Vendida al Capo de la Mafia

Vendida al Capo de la MafiaES

Mafia
Última atualização: 2025-09-10
Valentina21R  Atualizado agora
goodnovel18goodnovel
0
Avaliações insuficientes
7Capítulos
6leituras
Ler
Adicionado
Resumo
Índice

Alessandro Martineli es el heredero de un poderoso imperio criminal. Con su padre al borde de la muerte, la sucesión al mando está en juego. Pero hay una condición inquebrantable: si quiere convertirse en el próximo Don, Alessandro deberá casarse… y no por conveniencia, sino por amor verdadero. Solo después de un año de matrimonio podrá reclamar el trono de la mafia más temida. De lo contrario, perderá todo. Nataly, una joven inocente y desconfiada, jamás imaginó verse envuelta en los oscuros negocios de un hombre como Alessandro. Él es arrogante, peligroso y demasiado enigmático. Ella, la única capaz de desafiar sus reglas y tocar lo más profundo de su corazón endurecido. Entre pasiones prohibidas, lealtades rotas y enemigos al acecho, ¿podrá Nataly derribar los muros del implacable Don? ¿O el precio del amor será demasiado alto en un mundo gobernado por sangre y poder?

Ler mais

Capítulo 1

Capítulo 1

Era ya entrada la noche cuando la tranquilidad del barrio de Chelsea, en Nueva York, se vio abruptamente perturbada. Un carro negro se estacionó frente a la casa de la familia James, y de él descendieron dos hombres corpulentos. Los curiosos que paseaban por la calle se detuvieron, conteniendo la respiración. Ambos llevaban trajes caros, gabardinas negras y sombreros calados que ocultaban parcialmente sus rostros, pero sus movimientos y la tensión en el aire dejaban claro a todos que no eran visitantes comunes: la mafia había llegado, y el objetivo era cobrar una deuda.

Sin una pizca de cortesía, los hombres caminaron hacia la puerta. Uno de ellos sacó un tubo de metal y golpeó con fuerza. La cerradura voló hecha añicos, y el obstáculo de madera no ofreció resistencia.

Franco James estaba sentado en su viejo sofá, mirando la televisión y bebiendo una cerveza. Al escuchar el estruendo, se incorporó de golpe, pero la cerveza se derramó por el suelo. El grito de Rosa, su madre, inundó la casa. Los intrusos la ignoraron por completo, pasando junto a ella como sombras amenazantes.

Uno de los hombres agarró a Franco por la camisa, levantándolo ligeramente del suelo. Su respiración era entrecortada, y un sudor frío recorría su frente. Sabía que la muerte estaba cerca, que no habría clemencia.

—¿Dónde está el dinero que le debes al jefe? —gritó el hombre, con acento italiano marcado, los ojos llenos de ira.

—No… no lo tengo… maña…na se lo llevaré —tartamudeó Franco, con la voz temblando, mientras sus manos se apretaban contra el pecho en un intento inútil de calmarse.

—Esa respuesta ya la has dado antes —replicó el matón, negando con la cabeza y chasqueando la lengua con desprecio.

—El jefe quiere lo que le pertenece. Ya te ha dado demasiado tiempo —dijo el otro, mientras golpeaba la mesa con el puño, haciendo que los vasos tintinearan.

—Le juro que le llevaré todo el dinero, pero no me maten —suplicó Franco, sus rodillas temblando y los ojos desorbitados de miedo.

—Deber a Alonso Rossini no es cosa de juego —comentó uno de los hombres, mientras su compañero lo golpeaba brutalmente. Puños que caían sobre su rostro, patadas que se estrellaban contra sus costados. Cada impacto hacía crujir huesos, y Franco gritaba entre dolor y desesperación. Los sollozos de Rosa eran incapaces de detener la furia de los mafiosos.

Cuando finalmente Franco cayó desmayado, los atacantes se detuvieron. Uno de ellos se agachó, agarró su cabello y levantó su rostro ensangrentado para que lo mirara.

—Si no pagas lo que le debes al jefe, la próxima vez no seremos benevolentes —dijo, estampando su cara contra el suelo. Se oyó el crujido de la mandíbula y el sonido de algunos dientes rompiéndose.

⚜️⚜️⚜️⚜️⚜️⚜️

Nataly había salido del supermercado muy tarde. Una compañera había tenido un percance, y ella tuvo que cubrir su turno. Estaba agotada: más de doce horas de pie habían dejado sus pies doloridos y su mente nublada. Solo deseaba llegar a casa, darse un baño, tomar un vaso de leche caliente y dormir.

Pero al abrir la puerta, lo que encontró la dejó congelada. Su padre estaba tendido en medio del salón, casi irreconocible. Su abuela, Rosa, tenía una crisis de nervios. Nataly quedó paralizada unos segundos, sin saber cómo reaccionar, pero luego salió del shock y marcó de inmediato al 911. Su corazón latía con fuerza, y sus manos temblaban mientras revisaba los signos vitales de Franco.

—¿Abuela, qué ocurrió aquí? —preguntó, con la voz quebrada mientras tomaba el pulso de su padre.

Rosa sollozaba sin poder hablar, pero finalmente logró articular:

—No lo sé, mi amor… entraron unos hombres y le hicieron esto… —Se cubrió el rostro con las manos, intentando controlar el llanto.

Nataly se acercó con cuidado, temiendo que la presión arterial de su abuela subiera.

—Todo va a estar bien, abuela, ya viene la ambulancia —dijo Nataly, tratando de tranquilizarla mientras le pasaba un brazo alrededor de los hombros—. Mi papá está vivo, se pondrá bien.

Para Nataly, su abuela Rosa lo era todo. Su madre había muerto cuando ella era muy joven, y Rosa había sido su única familia, quien le enseñó amor, ternura y cuidado. Si seguía viviendo bajo el mismo techo que Franco, lo hacía por ella, por Rosa.

—Dios te oiga, mi amor, Dios te oiga —susurró la anciana, con la voz entrecortada y los ojos empañados de lágrimas.

La ambulancia llegó diez minutos después. Los paramédicos trataron algunas heridas y estabilizaron a Franco antes de montarlo en la camilla para llevarlo al hospital. Nataly lo acompañó, la ira y la preocupación luchando en su interior. Entre ellos nunca hubo una buena relación; Franco jamás se había comportado como un padre. Su vida giraba en torno a los vicios y a causarle problemas a Rosa y a ella.

Nataly estaba convencida de que la golpiza había sido producto de su mala vida, pero esta vez la línea roja había sido cruzada: no solo lo habían golpeado hasta casi matarlo, sino que habían irrumpido en la casa de su abuela, algo que Nataly consideró un verdadero peligro.

Franco, además de las magulladuras por todo su cuerpo, tenía tres costillas fracturadas y debía permanecer al menos una semana en el hospital. Sin embargo, consciente de que su vida pendía de un hilo y que necesitaba el dinero que debía, aprovechó un descuido de las enfermeras y de su hija para escapar del hospital.

Mais
Próximo Capítulo
Baixar

Último capítulo

Mais Capítulos

Você também vai gostar de

Novos lançamentos de romances

Último capítulo

Não há comentários
7 chapters
Capítulo 1
Capítulo 2
Capítulo 3
Capítulo 4
Capítulo 5
Capítulo 6
Capítulo 7
Explore e leia boas novelas gratuitamente
Acesso gratuito a um vasto número de boas novelas no aplicativo BueNovela. Baixe os livros que você gosta e leia em qualquer lugar e a qualquer hora.
Leia livros gratuitamente no aplicativo
Digitalize o código para ler no App