Encuentro

Me giré y me encontré cara a cara con él. El señor intenso. No pude evitar sentirme extraña al darme cuenta de lo cerca que estaba.

Una vez que lo miré, no pude apartar la vista de él. Era un hombre que emanaba una presencia imponente y atractiva. Sus ojos grises eran como dos estanques profundos que parecían ver más allá de la superficie, eran intensos y hermosos de una manera que me dejó sin aliento. La forma en que me miraban parecía penetrar en mi alma, haciéndome sentir una conexión inexplicable.

Su mandíbula cincelada y afilada le daba un aspecto fuerte y definido, como si hubiera sido esculpida por un artista. La línea de su perfil era perfecta, y su rostro parecía irradiar una confianza y seguridad que era difícil de ignorar.

Y su altura... calculé que debía medir alrededor de 1.95 metros, lo que lo hacía parecer aún más imponente y dominante en el espacio. Me sentí pequeña a su lado.

No podía dejar de mirarlo, y me sentí un poco avergonzada de estarlo observando de esa manera. Pero había algo en él que me atraía de forma irresistible, algo que me hacía querer saber más sobre él.

—Buenas noches— dice con una voz gruesa y profunda. La vibración de su voz me hace sentir un escalofrío en la espalda, —¿Puedo sentarme?— me pregunta con una sonrisa leve en sus labios, mientras señala el asiento vacío a mí lado.

Me siento un poco nerviosa, pero logro asentir con la cabeza. Él se sienta con una elegancia natural, y su presencia en la silla parece llenar todo el espacio.

Me mira directamente a los ojos, y siento que está estudiándome, tratando de conocerme mejor. Me siento un poco expuesta.

—Me gustaría invitarte a una copa y hablar—dice con una sonrisa cortés, mientras observa que mi copa está vacía. Su voz es suave y educada.

Asiento con la cabeza, agradecida por la oferta. —Gracias—

Él hace una seña discreta, y una camarera llega hasta nuestra mesa con una eficiencia impresionante.

—Un vaso de whisky para mí, y... ¿qué te gustaría tomar?—me pregunta, mirándome con interés.

La camarera asiente y toma nota de nuestro pedido. Un momento después, regresa con un vaso de whisky para él y una copa para mí. Me entrega la copa con una sonrisa, y él toma un sorbo de su whisky, mientras me mira con una intensidad que me hace sentir un poco nerviosa.

—¿Qué hace una mujer tan hermosa como tú por aquí hoy?—pregunta con una sonrisa que parece genuina, pero que también me hace sentir un poco incómoda. Su cumplido es directo y sincero.

Me siento nerviosa y mis mejillas comienzan a arder. Es la primera vez que un hombre se acerca a mí y me dice algo así, y no sé cómo reaccionar. Me miro las manos, tratando de encontrar las palabras adecuadas para responder.

—Estoy... bueno, estamos para celebrar que pude entrar a la universidad, hacer una pasantía en especialización— logro decir finalmente, tratando de sonar casual.

Él asiente con la cabeza, y su mirada no se aparta de mi.

—Me alegra haberte encontrado— Toma un sorbo de su vaso. —Eres la mujer más hermosa de todo el lugar—

¡Dios mío!

¿Por qué me siento así?

El decirme que soy la mujer más hermosa del lugar crea en mí muchas sensaciones que nunca había experimentado antes. Me siento halagada, pero al mismo tiempo, me siento incómoda y no sé cómo reaccionar. No estoy acostumbrada a recibir atención de hombres, y no sé cómo manejar esta situación.

Miro alrededor, buscando a Stephanie con la mirada, pero no la veo. Me siento sola y vulnerable en este momento, y no sé cómo protegerme de las emociones que están surgiendo en mí.

—Gracias— logro decir finalmente, tratando de sonar cortés y agradecida. —Eres muy amable—

Pero por dentro, estoy confundida y no sé qué hacer. No soy una mujer que se sienta cómoda con la atención masculina, y no sé cómo manejar esta situación. Me siento como si estuviera caminando por un terreno desconocido, y no sé qué esperar.

—Soy Alexander—

—Elizabeth—le digo con una sonrisa leve.

Él sonríe y repite mi nombre, como si estuviera disfrutando del sonido de las palabras. —Elizabeth, es un placer conocerte—

Me siento un poco más cómoda ahora que hemos intercambiado nombres, y comienzo a sentir que esta conversación podría ser más agradable de lo que inicialmente pensé. Pero todavía me siento un poco nerviosa y no sé qué esperar de esta interacción.

En este momento, todos llegan de nuevo y se sorprenden al ver al atractivo e imponente hombre a mi lado. Stephanie me da una mirada traviesa, como si estuviera tramando algo.

—Hola, ¿Elizabeth?— dice mi amiga con una sonrisa maliciosa.

Ruedo los ojos y decido presentarlos.

—Chicos, él es Alexander un...— comienzo a decir, pero Alexander me interrumpe con una sonrisa encantadora.

—Un amigo de Elizabeth—dice con una voz gruesa.

Mi hermano está un poco esquivo, pero mantiene la calma, lo que no es de extrañar dado su carácter reservado. Sin embargo, noto que le da una mirada curiosa a Alexander, como si estuviera tratando de evaluar su personalidad o intenciones.

La mirada de mi hermano es intensa y penetrante, y puedo ver que Alexander se da cuenta de ella. Pero en lugar de sentirse incómodo, Alexander le devuelve la mirada con la misma intensidad como si estuviera desafiándolo a que lo juzgue.

Me siento un poco nerviosa por la tensión que se ha creado entre ellos, pero al mismo tiempo, me siento intrigada por la dinámica que se está desarrollando. ¿Qué estará pensando mi hermano sobre Alexander? ¿Y qué estará pensando Alexander sobre mi hermano?

Mi cuñada y Stephanie parecen haber captado la situación y deciden intervenir de manera sutil. Se llevan a mi hermano y a los demás a la pista de baile, dejándome sola con Alexander.

—Me iré para no estorbar— dice Stephanie con una sonrisa maliciosa, mientras se aleja riendo. Me siento un poco avergonzada por la forma en que mis amigos están tratando de emparejarnos.

Ahora que estamos solos de nuevo, la atmósfera se vuelve un poco más tensa. Alexander me mira con una intensidad que me hace sentir que está esperando a que yo haga o diga algo.

No vine está noche para buscar pareja y así será, entable una pequeña charla con el para no ser descortés pero no me interesa nada más.

Aunque sea el hombre más atractivo que haya visto, no sucederá lo que sea que todos aquí piensan...

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