El calor subió a mis mejillas cuando me di cuenta de lo que había dicho. Con los ojos muy abiertos, lo miré y me relajé instantáneamente al ver que me daba una sonrisa suave. No tenía ni un rastro de burla y supe que no había hecho el ridículo frente al hombre más guapo que había visto en mi vida.
—Lo siento mucho— —Ésta bien. en lugar de eso, debería de darte las gracias. No todos los días recibo cumplidos de la mujer más hermosa de la sala.— lo oí decirme con una sonrisa amable que me hacía relajar, pero mi rubor parece intensificarse, lo que solo lo hacía más divertido para él. —Es difícil creer que no recibas cumplidos. Eres bastante, Guapo—volví a soltar e instantáneamente quise golpearme con el mismo b**e con que destrocé a Raul. —Esto es tan difícil de ver— susurró Alexa de nuevo y no podía estar más de acuerdo con ella. —¿Si te apetece esa bebida?— —Claro, ¿Por qué no?— dije algo nerviosa tratando de apartar mi vista para no ser tan obvia. —Soy Elizabeth por cierto— —David— dijo después de un momento, lo cual fue extraño. ¿Por qué demoraría tanto en dar su nombre? internamente me encogí de hombros. —¿Hay alguna razón por la que estés hoy aquí, Elizabeth?—Dios mío, la forma en que dijo mi nombre... me hizo tentar a la oferta de Sandra sobre acostarme con alguien si eso significaba terminar en la cama con él. —Eh, conseguí un nuevo trabajo por el que también trabajé bastante duro. Ha sido un sueño desde que me gradué trabajar allí— dije suavemente casi en un susurro, sin querer mostrar lo emocionada que realmente estaba y parecer más rara de lo que ya era. —Eso es genial. sé que lo harás muy bien— —Es muy amable de tu parte decir eso— levanté mi mirada y me encontré con los mismos ojos intensos de hace un momento. no pude evitar mirarlo de vuelta, mis bragas definitivamente estaban empapadas. Lami mis labios secos y su mirada fue inmediatamente a ellos, haciendo mi corazón se acelerara inmediatamente. Nuestro momento intenso fue interrumpido por Eli quien llegó y me envolvió su brazo alrededor de mi hombro en una postura protectora. —¿Está todo bien, Elizabeth?—me preguntó suavemente pero por la expresion en su rostro, supe que estaba tratando de hacer un punto. y por lo que parecía, ese punto no se estaba transmitiendo como debería. —Estoy bien, David me está comprando una bebida— dije dándole un leve codazo en su abdomen pero eso no pareció hacer nada para detener la competencia de mirada entre estos dos. Nos trajeron las bebidas y tomé la mía de inmediato, dando un gran sorbo, esperando que dejaran de enfrentarse con los ojos. —Elias, para, es solo una bebida. No es como si me fuera a casar con él, cálmate por favor— dije en un susurro asegurándome de que David no escuchara mis palabras. no quería avergonzarme más. Elias se relajó ligeramente y me sonrío tomando un sorbo de mi bebida y yendo hacia donde estaba Alexa y Daniel. —Lo siento, el es muy protector. puede ser como una hermano mayor a veces— dije tímidamente y nerviosa de que Elías lo hubiera arruinado, extrañamente quería ver a dónde podría llevarme esta noche y este galán. »¡Malditas hormonas!« —Deberías estar agradecida, por saber que alguien te respalda y por las miradas que me está dando ahora, sé que un solo movimiento en falso de mi parte podría acostarme la vida— dijo con una sonrisa y supe que está bromeando. Me reí por sus ocurrencias y esto se sintió tan bien, incluso si estaba borracha. Hacía bastante tiempo que no me reía con alguien que no fuera ellos. —Tienes La sonrisa más hermosa que he visto—dijo en un susurro al lado de mi oído, y antes de que tuviera la oportunidad de registrar su comentario, se levantó abruptamente y me estiro su mano, sabía que si la tomaba, rompería todas mis reglas, pero en este momento, mirando sus ojos grises de acero, no me importa. En el momento en que puse mi mano en la suya, me jalo de mi asiento hacia su pecho. la mirada que me dio hizo que mis piernas temblaran de tal manera que nunca había sentido algo como esto. Nunca había sentido esa atracción por nadie, esta chispa y este deseo, pero estando tan cerca de él, extrañamente se sentía normal, se sentía bien. Me llevó hacia el pasillo oscuro, y pude sentir la mirada de Elias, levanté mi mano en señal de paz. Tan pronto como giramos la esquina, me empujaron contra la pared y David estaba sobre mí, besándome con un intensidad, como si nunca más fuera a ser besado. envolví mis brazos alrededor de su cuello y lo traje más cerca devolviendole el beso con tanta ferocidad y pasión que mi mente comenzó a dar vueltas. Sin aliento, se apartó y tomó mis brazos de su cuello, me tense instantáneamente pensando que había hecho algo mal. Antes de que pudiera recuperar el aliento, sostuvo mis manos sobre mi cabeza con una de sus enormes manos y con la otra me agarró el cabello, tirando de él hacia atrás, obligándome a mirarlo con los ojos entes cerrados. —Me estás volviendo loco— gruñó y antes de que pudiera pensar volvió a besarme, esta vez con más velocidad y mucha más pasión. su mano dejó mi cabello pero no mi cuerpo, explorando tanto como podía trayéndome más acerca de él. Sintiendo su excitación en mis caderas, una situación de orgullo me invadió. Estaba haciendo que un tipo como él, que emanaba poder y control perdiera la cabeza. Se apartó cuando se estaba volviendo difícil respirar. Dio un paso hacia atrás y me miró con sus ojos oscuros entre cerrándolos, estos me hicieron desear que volviera y me devorara. Tomo mi mano y me atrajo más cerca, haciéndome tambalear, no sentir mis piernas y estar borracha no era una buena combinación. Envolvió sus brazos alrededor de mí y me atrajo más a él convirtiéndose en mi ancla. —Déjame llevarte a mi casa— dijo y sabía que era mi última oportunidad de echarme para atrás, para seguir la única regla que aún no había roto. nunca había estado con nadie más que con Esteban y esa experiencia solo me había hecho jurar no volver a estar con alguien. Pero al mirarlo, supe que lo quería, antes de que pudiera arrepentirme asenti con la cabeza tratando de respirar. Una pequeña sonrisa apareció en sus labios me tomó de la mano y me llevó hacia la puerta. Mientras caminábamos por la pista de baile, miré a todo mi alrededor esperando encontrar a Eli o a Alexa. no verlos en ningún lado me provocó nervios en el estómago. Eli necesitaba saber a dónde iba y mi teléfono estaba con el, ya que no había traído un bolso. Al salir del club, David no me soltó. miré hacia el lado donde se supone que debería estar el portero y encontré a Eli en una conversación profunda con él. Tire de mi mano lo que hizo que él se volteara y me mirara con el ceño fruncido. —Necesito hablar con mi hermano— asintio y me di la vuelta caminando hacia dónde estaba Eli y su amigo el portero. confundida, lo vi tocar el hombre de el y decirle algo con el rostro totalmente serio y carente de alguna expresión. los ojos de Elías se abrieron y se giraron hacia mí mirándome de arriba abajo, se estaba volviendo frustrante como hablaban, obviamente sobre mí y sin considerar incluirme en la conversación. Caminé hacia ellos, pero antes de que pudiera intervenir el me abrazó fuerte. —Si quieres irte con él, está bien. pero en el momento en que te sientas incómoda, me llamas— me dijo con una voz firme que me confundió por completo....