Tras ser engañada por su esposo, Eloise acaba en la cárcel por atacar a la amante embarazada de su marido. Tras salir de prisión, su principal anhelo es vengarse, lo cual incluye quitarle a su antiguo esposo Trevon todo lo que él le ha quitado. En el transcurso de esta tarea, tendrá a su disposición un aliado sorpresivo: El primo de su expareja, Derek Montenegro. Ella afirmaba que él era un CEO de hoteles común y corriente, con una presencia tan sombría que parecía reflejar el tono de su tatuaje. Sin embargo, a pesar de las circunstancias, ella le hace una oferta irresistible, sin saber que estará pactando con el mismísimo demonio. Aunque parecen ser muy distintos, comparten una meta en común: terminar con la vida de Trevon de todas las formas posibles, sin recurrir al asesinato, ya que sería una alternativa demasiado sencilla. A medida que logran sus metas, descubren que ellos sienten una fuerte conexión que no puede ser negada. Eloise dudara si caer en las manos pecaminosas de Derek más cuando el secreto de él sea revelado como líder de una de las organizaciones criminales más poderosas de California. En el momento que Eloise descubra que Derek es el líder de la mafia, su vida comenzara a peligrar ¿Logrará Eloise obtener su venganza sin perder la vida en el proceso? ¿Será capaz de resistir la fuerte atracción magnética que Derek provoca en ella?
Leer másDimitrik me guiaba hacia el salón de celebraciones del hotel para la fiesta que íbamos a tener. Una preciosa alfombra floral recibía a la decoración de cristales colgantes en forma de lágrimas. Me encantaba la sofisticación y elegancia que cada mesa exhibía con sus juegos de mesa en cristal y rodeada de flores. Las sillas estaban rodeadas por una tela que combinaba con la decoración que teníamos.Con suavidad, Dimitrik me conducía hacia donde pude apreciar una preciosa escultura que nos representaba a ambos, con la elegante inscripción que decía Señor y Señora Rudakov. Una persona comunicaba nuestra llegada a medida que nos acercábamos, indicando a los presentes que íbamos a realizar nuestra primera danza nupcial. Guiado por la canción "Al lof me", Dimitrik me conducía con una destreza casi encantadora. Aunque había completado sus sesiones de terapia, en ocasiones daba algunos pasos con cierta cojera, sin embargo, no nos preocupaba. Bailábamos al compás de la música, en ese momento éra
Se filtraba la luz, brindando la bienvenida a lo que en pocos minutos sería mi nueva vida. Pronto…muy pronto seria la señora Rudakov… Mi vestido corto colgaba con elegancia por delante, mientras que su cola larga se extendía como una catedral por detrás. Largo por detrás, corto por delante, dando una contradicción de lo que yo era….un rostro angelical que podría aniquilar a quien sea en cuestión de segundos. El encaje del vestido presentaba preciosas ornamentaciones florales que se fusionaban a la perfección con las deslumbrantes piedras incrustadas. Un leve golpe en la puerta me hizo voltear, mi madre estaba allí. Con una sonrisa radiante, era evidente que ella rebosaba de emoción. —¿Estás preparada para ponértelo? —Asi es mamá. —Contestaba con gran entusiasmo. Con la asistencia que me brindaba, me ponía el vestido y lo abrochaba en la parte posterior. Con una sonrisa única, experimentaba la suave tela translúcida de las mangas largas y no pude evitar sentirme como la mujer más b
Hacía aproximadamente un año desde que Dimitrik había asumido el cargo de mi jefe. Mi padre no aceptaba que fuese mi novio, fue tanto así que el se lo llevaba día tras días a demostrarle que no era el hombre de mi vida. ¿A dónde? Iban a los campos de paintball para “demostrar” porque no debería ser mi novio. De acuerdo a lo que mi padre decía, eso solo tenía como propósito mostrarle lo que le aguardaba si intentaba contraer matrimonio conmigo. Aunque solía llegar desanimado, un día apareció con una gran sonrisa que contagiaba a todos a su alrededor. Mi cumpleaños estaba cerca, así que Dimitrik organizó un viaje a Lofoten, un archipiélago suizo. Las zonas montañosas ofrecían un paisaje impresionante, sin embargo, lo más emocionante estaba reservado para la noche. La oscuridad ejercía un poder de atracción, al igual que nuestras almas. Una brisa fresca acariciaba mis pulmones. Mientras contemplábamos el precioso paisaje, sujetaba la mano de Dimitrik. Avanzábamos, envueltos en nuest
Recogía mis pertenencias de mi habitación, por petición de mi madre me pidió que fuese un tiempo a Suiza para intentar pensar que hacer. Además, una empresa suiza me propuso realizar una pasantía remunerada con una oferta mucho más competitiva que la de Rusia. Colocaba varias de mis bufandas en mi maleta cuando un toque en mi puerta me hizo elevar el rostro, era Dimitrik.—¿De verdad tienes que marcharte, Krolik(conejita)?Sonreia ligeramente. Dimitrik había empezado a sentirse más cómodo al venir a verme con mayor frecuencia a pesar de que mi padre aun le decia mafioso criminal, que no me dejaria con el. Tambien, a pesar de que todavía tenía dificultades para caminar, los especialistas afirmaban que solo eran efectos residuales y que pronto habría una mejoría. Consideraban que era un caso excepcional, ya que logró dar sus primeros pasos antes de cumplir un año.—Solo serán unos meses. —No me gustan las relaciones a distancia.Al oírlo, esbocé una sutil sonrisa con mis labios. —¿Lo d
Después de nueve meses, me encontraba cerca de concluir mis estudios universitarios. Tras mi huida, mi padre se enteró y comenzó a mostrar un nivel de paranoia excesivo. A la salida de la universidad, me aguardaba y me seguía, mencionando que cesaría esa conducta al regresar a Suiza, lo cual ocurriría al concluir nuestros estudios. Una vida tranquila sin nada. En ocasiones, me hallaba desconcentrada durante las clases, observando a través de la ventana con melancolía, aunque procuraba disimularlo detrás de una sonrisa. En ocasiones, descubría una rosa roja en mi escritorio habitual con mi nombre escrito en ella, lo que llevaba a mi amiga a sugerir que debía de tratarse de uno de mis pretendientes, ya que no lograba comprender por qué tantos chicos estaban enamorados de mí, cuando mi corazón solo pertenecía a una persona. Dia tras dia pasaba… Semana tras semana... El verano ya había llegado y con él se acercaba mi ceremonia de graduación. Ese día, el sol resplandecía con gran int
—Es imposible que estés esperando un bebé, Darianna.Examinaba con cuidado cómo ambos hombres no dejaban de mirarme. Trataba de contener la risa nerviosa, consciente de que esa era la única oportunidad que tendría. —Sí, tengo que comunicarle a Dimitrik que nuestro bebé...Durante la conversación, Nickolai movió su mano velozmente en mi dirección, intentando golpearme en la cabeza, pero logré reaccionar rápidamente y bloquear el golpe con mis manos. Él se detuvo antes de invadir mi espacio personal y me observó intensamente. —¿Alguna vez te he mencionado lo mala que eres mintiendo? —Decía mientras bajaba la mano. —Una mujer en estado siempre protegería instintivamente su vientre.La mirada penetrante de Nikolai me hacia sentir ligeramente incomoda. Miraba hacia un lado suspirando pues sabia que no podría usar eso como excusa.—Darianna, vete de inmediato. Si tu papá descubre que estás aquí se morirá.—Nikolai, por favor, permíteme hablar con él... Estoy desesperada, mi padre me sofo
—Y recuerda no meterte en problemas. —Una voz de desaprobación de mi padre que dejaba entender que me tenia vigilada. —Tranquilo papa, no lo voy a hacer. —Sujetaba una de las correas de mi mochila. —Ya sabes, solo recuerda venir a buscarme para las tres. Si vienes antes aun estaré en clase así que ven a las tres porque no quiero esperar.—Bien, recuerda que te amo. —Mi padre se movía ligeramente al quitarse el cinturón de seguridad y darme un abrazo antes de despedirse. Tras salir del auto movía mi mano ligeramente para despedirme de mi padre y tras esto entraba por la puerta de la universidad. Después de un mes, me había agotado de intentar comunicarme con Nikolai y Dimitrik, ya que no obtenía ninguna respuesta de ellos. Acompañada por mi padre, viajé a Rusia con el propósito de concluir mis estudios, ya que solo me restaban dos semestres para finalizarlos. ¿Cómo estaba mentalmente?Fue realmente angustiante no tener noticias de Dimitrik; me invadió una ansiedad intensa. Sentía que
—¿De verdad tienes que visitarlo? —Papá, ya te dije que debo cuidar a mi novio. —El mafioso con el que sales. —Mi padre me miraba de manera gélida.—Derek, deja de molestar a tu hija ¿Quieres? —Pero mi gatita...nuestra niña recién aprendió a dar sus primeros pasos ayer y ahora está tratando de pasar tiempo con un criminal peligroso.Al decir eso mi madre miro seriamente a mi padre, lo noté carraspeando levemente, dando la impresión de que lo habían descubierto con las manos en la masa.—En mi defensa, lo deje todo por ustedes.Le dedicaba una sonrisa a mi padre mientras lo abrazaba. —Padre, no te preocupes, Dimitrik es alguien que me quiere y vela por mí.—Pero es un mafioso… —Y yo una asesina…—sonreia ligeramente. Si alguien trata de acercarse a mí, le dispararé tres veces.—Eso no lo vas a hacer. —Mi madre me miró detenidamente. —A partir de ahora, no usarás más armas, por lo tanto, considera tu labor concluida.Siempre fue característica de mi madre mantener la serenidad, sin em
La luz del hospital se reflejaba en las cortinas, generando un entorno casi etéreo que contrastaba con la cruda verdad de lo ocurrido. Una semana había transcurrido desde el fatídico accidente, y allí me encontraba, en una estancia gélida y luminosa, observando a Dimitrik reposar en la cama, su rostro tranquilo contrastando con la severidad del acontecimiento. Aunque experimentaba mejoría, los médicos decidieron mantenerlo bajo observación por una semana adicional y dar inicio a su terapia. Había solicitado que enviaran toda la información a su médico en Rusia porque planeaba regresar.¿Qué haría yo?Deseaba seguirlo, a pesar de la total oposición de mi padre. A pesar de que los contactos en Italia se encargaron de hacer creer que todo fue unos enemigos que tenía en Albania y de limpiar. La situación comenzó a tranquilizarse gradualmente con Nickolai asumiendo el control de la mafia para permitir que Dimitrik descansara.—¿En qué estás pensando?Hablaba de manera serena para llamar la