Capítulo 10: Ivi. Sufrir vale la pena.
Al día siguiente la lluvia no da tregua alguna a los rayos del sol, y sólo nubes grises oscuras arropan el manto que en días de verano es azul. De todas formas, es normal porque estamos en pleno invierno. Lástima que al trabajo tengo que ir llueva, truene o no.
Y por eso aquí estoy, a punto de ponerme a trabajar cuando la puerta es golpeada desde afuera.
—¿Abril? –es la voz de mi asistente.
—Pase. –respondo.
— Abril, llego María, y.... ¿Recuerdas la reunión que tenía hoy? ¿La que nos costó como dos meses para que nos agendaran? –frunzo mi ceño, comenzando a entender. Aprieto mis puños, porque sé muy bien que lo hizo a propósito. Ya que ella sabía lo importante que era ese cliente.
— Dile que la quiero en mi oficina de inmediato. –mi voz sale algo enojada, pero es que esta mujer desde que llego a trabajar conmigo a tratado de sabotearme, siempre disfrazando de un "lo siento" sus errores. Se los dejé pasar por sus padres enfermos. ¡Seguro eso es una mentira! O puede que