momento

Me separé de el y lo llevé a un lado fuera del alcance del oído de David.

—¿De qué estás hablando? ¿Que pasó?—dije tratando de entender lo que quería decir.

Eli respiro y puso una mano en mi hombro, dándome un apretón. Mi mente borracha se estaba despejando por momentos y sabía que necesitaba irme antes de racionalizar toda esta situación y volver a casa sola. —Me dio su dirección y me dijo que estarías segura con él. Me sorprendió que te fueras con alguien, pero no te detendré, lo que pasó en el pasado debe quedarse allí y necesitas empezar a vivir, Elizabeth, no te preocupes si te lastima, tú también puedes lastimarlo de igual manera. Ahora sé que nunca debo meterme contigo después de lo que hiciste con Raul—lo que dijo me hizo reír a carcajadas.

—No te preocupes, sé que estoy rompiendo todas mis reglas, pero realmente quiero esto— volví mi mirada hacia David y lo vi hablando con el portero. Probablemente sintiendo mi mirada sobre el, lo vi girarse hacia mí y darme una pequeña sonrisa tranquilizadora. —Realmente quiero seguir adelante. Tengo la sensación de que Alexa tiene razón—

Volviéndome hacia Eli, le di una sonrisa que el me devolvió, pero pude ver la preocupación en sus ojos, sé que estaba preocupado de que no pudiera dejar todo atrás, pero estaba dispuesta a intentarlo quería vivir mi vida como yo quería.

[•••]

No creo antes haber estado tan nerviosa en mi vida. Incluso ni siquiera cuando fui a la entrevista de trabajo.

Al entrar en el ascensor del edificio de David, sentí nervios que nunca supe que existían. Tuve que recordar cómo respirar cuando él dio un paso hacia mí en cuanto se cerró la puerta. Con una mirada depredadora, me evalúo de pies a cabeza. Mi configuración predeterminada era tímida y vacilante.

Mi experiencia con los hombres era prácticamente inexistente. Pero la forma en que este hombre me miraba, nunca me había sentido tan deseada como en este instante.

Levanto su mano hacia mí acariciando suavemente mi mejilla, este simple gesto me hizo estremecer. Este hombre gritaba peligro, y me había propuesto como objetivo de vida mantenerme alejada de tales situaciones, y sin embargo él tenía algo que me traía más a él.

»Era como corrientes«

No importaba quién lo había iniciado, pero nos estábamos besando con una necesidad que no se puede describir de otra manera que no sea animalista, me levantó de un tirón y envolví mis piernas en su torso. Ni siquiera registré ningún tipo de movimiento solo me sorprendí cuando me recostó en el sofá. Nuestras manos estaban por todas partes, quitándonos cualquier cosa que estuviera entre nosotros.

Pensé que ya había cumplido con mi cuota de vergüenza del día, que equivoca estaba. se apartó cuando mi estómago hizo un fuerte ruido de gruñido. Avergonzada miré a cualquier lugar menos a él. Me giró hacia él con un dedo debajo de mi barbilla dándome una mirada atraviesa.

Cubriendome la cara con mis manos, sentí una vibración sobre mí, quite unos cuantos dedos de mis ojos y vi a David tratando de no reírse, lo que hacía que todo su cuerpo temblara. se detuvo cuando vio que lo miraba con furia pero aún podía ver que intentaba con todas sus fuerzas con tener la risa.

—No he comido nada desde el almuerzo— le dije a modo de explicación, me miró durante unos momentos con una cara desprovista de cualquier emoción.

»¿Como diablos podía hacer eso?«

Se levantó de inmediato y se fue directamente a otra habitación. Atónita miré su ancha espalda esperando no estar imaginando nada.

Tomando eso como mi señal para irme, me levanté lentamente y me vestí sin molestarme cogí mi sujetador y bragas, queriendo irme antes de que se volviera más embarazoso este momento, intenté ponerme el vestido cuando me lo arrebató.

Girándome vi a David completamente desnudo parado delante de mí mirándome con el ceño fruncido.

Pero mis ojos no estaban en los suyos, mis ojos estaban allá abajo, mirándolo por primera vez, abdominales perfectos que me hacían querer nada más que recorrerlos con mi lengua, pero incluso eso no fue lo que me dejó boquiabierta.

Su tamaño era enorme.

»¡Santo cielo! ¡Eso no me va a caber!«

¿Como no me di cuenta de eso antes? salí de mi trance cuando escuché una tos, levante mi cabeza para verlo fue una tarea muy difícil, no podía dejarla de mirar ahí.

Dándome una sonrisa divertida se inclinó más cerca de mí, sus labios a solo una pulgada de distancia me hablaron.

—No te preocupes, te deseo tanto como tú a mí— dijo con su voz ronca, esa que me hizo estremecer.

Nunca pensé que mi cara podría enrojecerse tanto.

El gruñón poniendo sus manos en mis mejillas, y me beso brutalmente.

—No tienes idea de lo que tu cara sonrojada provoca en mí— dijo, pero sin dejar de besarme y todo lo que quería era empujarlo de nuevo al sofá.

Alejándose demasiado pronto dio un paso atrás dejándome con ganas de mucho más.

—He pedido pizza, llegará pronto— volvió a inclinarse y darme un ligero beso esta vez mordiendo una parte de ellos. —Quiero que tengas tanta energía como sea posible, la anoche será muy larga para nosotros—

POV David.

»Joder«

Ella era realmente hermosa, y lo más sorprendente era que ni siquiera ella misma lo sabía. ¿Como no podía verlo?

No poder tener una erección durante dos días, pensé que algo estaba mal en mí. pero bastó solo con que mis ojos se encontraran con los suyos en el club, para saber que tenía que hacer la mía, sus ojos miel, los más claros que he visto se encontraron con los míos dejándome sin aliento, nunca había sentido esta necesidad por nadie. Yo soy un tipo de "Usar y tirar". nunca he follado con la misma chica dos veces.

Se que soy un típico imbécil, pero eso me gusta. Yo no puedo prometerle nada a una chica, especialmente a alguien como ella.

Elizabeth irradia inocencia y yo quiero corromperla de la peor manera posible.

Siendo interrumpido de mis pensamientos, me iré hacia el teléfono cuando lo escuché sonar, sabiendo que la pizza había llegado. Dando el visto bueno el repartidor me giré justo a tiempo para ver a Elizabeth salir del baño, vistiendo nada más que mi camisa, está casi le llegaba a las rodillas y con suerte sin bragas porque esta la tenía yo.

»Se ve tan sexy con mi ropa«

Inmediatamente me enderece cuando me di cuenta de que probablemente parecía un perro babeando por todas partes. y me levanté para dirigirme hacia la puerta cuando escuché que tocaron.

Tomando la pizza cerré la puerta y la coloqué en la mesa del centro, Ella se sentó en el suelo cruzando las piernas y poniéndose cómoda. Era una vista rara para mí, por qué las chicas con las que me acostaba usualmente no eran más que pretenciosas, en cambio Elizabeth era simplemente... Ella misma. Ni siquiera me di cuenta de que la estaba mirando de esta manera, y afortunadamente ella tampoco. Porque aparentemente la pizza tenía toda su atención, con un movimiento de cabeza me dirigí hacia la cocina.

Tomando platos y una botella de vino con algunas copas, regresé viendola sostener el control remoto de la TV, mirando con una expresión de confusión y frustración.

Me senté a su lado y tomé el control remoto de sus manos sin decir una palabra, presionando el botón que sacaba la TV de la pared, ella se quedó boca abierta y se giró hacia mí con una expresión de sorpresa que pronto se convirtió en una de confusión.

—¿Porque la televisión está dentro de la pared?—preguntó con una voz tan dulce y inocente que me hizo querer devorarla...

»Deseo ya hundirme en ella de manera salvaje«...

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