Ambientada en el tiempo contemporaneo, en Nueva Zelanda, trata la historia de Sunny Van Der Veer, quien es una mujer casada, con hijos y una vida estable. Ella jamás se ha permitido enamorarse, y en su ignorancia confunde la comodidad material y el afecto causado por la costumbre, con el amor verdadero. Hasta que una noche su corazón da un vuelco, y sus ojos se posan de manera pasional en un hombre joven, quince años menor que ella. Sunny quien ha crecido bajo una doctrina conservadora, dónde se le ha enseñado que una mujer solo debe conocer a un hombre en su vida y someterse a el durante todo el matrimonio, se ve obligada a luchar contra sus propios sentimientos y aquellos actos que su corazón le pide realizar. Sin saber cómo manejar completamente la situación, se ve envuelta en las consecuencias que sus acciones acarrean, logrando que su estabilidad emocional se tambalee. Un día, intentando escapar de su realidad, descubre un pequeño secreto de uno de sus superiores en el área loboral. Debido a ello, debe afrontar ciertas dificultades en su área de trabajo y se ve acosada por dichos individuos, con el fin de hacerla renunciar. Así que su estabilidad material también comienza a tambalearse. Aquel joven que conoció una noche, comienza a ser un refugio en el cual resguardarse de todo el vituperio que le a acecha. Aunque el amor comienza a sonreírle, la vida tiene para ella otros planes. Sunny, quien una vez fue una mujer con una vida envidiable para muchos, se ve sepultada bajo las ruinas de aquella estructura que llamaba vida. Debera luchar arduamente para poder recuperarse, sin descartar que siempre existe una segunda opcion: Rendirse
Leer másMe dirigí a la habitación para ponerme ropa cómoda y fresca para pasar la noche. Encendí la luz tenue y empecé a prepararme para mi merecido momento de relax. Me deslice en las prendas: un conjunto de shorts y camiseta suelta, suaves como el algodón. El shorts, en tono pastel, se ajustaba cómodamente a mis glúteos, haciendo notar la firmeza que aun mantenían a pesar de mi edad, mientras que la camiseta, de un rosa suave, caía sobre mi cuerpo con una gratificante holgura.
Una vez elegida la ropa, regresé al salón donde ya había preparado un tazón grande de palomitas de maíz, mi tentación preferida para una noche de películas. Disfrutaba del silencio, sentía una sensación de tranquilidad en la casa mientras mis hijos dormían profundamente. Sabía que mi esposo había salido con sus amigos a tomar unos tragos, lo que me otorgaba un tiempo para relajarme y disfrutar de un momento de paz conmigo misma. Podía escuchar el tic-tac del reloj en la pared y el viento suave acariciando las hojas de los árboles afuera, lo cual volvía la sensación más acogedora y cálida.Me acurruqué en el sofá con una manta y seleccioné cuidadosamente varias de las películas que había estado esperando para ver. A medida que comenzó la primera película, me sentí agradecida por el merecido descanso.Me encontraba en pleno disfrute, con el tazón de palomitas de maíz posado sobre el regazo; de momento, la tensión en la pantalla comenzó a subir a medida que se acercaba una de mis escenas románticas favoritas; justo cuando el personaje principal estaba a punto de besar a su enamorada, el timbre sonó. Suspiré con frustración mientras trataba de ignorar el sonido y concentrarme en la película, pero el timbre volvió a sonar, más insistente. Con resignación, pause la película y fui a atender el llamado, preguntándome quién podría ser tan inoportuno como para interrumpir aquel momento feliz.– No quiero visitas justo ahora – me dije a mi misma, mientras soltaba un bufido de irritación y arrastraba los pies de camino a la puerta - ¿Será que no hay más nadie a quien molestar?Abrí la puerta y...– ¡Hola! – gritó Vanessa, saltando sobre mí, muy sonriente – Creí que nunca ibas a abrir.– ¿Vanessa? – Dije un poco sorprendida – Pudiste al menos mandar un texto avisando que pensabas visitarme.– ¿Acaso interrumpo algo? – preguntó Vanessa con una expresión de picardía en su rostro.– Solo mi maratón de películas nocturnas. – Respondí poniendo los ojos en blanco – ¿A qué se debe tu visita? No sueles venir por aquí, mucho menos a estas horas.Hace ya algunos años, decidida a conseguir un empleo estable en otra ciudad con más oportunidades, tomé la iniciativa de hacer las maletas y mudarme. En mi búsqueda infructuosa, acepté al principio trabajos temporales que me ayudarán a subsistir, incluida una vacante como vocalista musical para eventos y fiestas. Cantaba con el corazón y la pasión que podía ofrecer, pero sabía que no podía vivir de ese empleo para siempre. Después de muchos meses de búsqueda frenética, finalmente encontré un trabajo estable y con ello, una sensación de alivio. Me dedicaba a ser asesora de ventas. A pesar de no tener los estudios universitarios correspondientes dominaba con excelencia mi área de trabajo; el objetivo principal era comprender las necesidades y deseos de los clientes, y proporcionarles información clara y precisa sobre los productos o servicios que la empresa ofrecía. Poseía una habilidad única para oír y responder a cualquier duda que pudieran tener.En uno de los eventos, cuando aún era vocalista, después de la actuación, una de las asistentes se acercó para felicitarme por mi hermosa voz; así conocí a Vanessa Reed, quien se había vuelto mi confidente desde entonces.A pesar de nuestras personalidades totalmente opuestas, tenía una excelente amistad con Vanessa, la cual era una mujer entusiasta, fiestera, sociable y despreocupada, irradiaba una energía contagiosa. Siempre estaba ansiosa por pasar un buen momento y disfrutar de la vida al máximo, lo que la hacía popular entre sus amigos y conocidos. No importaba si se trataba de una fiesta improvisada o un evento formal, ella estaba completamente en su elemento, siempre tenía una sonrisa en su rostro. Además, podía hacer amistad con alguien en cualquier situación y disfrutar de la experiencia sin preocuparse demasiado por las consecuencias.Por otro lado, yo era enfocada y dedicada. Pasaba gran parte de mi tiempo en el trabajo y en mi hogar; solía enfocarme en completar las responsabilidades con precisión y eficacia. Prefería la tranquilidad y la soledad del espacio personal; a menudo me encontraba fuera de mi zona de confort cuando estaba rodeada de mucha gente o debía interactuar con extraños fuera del área de trabajo. Sin embargo, a pesar de mi naturaleza introvertida, siempre he sido apasionada y comprometida con mis objetivos y ambiciones.– ¿Acaso necesito una excusa para visitar a mi amiga? – dijo fingiendo estar ofendida y sobre actuando sus expresiones – Tu que eres mi confidente, mi compañera de aventuras, mi uña y carne.– Si, cara dura, lo que tú digas.Ambas soltamos una pequeña risa de complicidad. Le cedí el paso invitándola a pasar; ya estando en el sofá Vanessa comenzó a decir:– ¿Has oído hablar de ese bar karaoke que abrió cerca de aquí? He ido un par de veces y déjame decirte que está increíble.– No, no he escuchado. – Enarcaba una ceja al tiempo que miraba directamente a mi amiga – ¿Por qué presiento que voy a arrepentirme de tener está conversación?– Es muy divertido. – Añadió Vanessa – Además, he oído cantar a un hombre que tiene una voz de tenor espectacular, tienes que escucharlo. Por favor Sunny, mi solecito, tienes que acompañarme esta noche.Los ojos de gatito que solía usar Vanessa para enternecer mi actitud indiferente eran bastante difícil de evadir, sabía muy bien cómo convencerme y sacarme siempre de mi escondrijo.– No sé... no creo que sea lo mío. – me rascaba la cabeza, buscando la manera de decirle que no, sin sonar cruel – Ya sabes que no somos jóvenes como antes; ahora soy una mujer de hogar y he aprendido a disfrutar mis noches en casa.– Vamos, no seas tan negativa. Eso no significa que no puedas divertirte un poco; a veces necesitamos salir de la rutina y hacer algo diferente. – un tono de súplica adornaba sus palabras – ¡Claro que podemos ir! Incluso reserve una mesa para que te sientas cómoda; y si te animas a cantar, te apoyo.– No lo sé... no me gusta llamar la atención. – Pero eso es lo divertido del karaoke – aquel tono de súplica se transformó en un puchero – ¡No importa si cantas bien o mal! Solo trataremos de pasar un buen rato juntas y reírnos un poco. Además, ese hombre con voz de ángel podría ser tu inspiración para cantar mejor.– No te olvides que ahora soy una mujer casada – le respondí con una mueca de escepticismo.– Casada más no cosida. – añadió ella con rapidez.– Hmm... Eres incorregible – no pude evitar reírme de la pequeña broma de mi amiga – Déjame pensarlo y quizás otro día podamos ir.– Vamos, dale una oportunidad, te prometo que será una noche inolvidable. No tienes que preocuparte por nada, yo te cuido.– Eso me preocupa aún más – agregué y solté una risotada – Está bien, iré contigo. Pero solo para ver qué tal es el lugar, no prometo cantar nada.– ¡Genial! – Sus palabras adquirieron un ademán de victoria – Ya verás que te encantará. Y si cambias de opinión, siempre puedes pedir una canción para dedicarme. – está última frase salió de su boca casi con entonación musical.– Deja que me vista entonces, aunque sinceramente no sé qué ponerme.– ¡No te preocupes! Aquí estoy para ayudarte. Pongamos ese hermoso trasero a valer. – su frase fue acompañada de una fuerte nalgada que hizo eco en la habitación.¡Ay! - grité – Tú y esas manitos deben permanecer quietas muchachita.Solo se oyó la risa traviesa de Vanessa.—¡Sunny! — exclamó, abrazándome con fuerza —. Qué sorpresa tan agradable. ¿Cómo estás, querida?— Hola, mamá. Estoy bien. Tenía el día libre y pensé en venir a verte — respondí, devolviéndole el abrazo.— Pasa, pasa. Justo estaba preparando un té. Cuéntame, ¿cómo te ha ido? — dijo, guiándome hacia la cocina.Nos sentamos en la mesa de la cocina, y mientras mi madre servía el té, le conté sobre la entrevista de trabajo y cómo me sentía al respecto. Ella me escuchó atentamente, asintiendo y sonriendo en los momentos adecuados.— Estoy segura de que lo hiciste muy bien, Sunny. Siempre has sido muy talentosa y dedicada — dijo, dándome una palmadita en la mano.— Gracias, mamá. Espero que tengas razón. Necesito un cambio en mi vida, algo positivo.Mi madre me miró con una expresión pensativa antes de cambiar de tema.— Sunny, ¿te has enterado de lo que le pasó a ese muchacho, Raven? El que estaba en el hospital el día que falleció Willa.Sentí un nudo en el estómago al escuchar su nombre.
— ¿Cómo has estado? — pregunté, tomando su mano.— Ha sido difícil — admitió.— No sabes cuánto he pensado en ti. Cada día me preguntaba cómo estabas, qué te había pasado.— Lo sé, y lo siento — dijo, con los ojos llenos de arrepentimiento—. Prometo que te contaré todo cuando salga de aquí.Nos sentamos y comenzamos a hablar, tratando de aprovechar cada segundo de nuestra visita. Aunque había muchas preguntas sin respuesta, en ese momento, lo único que importaba era que él estaba bien a pesar de todo.— ¿Te tratan bien aquí?— Relativamente, pero estoy aguantando.— Te sacaré de aquí, Raven. Haré todo lo que esté en mi poder para ayudarte — dije con determinación. — Solo dime con quién debo hablar para conseguir pruebas de tu inocencia.— Gracias, Sunny. Pero no quiero que te involucres.— ¿Porque Raven? Dame un buen motivo. — le dije sintiéndome un tanto frustrada por su negativa respuesta.— Porque no soy inocente.Mi corazón se detuvo por un instante al escuchar esas palabras. No
Mientras revisaba mis redes sociales por mero ocio, en un café, mi teléfono comenzó a sonar. Al ver el nombre de Nathan Harrys, el veterano del departamento de ventas, en la pantalla, me sorprendí un poco. Contesté la llamada con curiosidad.— Hola, Sunny. ¿Cómo te encuentras? — preguntó.— Sr. Harrys. Estoy bien, gracias. ¿Y usted?— Estoy bien, gracias por preguntar. — dijo con un tono amable. — He estado pensando en tu situación y hablé con Samantha para ponerme al tanto. Lamento mucho lo que pasó.— Gracias, Sr. Harrys. Ha sido un momento difícil, pero estoy tratando de mantenerme positiva.— Me alegra escuchar eso. — dijo, con un tono de comprensión. — Escucha, tengo algunos contactos en la industria que podrían ser de ayuda. ¿Te gustaría que te pusiera en contacto con ellos?— Eso sería increíble. Realmente lo apreciaría.— Perfecto, Sunny. — respondió el Sr. Harrys, su voz sonando más animada. — Te enviaré un correo con sus datos. Pero antes de eso, quería decirte que he estado
Los días siguientes a mi despido fueron una mezcla de emociones. A pesar de todo lo que había pasado, me sentía extrañamente tranquila. Sabía que tenía que seguir adelante y encontrar nuevas oportunidades.Lo primero que hice fue actualizar mi currículo. Me senté en mi escritorio, con una taza de café caliente a mi lado, y comencé a revisar mis experiencias laborales y habilidades. Quería asegurarme de que mi currículo reflejara todo lo que había aprendido y logrado a lo largo de los años. Mientras escribía, me di cuenta de cuánto había crecido profesionalmente, a pesar de los obstáculos que había enfrentado.Una vez que terminé, comencé a enviar solicitudes de empleo. Pasé horas buscando ofertas de trabajo que se alinearan con mis habilidades y aspiraciones. Sabía que encontrar un nuevo trabajo no sería fácil, pero estaba decidida a no rendirme.Aparte de buscar empleo, también decidí aprovechar el tiempo libre que tenía para mí misma. Empecé a hacer cosas que había dejado de lado du
A las 3:00 p.m., llegué a las oficinas de Access Law y fui recibida por la recepcionista, quien me condujo a una sala de reuniones. Poco después, un hombre de mediana edad, con una expresión amable y profesional, entró en la sala.— Buenas tardes, Sra. Van Der Veer. Soy el abogado James Anderson. Entiendo que está enfrentando una demanda por difamación. ¿Podría proporcionarme más detalles sobre el caso? — dijo, estrechando mi mano.Le expliqué toda la situación, desde mis descubrimientos sobre la relación de Lotte con Elizabeth hasta la confrontación con Sean y la notificación legal que había recibido. James escuchó atentamente, tomando notas y haciendo preguntas para aclarar algunos puntos.— Entiendo. Este es un caso complejo, pero no imposible de ganar. Lo primero que necesitamos hacer es revisar todas las pruebas que tiene y preparar una estrategia de defensa sólida. Permítame explicarle algunos aspectos técnicos y legales que debemos considerar — dijo James, con un tono profesion
Vi a Lotte entrar, con una expresión de furia contenida. Sus ojos se encontraron con los míos y supe que el momento había llegado. Se dirigió directamente hacia mí, ignorando a todos los demás.— Necesito hablar contigo. Ahora — dijo, con un tono que no admitía réplica.Me levanté de mi escritorio y la seguí hasta su oficina. Cerré la puerta detrás de mí y se volvió hacia mí con una mirada asesina.— ¿Qué demonios crees que estás haciendo? — espetó, su voz temblaba de rabia. — ¿Cómo te atreves a hablar con mi esposo y difamarme de esa manera?Sentí cómo la adrenalina comenzaba a correr por mis venas, pero esta vez no iba a dejarme intimidar. Enderecé la espalda y la miré directamente a los ojos, con una expresión de desafío.— Tú no me has dejado muchas opciones.Lotte acercó su rostro a solo unos centímetros del mío.— No tienes idea de las consecuencias de tus acciones, Van Der Veer. Has cruzado una línea y te aseguro que lo pagarás caro — dijo, con un tono amenazante.Sonreí con fr
Último capítulo