Me acerco a la cama y coloco la bandeja en la mesita de noche. David se despierta lentamente, estirando su cuerpo y abriendo los ojos. Me mira con una sonrisa adormilada y luego se fija en la bandeja.
—¿Tú lo hiciste?— pregunta con una sonrisa más amplia.
—Sí, pensé que te gustaría— le respondo, sentándome en la cama a su lado.
David se sienta y toma un bocado de los huevos revueltos.
—Mmm, esto es delicioso— dice, cerrando los ojos para saborear el sabor. Me siento feliz de haber podido hacer algo para agradecerle por la noche anterior.
Mientras David come, sigo mirando alrededor del apartamento, tratando de absorber todos los detalles. La habitación es grande y lujosa, con una cama king size y un vestidor que parece ser más grande que mi apartamento. Me pregunto cómo es que alguien puede tener tanto espacio y tantos lujos.
David nota mi mirada y sonríe. —¿Te gusta mi apartamento?— pregunta, tomando otro bocado de comida.
—Es impresionante—le respondo, tratando de ser since