Mundo ficciónIniciar sesiónSinopsis ❣️ Quién iba a decir que mi mayor temor se cumplió. ¡Tengo su corazón en mis manos, tiene mi corazón en sus manos! Quién iba a decir que él sería el poema de mi vida, el verso libre que llegó en el momento preciso y se fue cuando no tenía que hacerlo. El que llenó de sonrisas mis días, ya que mi única felicidad era un libro, un cuaderno, y una plataforma de escritores donde me dejaba llevar por mi imaginación... ~~~ 🌸 🌸 ~~~ 🌸 🌸 ~~~ 🌸 🌸 ~~~ Cuando la termine la editare.
Leer másAl día siguiente la lluvia no da tregua alguna a los rayos del sol, y sólo nubes grises oscuras arropan el manto que en días de verano es azul. De todas formas, es normal porque estamos en pleno invierno. Lástima que al trabajo tengo que ir, llueva o truene. —Buenos días señorita Abril. –me saluda Jenny feliz, en recepción cuando me ve. —Buenos días Jenny. –la saludo. Subo a mi oficina, y antes de entrar aparece mi asistente diciéndome que mi secretaria bajó por unos documentos, por eso su ausencia, además de que comienza a leer mi agenda de todas las cosas que debo hacer durante el día. La mañana pasa sin problemas, y cada vez que pienso en la hora del almuerzo, mi corazón se acelera, pero no es nada comparado al brinco que da al escuchar su voz al venir a buscarme. Lo observo mientras cruza las puertas de cristal que dan al interior del edificio, dirigiéndose a recepción donde atiende Jenny, la recepcionista. Quien descaradamente le comienza a coquetear en el mismo instan
Entre mi delirio y el calor, algo helado cae desde mi cabeza a los pies. Lucho contra quien me tiene debajo de la lluvia helada, pero no hay caso, luego caigo en un lago helado. Toco y toco buscando, ansiando tocar más del calor que trasmite quién sea que me abraza en este lago helado. Y así estoy mucho tiempo, sin ser capaz de volver a la realidad. —Quieta, cariño, quieta... Dios esto si que es difícil... Creo que agua helada para ambos es lo mejor. –susurran a mi oído. —Mmmm... Hueles tan bien... –susurro y me acurruco contra el calor, buscando oler, y tocar de nuevo, todo el rato. Quiero sentir y continuó palpando, tocando... pero me detienen. —Es hora de salir de aquí. –siento que soy alzada, y luego dejada sobre una superficie blanda. Me obligan a tomar algo, que lo bebo a la fuerza con agua–Shhh tranquila, bebelo todo, te hará bien.–entonces caigo, pero ahora no es un lago, y el fuego en mi interior se va calmando hasta que no siento nada más que sueño. ~~~ ~Narra
Hoy es viernes por la noche, y saldremos de fiesta porque todos los proyectos salieron más que bien, y hay que celebrar. Irán algunos compañeros y compañeras de la empresa. Invite a Antonio y algunos de sus amigos más cercanos. Llevamos ya varios meses conociéndonos y nos caemos bastante bien. —Señorita Abril, ¿vendrá con nosotros su amigo Antonio? –y esa es la voz chillona de Jenny. Quien no se da por vencida con él. —Por supuesto. –respondo de mala gana. Ella sonríe ampliamente, y un sabor amargo se instala en mi lengua. Arghhh que odio esto. ~~~ Al fin llegamos al lugar, Antonio está sentado en la barra junto a dos hombres, que reconozco como sus amigos. Después de disculparme con mi grupo de compañeros y compañeras de la empresa, avanzo hacia él. Sus amigos me saludan y él me toma de la cintura, para acercarme y darme un delicado beso en la mejilla. —¿Qué tal tu día amiga mía? –susurra a mi oído algo ronco. —Muy bien guapo, ¿y tú, qué tal tu nuevo trabajo en la
La mañana pasa sin problemas, entre el trabajo que comenzamos codo a codo con mi ami-jefa, y el nerviosismo que siento cada vez que pienso en la hora del almuerzo. —¿Qué te sucede Ab? –me pregunta Ivi de la nada. Me acaba de pillar mirando la hora en mi móvil de nuevo. —¿Eh? No sé de qué hablas. –cambió de tema, tomando las carpetas, las junto como si no me hubiera preguntado nada, a pesar de que sé, me vio más de 5 veces mirar la hora. Pero me lo deja estar con una sonrisilla de sabionda. —Bueno, ya hemos terminado aquí, ¿qué te parece si almorzamos juntas? –me invita, y algo me dice que lo hace solo para comprobar algo. Pfff como si no me conociera, pero no pienso contarle nada. —No puedo, ya quedé con alguien. Ahora... –miro la hora por sexta vez esta mañana, y ya con todo ordenado y listo, tomo mis cosas–me voy. — ¡Ab! Que mala eres, no piensas decirm... –su móvil vibra, la observó mientras lo toma, frunce el ceño mientras abre los ojos desmesuradamente–lo siento ca
Al día siguiente la lluvia no da tregua alguna a los rayos del sol, y sólo nubes grises oscuras arropan el manto que en días de verano es azul. De todas formas, es normal porque estamos en pleno invierno. Lástima que al trabajo tengo que ir llueva, truene o no. Y por eso aquí estoy, a punto de ponerme a trabajar cuando la puerta es golpeada desde afuera. —¿Abril? –es la voz de mi asistente. —Pase. –respondo. — Abril, llego María, y.... ¿Recuerdas la reunión que tenía hoy? ¿La que nos costó como dos meses para que nos agendaran? –frunzo mi ceño, comenzando a entender. Aprieto mis puños, porque sé muy bien que lo hizo a propósito. Ya que ella sabía lo importante que era ese cliente. — Dile que la quiero en mi oficina de inmediato. –mi voz sale algo enojada, pero es que esta mujer desde que llego a trabajar conmigo a tratado de sabotearme, siempre disfrazando de un "lo siento" sus errores. Se los dejé pasar por sus padres enfermos. ¡Seguro eso es una mentira! O puede que
Después de haber admitido que me pasaba casi lo mismo que a él, nos quedamos en silencio, un silencio largo e incómodo y con nuestras miradas fijas, la una en la del otro, y con el tazón de chocolate a medio terminar, casi frío. — ¿Debería ir a hervir más agua? –pregunto de repente,y nos quedamos en silencio nuevamente. Un silencio solo interrumpido por la torrencial lluvia y nuestras respiraciones. —¿Lo sentiste? —me pregunta rompiendo el silencio por fin y apartando su mirada de mí. Se desordena su pelo castaño medio ondulado y me ve a los ojos. En su mirada hay un brillo especial. Yo asiento, sin poder negarlo, con mi cabeza, como hechizada por su mirada que me traspasa hasta el alma. Se vuelve a sentar revolviéndose el pelo nuevamente y quitando su mirada de mí otra vez. Mientras yo desecho la idea de ir a hervir más agua. —Sí, pero eso no quiere decir que nosotros vayamos a tener algo, no quiero que… —No te preocupes; sólo te pido un favor. —Eleva su mirada al techo de m
Último capítulo