Mi nombre es Aranis Galadorn y siempre me consideré muy afortunada.
Nací en una familia amorosa y comprensiva. Siempre que puedo, intento compensar todo lo bueno que me han dado, pero a pesar de mis esfuerzos, no puedo hacer que mis padres se sientan felices o al menos tranquilos. Sé que puede que no sea mi obligación, pero ¿no es lo justo? He visto a mi madre esforzarse e incluso sufrir por mí, y a mi padre trabajar tanto para el bienestar de nuestra familia y de todo nuestro pueblo. ¿Acaso no es mi obligación seguir su ejemplo? ¿No debo dedicar mi vida a compensar todo lo que han hecho y ayudarles a cargar con todo ese peso que han llevado solos todo este tiempo? Recuerdo aquel día en que, por primera vez, vi a mi padre hablar frente a todos en nuestra ciudad. Todos lo veían con admiración y cariño. Él gritaba y agitaba los brazos con fuerza y seguridad, calmando todas las inq