Por un momento pensé que era mi ex, pero este tacto es diferente, no puede ser él.

Levanto la vista y mis ojos se abren como platos... ¡¿Qué hace él aquí?!

—¿Qué haces aquí? —Me devuelve una mirada seria.

—¿Quién eres, Abril? —Lo miro frunciendo mi ceño sin entender.

—¿Eh?... —atino a decir media aturdida mientras él acerca demasiado su cara a la mía.

—Eso, ¿quién eres? —Sus palabras son susurradas muy cerca de mi oído y su aliento cálido hace cosquillas en mi piel. Se acerca cada vez más y mi corazón comienza a agitarse como un loco.

—¿Cómo? ¿Estás loco o qué? —le increpo sin apartarme, sintiendo todavía su tacto en mi muñeca y su respiración en mi oído, y en parte de la piel sensible de mi cuello, causando escalofríos de los buenos a todo mi cuerpo. Y por mi manera de quedarme le viendo, creo que hasta cortocircuitos a cerebro, dejándome paralizada sin poder moverme pese a mi intento de fallida cordura.

—No, no estoy loco... Sólo que tienes algo que las demás no, eres difere