aún estaba tirado en el suelo, boca arriba.La sangre de Amanda empapaba mi espalda y sentí unas ganas enormes de vomitar al recordar cómo aquella pareja, que había confiado en mí para protegerlos, ahora estaba muerta.Pero no abrí los ojos. Fingí que seguía inconsciente y escuché con atención aquellas voces.—Ya te lo dije, no está muerto. Aún podemos removerla. —dijo la voz de una mujer que estaba claramente molesta.—Aunque no esté muerto, será casi imposible quitársela a la fuerza. Él debe retirarla… —respondió una voz masculina.—¿Por qué m****a es tan importante? —intervino una tercera voz, aún más profunda y grave—. Solo matémoslo y busquemos la salida de este lugar. Hay que ir a la plataforma antes de que esos estúpidos paladines nos alcancen.—No tendremos otra oportunidad de obtener una pieza de dragón negro genuina. Podemos fundi
El suelo temblaba y, poco a poco, la tierra mojada y los árboles que nos rodeaban desaparecían. Enormes paredes se levantaron frente a nosotros, encerrándonos en una vasta sala de muros y piso de piedra. Era una especie de castillo, aunque parecía más una mazmorra o calabozo debido a la ausencia de luz y al ambiente tétrico del lugar. Amanda seguía llorando desconsoladamente junto al cuerpo de Erwin.Me acerqué a ella y, con todo el tacto posible, le hablé.—Hay que irse... —le dije, mientras le tocaba el hombro.—No... —respondió, con voz baja y entre sollozos.Los muros se completaron y el suelo dejó de moverse. Teníamos que movernos; ahora que la niebla se había disipado, era solo cuestión de tiempo para que encontráramos a otros participantes.—Oye, de verdad siento tu pérdida, pero si no nos movemos estaremos en peligro...—¿Qué, lo sientes? —me interrumpió la mujer, entre llantos. Su voz se oía temblorosa y llena de furia—. ¡Tal vez seas hijo de Aranis, pero no eres para nada co
Último capítulo