Elizabeth es una joven a la cual se le ha presentado la oportunidad de trabajar en una de las mejores empresas de la ciudad. El trabajo lo necesitaba tanto que hará lo que sea necesario para mantenerlo... Una noche antes de entrar se va con un hombre atractivo que conoció en la discoteca a su apartamento, aún que las cosas no fueron como tendrían que ser, ella jamás se imagino que se volvería el blanco del jefe, el mismo chico de la noche anterior, siendo una presa fácil para el despiadado Alexander West.
Leer másMe di una ducha para aliviar el calor que mi cuerpo sentía en ese momento.
Estaba dispuesta a hacer cualquier cosa que me mantuviera fuera de mis pensamientos, pero es difícil. Luego de pasar algún tiempo extendido, demasiado se podría decir, salí de la ducha y me vesti, Esperando que cualquier cosa caliente aliviará mi angustia y frío de paso. »Esto es algo muy tenso« Necesitaba hacer cualquier cosa que me mantuviera tranquila. En casa vivía con mi hermano Elías y su prometida Evangeline. Elias es como ese padre para mí desde que nuestra madre murio. El me ha ayudado mucho y le debo toda mi vida Es mi salvavidas personal, mi hermano, y lo más importante en toda mi vida, siempre hemos sido el y yo. Empecé a preparar una taza de chocolate. tomé mi móvil y comencé a navegar con la intención de mantenerme ocupada. Buscando en mi móvil, revisé que había una notificación la cual no leí con anterioridad. La notificación era clara y precisa, había pasado la prueba de la universidad. ¡Dios mío que emoción! Di algunos saltos en silencio. procurando de no despertar a nadie. Mi emoción era inmensa, me sentía muy feliz porque por fin había logrado ingresar a la universidad. Era algo por lo que me he esforzado muchísimo. Al fin lo había conseguido, ahora veo que si valio la pena tanto tiempo de esfuerzo y lucha porque la victoria es asombrosa. Me voy nuevamente a mi habitación y me acuesto en mi cama, mañana es sábado y si debería aceptar la salida de los compañeros de la preparatoria. Me cubri con el cobertor tratando de que esté también dispersará algo del frío que aún me inundaba. Por mi mente pasaban miles de cosas, todo se me estaba dando, hace dos semanas ingresé a una de las mejores empresas de telecomunicaciones. Estoy en periodo de práctica eso lo sé, pero también me he esforzado mucho por conseguirlo. El lunes nos informaran quiénes quedaron y quienes no. Mis nervios son mucho más, necesitaba este trabajo como a nada, necesitaba pagar mis estudios en la universidad para poder susistir. Me volví a quedar dormida, tanta pensadera agoto mi mente, dejándome realmente exhausta. [√√√] Más tarde después me desperté sintiendo el olor de un delicioso homelet. Me levanto de la cama y como un zombie sigo aquel olor que se impregna cada vez más en mis fosas nasales. Para cuando llegue a la cosina, Elías ya estaba sirviendo el desayuno. —Que rico huele— digo. El me sonríe mientras coloca los tocinos del sartén en el plato. —Ven siéntate hice el desayuno para los fos, sabía que vendrías apenas sintieras el olor— Miró a mí alrededor y no veo a Evangeline. —Se ha ido más temprano hoy. Tenía que abrir el restaurante— Asiento mientras me siento en la silla al tiempo que Elías. —Gracias hermano se ve muy delicioso— —Buen provecho— me llevo mi primer bocado a la boca, lo saboreo maravillada, realmente cocina delicioso. —Oh, hermano. Tengo buenas noticias— mi cara de alegría lo dice todo. —¡Logré entrar a la universidad!— —¿De verdad?— —Sii, si lo es— —Guau hermana, te felicito mucho, se más que nadie lo mucho que te has esmerado por entrar ahí— —Lo se, estoy tan feliz— —Y te lo mereces, princesa— El se levanta, se hacerca a mí y me da un abrazo cálido y lleno de mucho amor. Solo el hace que mis días sean más felices. —Gracias hermano, desayunemos— Ambos nos sentamos y platicamos un poco de lo que podría ser de mi en la universidad, las puertas que se me abrían y si consigo la pasantía aún mejor. [•••] El día transcurrió tranquilo, descanse en casa. Aproveche para escribirle a mi mejor amiga Stephanie que iría a la celebración de hoy, ella se alegró mucho al saber que iría. Yo no suelo salir a fiestas ni mucho menos a celebraciónes, creo que prefiero quedarme en casa, ver una peli o jugar alguna cosa. También me gusta mucho leer, soy tan aficionada que no me canso. Me gusta desaparecer de mi mundo y entrar en el de los protagonistas, en el fondo este es un mundo que cree yo misma para tener una vida mejor que la que tengo. Aunque no vivo mal ni sufro de nada, siempre he sentido que mi vida está vacía, que le hace falta algo para que pueda estar completa. No tengo novios ni nunca los he tenido. Para esas cosas soy muy mala. No suelo ser el tipo de chicas que sabe cómo seducir a un hombre. Los más allegados a mí son mi hermano y mi cuñada, ellos son los únicos que me ven en algo más íntimo. Y ambos siempre me han dicho que no debería avergonzarme por ser como soy. Ellos consideran que soy una mujer hermosa, y yo no me creo fea, solo que... soy así. Muy reservada. Mi forma de vestir es algo más conservado, no me gusta mostrar tanto, y no es que tenga inseguridades porque no es así, solo que así soy yo. Soy como ese patito feo que no quiere dejar relucir su verdadera belleza. Pueda que algún día me anime y lo haga, pero por ahora considero que aún faltan muchas piedras para rodar en ese río y que eso pase. Por la tarde casi llegada la hora de alistarme, unos golpes en mi puerta me interrumpieron. No sé quién es, no estoy esperando visitas y mi hermano se fue a recoger a Evangeline al trabajo. llegó hasta la puerta y la abro cuidadosamente, mis ojos se agrandan al ver a mi amiga Stephanie parada frente a está con algunas bolsas en las manos. —¡Hola!— entra apenas abro la puerta. —¿Estás lista para esta grandiosa noche?— —Supongo que si, pero ¿Que es todo esto?— la veo colocar sus ojos en blanco y dejar las bolsas a un lado. —Vamos ayúdame, subamos a tu habitación— Eso exactamente hicimos, subimos de inmediato a la habitación y apenas dejé las bolsas en la cama, ella coloco algo de música suave en el equipo de sonido, y con la alegría que la caracteriza empezó a desempacar las bolsas y mostrarme cada cosa que había en ellas. —¿Te gusta este?— mis ojos recorrian las prendas como si me estuvieran hablando en un idioma que no entiendo. —Todos son realmente hermosos y si tú no los quieres, me los quedaré yo— —Por mi está bien— —Vamos, Elizabeth. No te comportes así, obviamente todos son para ti— —Yo no los necesito, tengo mi propia ropa— Ella me mira como si lo que acaba de decir fuera lo peor. —¿Es en serio?— le doy una mirada de aceptación. —¿En realidad crees que esto es ropa decente?— me muestra algunas prendas que saca de mi armario. —¡Oye! a mí me parecen bonitas— le digo quitandocelas de la mano. —Es lo que a mí me gusta— —Por favor, Elizabeth. Ni mi abuela viste cosas tan feas y pasadas de modas— —Me iré a bañar, espera aquí y no toques mis cosas— le digo con tono de advertencia, ella sabe que no estoy jugando y que hablo en serio. Ella al ver mi rostro levanta ambas manos en señal de paz. Sin más me voy al baño para tomar esa ducha que tanto Necesito, para preparme y salir a celebrar...Después de un trayecto de al menos unos veinte minutos llegamos a mi casa, se detuvo frente a mi edificio y en su rostro pude ver algo de incomodidad, miraba a todos su alrededor detallando todo mi vecindario. En mi opinión, este era un buen lugar, no era inseguro, se que tampoco es el mejor pero era todo lo que Lucía y yo podíamos pagar por ahora. Le di un pequeño agradecimiento que él devolvió con un asentamiento, salí de su coche demasiado llamativo y me apresuré a entrar en mi edificio. Cuando estaba en la puerta de este me giré hacia atrás y ahí seguía el, observándome. La ventana se subió y el auto empezó a irse ante mis ojos lentamente hasta desaparecer. Al entrar en mi apartamento, me alegré un poco de escuchar las risas de la pareja en la sala. Era mi hermano y mi cuñada, cada vez que los veía dándose esas muestras de amor me hacían querer algo así de lindo, decidí no molestarlos y me fui en silencio y directamente a mi habitación. Solo quería algo de tiempo para adaptarme
Mi mejor amigo llegó en cuanto lo llamé, necesitaba hablar con alguien y si ahora no podía hacerlo con ella, mi mejor amigo me serviría —Y entonces qué pasó entre ustedes dos— Después que terminé de contarle, el simplemente se quedó allí mirándome sin ninguna expresión en su rostro, es como si aún estuviera procesandolo. —Dejame ver si entiendo. ¿me estás diciendo que recogiste a esa chica en el bar anoche y todo lo que hicieron fue beber, comer, dormir y ver películas en tu casa?— la sorpresa cubría su rostro, lo cual era bastante divertido. —Si, eso fue lo que hicimos— le dije tratando de ser indiferente, pues no quería que nadie supiera cuánto me está afectando esa chica. —Es que esto es algo muy difícil de creer hermano— dijo para reírse, obviamente no me creía ni una palabra. Y para ser honesto, ni yo me creería algo así. En ese momento dos toques en la puerta nos sacan de nuestra conversación. —Adelante— digo. Elizabeth entra tímidamente y me trae el informe qu
Un nuevo Dia inicia, y ya me encuentro en la oficina laborando. Las cosas aquí han estado tensas debido a que hoy se conoceran los nombres de las personas que pasarán la pasantía. Me llamaron para que pasará a la oficina del director después de decirme que había sido aprobada. Lo que debería haber sido un día memorable para mí se convirtió en un completo horror cuando entré en la oficina. —Buenos días señor, West— Sentí que el tiempo se detuvo cuando vi que levantó su cabeza lentamente y sus ojos de acero gris. Los mismos ojos que me cautivaron ayer. Estos mismos que me dieron emociones ayer, hoy me trajeron un intenso horror esta mañana. Pero estos me estan mirando con una expresión de sorpresa ahora mismo. El hombre que me cautivó con solo una mirada, el mismo hombre que se sentó conmigo durante horas viendo peliculas y cocinando, el que se rio y me tomó del pelo, el hombre con el que me quedé dormida anoche estaba justo frente a mí. David, o debería llamarlo Alexander West.
Me acerco a la cama y coloco la bandeja en la mesita de noche. David se despierta lentamente, estirando su cuerpo y abriendo los ojos. Me mira con una sonrisa adormilada y luego se fija en la bandeja. —¿Tú lo hiciste?— pregunta con una sonrisa más amplia. —Sí, pensé que te gustaría— le respondo, sentándome en la cama a su lado. David se sienta y toma un bocado de los huevos revueltos. —Mmm, esto es delicioso— dice, cerrando los ojos para saborear el sabor. Me siento feliz de haber podido hacer algo para agradecerle por la noche anterior. Mientras David come, sigo mirando alrededor del apartamento, tratando de absorber todos los detalles. La habitación es grande y lujosa, con una cama king size y un vestidor que parece ser más grande que mi apartamento. Me pregunto cómo es que alguien puede tener tanto espacio y tantos lujos. David nota mi mirada y sonríe. —¿Te gusta mi apartamento?— pregunta, tomando otro bocado de comida. —Es impresionante—le respondo, tratando de ser since
—Si, ¿Por qué?— respondo y pregunto con más curiosidad. , —Solo preguntaba, es que este apartamento es tan grande que creí que vivías con alguien más. Hay suficiente espacio como diez personas—dijo con una voz desconcertada que pronto olvidó cuando se inclinó hacia adelante y tomó la copa de vino que le estoy ofreciendo, se recostó sobre la cabecera de la cama y su mirada es tan inquisitiva que me hizo desear instantáneamente devorarla. Me reí un poco por lo que acaba de decir, que estaba más que seguro provenía más por mis fuertes ganas hacia ella y él increíble deseo que sentía por tener sexo. De no haber tenido ningún sexo durante varios días no estuviera con esta erección, tomé un sorbo del vino en mi mano lo que hizo que ella me mirara aún mas. —No, prefiero vivir solo, es mucho mejor asi— Me miró por un rato y luego sacudió la cabeza lentamente, me quitó el control remoto de mis manos y comenzó a buscar una canción, yo lo único que podía hacer era mirarla, cuando encontró
No creo antes haber estado más nerviosa en mi vida. Entramos en el ascensor del edificio de David, sentí unos nervios que no supe que existían en mi. Tuve que recordar cómo dejar salir la respiración, él dio un paso hacia mí en cuanto se cerró la puerta. En sus ojos pude ver una mirada depredadora, evanluandome de pies a cabeza. No tengo experiencia con los hombres, esto es algo nuevo para mí.. Pero la forma en que este hombre me observa, es descomunal, nunca me había sentido tan deseada. Me acarisio mis labios con su pulgar, este simple gesto me hizo estremecer. Su mirada y acciones gritaban peligro, y me había propuesto como objetivo de vida mantenerme alejada de tales situaciones. »Es como un maldito imán« Ahora mismo no importa nadie mas, nos estábamos besando con una necesidad que no se puede describir de otra manera que no sea ferocidad, me levantó de un tirón y envolví mis piernas en su torso. Ni siquiera registré ningún tipo de movimiento solo me sorprendí de mí misma a
Último capítulo