Mundo ficciónIniciar sesiónLa hermosa Elizabeth, fue abandonada por su esposo la noche de bodas, su marido se había marchado a París con su amante sin importarle ni siquiera un poco los sentimientos de la bella doctora. Una noche ella sin poder soportar más su soledad y despecho, se refugia en un bar donde un pasado de copas Alfa Damiano Gambino, se cruzó en su camino robándole su pureza sin saber que ella es su pareja destinada, su tan anhelada luna. El destino lo unió esa noche, pero también los separó sin él saber que había dejado su semilla en la doctora Elizabeth Romanov, que la llegada de ese cachorro cambiaría su vida, ¿Qué pasará cuando la familia Gambino se entere que el heredero del Alfa ya viene en camino? Pero que él no puede hacer su luna a una humana, no está permitido, el Alfa debe casarse con una mujer de su especie... Ven a descubrirlo conmigo...
Leer másLos caballeros fueron al bar, las lunas estaban charlando amenamente con Mayté, ellas hablaban sobre la boda, cosas como el vestido, las flores, el banquete, y esas cosas. — ¿Qué te pasa, Damiano, la cachorra no te ha dejado dormir por las noches? — No, Massimo, Eleine, tiene como consigna no dejarme dormir, ella se despierta con cualquier pretexto, ya sea el pañal mojado, porque tiene frío, o porque tiene hambre. — Oh, vamos, no puede ser tan malo, la cachorra es adorable. — No estoy diciendo que sea malo, mi princesa es perfecta, Pero me desvelo mucho. Por la noche te deberías de aparecer para ayudarme a arrullarla. — Mm, no creo que pueda, a mí luna le gusta que la abrace por las noches, si no me siente se despertará, además es tu hija, eres tú quien debe arrullarla. El elegante rey, hacía memoria de todas las heces que la pequeña lobita lo había orinado, incluso le había vomitado los costosos trajes que usualmente portaba en el mundo humano. — Emiliano, ¿Por qué d
La mirada sombría del antiguo Faraón, Delataba lo molesto que estaba. Solo que en ese momento la reina del vampiro entraba al despacho. — Está todo bien por aquí, caballeros? — Mamá, la momia quiere ahogar a papá en su arena del desierto solo porque papá, quería jugar a las quemadas con él. ¡Déjalo sin postre! — El vampirito acusaba al Faraón con su madre para defender a su padre. — Vladish, ¿Estás molestando a las visitas? Prometiste que serías bueno, que te comportarías como un buen anfitrión, ¿Acaso me has mentido todo este tiempo? — Por supuesto que no, querida, la momia comenzó la pelea. Él me dijo abuelo. La bella angel enarcó una ceja antes de decir. — Bueno... Si hablamos de edades, ustedes dos son similares, dejen de ponerse apodos y llevense bien. No le pongan un mal ejemplo a los niños. — Si, pero mamá, ¿Lo vas a dejar sin postre? — Niño, tu madre ya ha dicho que nos podremos bien, ¿Por qué insistes en querer quitarme el postre? Con lo deliciosos que s
Se le escuchó al rey Gambino toser. El whisky que bebía se le había atorado en la garganta al escuchar al pequeño Vampiro. — ¿Damiano, estás bien? — Emiliano le acercó una servilleta a su hermano. — ¿Crees que lo estoy? Apenas tiene un día de haber nacido mi cachorra, y ya me la quiere robar este pequeño bribón. — No te lo tomes tan en serio, lobo, Vladimir todavía es un niño pequeño, seguro que la lobita le pareció adorable, y por eso se la quiere quedar. El rey de los vampiros justificaba a su heredero. Más de pronto se escuchó otra vocecitas decir. — Papá, me gusta mucho esa cachorrita, ¿Nos la podemos llevar a casa? Yo mismo la voy a cuidar, le daré un espacio en mi cama, y la cargaré si llora. — Dilan, pero si tú mismo todavía eres casi un bebé, no puedes cuidar de otro ser vivo aún, tendrás que esperar a que crezca, y así podrás darle un espacio en tu cama. — Los cabellos se le crisparon al Alfa, era de su princesa de quién estaban hablando. — ¿Y ustedes qu
Después de haberse dado hasta con la cubeta, los reyes por fin fueron aplacados por sus reinas. La cachorrita pasaba de brazo en brazo, todos la querían cargar, pero el cachorro Dante no entendía que pasaba, él quería que todos lo cargaran a él. — Damiano, tu hijo quiere que lo cargue, pero no lo sé, últimamente se ha vuelto más peligroso, además que está muy regordeto y pesa muchísimo. — No seas llorón, Massimo, el cachorro es adorable, además ya te he dicho que él sabe que somos familia, no va a hacerte daño solo porque sí. — Ah, mira, osea que si hago algo para molestarle si me va a explotar, ¿Eh? Eres demasiado consentidor con este lobezno. — ¡Tio... suba! — El cachorro llamaba a su tío más juguetón. — Anda, te está llamando, seguro que tiene ganas de jugar. El tercer Alfa cargó a su sobrino, el cachorro se acomodó y siguió observando todo. No se tardó mucho en pedirle un globo a su apuesto tío. Entonces el Alfa saltó alto y le alcanzó uno. — Aquí tienes, ju
Todos en la sala se quedaron en silencio, definitivamente eso era algo muy inesperado. El líder de la Vratva se había llevado las manos a la boca, estaba algo pálido, era verdad que deseaba poder tener habilidades de lobo, ya que era un hombre muy activo con los ejercicios y en las batallas que había tenido que librar con sus enemigos, pero sobre todo por la inmortalidad con la que habían sido bendecidos, más nunca pensó que sería una realidad que él las pudiera alcanzar alguna vez, y eso era gracias a la compañera que el destino le había dado. Fue el tercer Alfa quien dijo las primeras palabras. — ¡Ruso hijo de puta, lo lograste, ahora eres parte de nuestra raza! !Qué maldita suerte la tuya que la diosa luna te creó para una mujer de nuestra raza! — Gracias Mayté, me has dado un hermoso regalo, pero sigo pensando que el regalo más valioso que me dio la vida eres tú. — Escúchalo, papá, ¿No es tan lindo el Pakhan? Estoy segura que será un gran compañero, solo dale una oport
El Alfa cambió el pañal de su hija, y también la cambió de ropa, después de eso la arrulló, la nena se quedó dormida profundamente, así el lobo volvió al sofá. — Tengo mucho que aprender, no sé cómo le había el vampiro para cuidar de Dante. No sé nada de los cuidados que necesitan los cachorros. (...) Mientras tanto en la habitación de la loba, cuando ambos llegaban al clímax, dejó salir sus colmillos afilados para enterrarlos en el cuello del hombre ruso. — ¡Espera...! Fue todo lo que el Pakhan alcanzó a decir antes de desmayarse, se había quedado dormido en la cama de su destinada, algo que jamás le había pasado. En el pasado cuando terminaba de follar con alguna bella mujer, se duchaba, se vestía, y se salía del hotel, o cualquier lugar en el que estuviera. Al día siguiente, el Pakhan dormía todavía enredado en las sábanas blancas de Mayté, pero no contaba con que su padre, uno de los guerreros más respetados de su antigua manada, estaba al pié de la cama observándol
Último capítulo