Seduciendo al rey de la mafia 44. Romántico empedernido
Hacía aproximadamente un año desde que Dimitrik había asumido el cargo de mi jefe. Mi padre no aceptaba que fuese mi novio, fue tanto así que el se lo llevaba día tras días a demostrarle que no era el hombre de mi vida.
¿A dónde?
Iban a los campos de paintball para “demostrar” porque no debería ser mi novio. De acuerdo a lo que mi padre decía, eso solo tenía como propósito mostrarle lo que le aguardaba si intentaba contraer matrimonio conmigo. Aunque solía llegar desanimado, un día apareció con una gran sonrisa que contagiaba a todos a su alrededor.
Mi cumpleaños estaba cerca, así que Dimitrik organizó un viaje a Lofoten, un archipiélago suizo. Las zonas montañosas ofrecían un paisaje impresionante, sin embargo, lo más emocionante estaba reservado para la noche.
La oscuridad ejercía un poder de atracción, al igual que nuestras almas. Una brisa fresca acariciaba mis pulmones. Mientras contemplábamos el precioso paisaje, sujetaba la mano de Dimitrik. Avanzábamos, envueltos en nuest