Seduciendo al rey de la mafia 48. Atardecer
Dimitrik había experimentado malestares y náuseas durante más de cuatro meses. Parecia ser que nuestra conexión era tan fuerte que él llegó a experimentar lo que se suponía que yo debía sentir.
¿Qué habia cambiando en mi vida?
Dimitrik se mostraba muy protector últimamente y también había disminuido mi horario laboral. No deseaba que recogiera nada y siempre me buscaba para alimentarse. El se habia vuelto sumamente tierno, incluso en una ocasión lo encontré buscando ropas de bebes en su ordenador cuando fue a una reunión. A pesar de afirmar que no se sentía listo para la llegada de nuestro bebé, se mostraba muy ilusionado.
¿Sabiamos que tendríamos?
Dimitrik y yo optamos por dejar las cosas en manos del destino. En aquella día, Dimitrik, lleno de entusiasmo, me invitó a subir a su vehículo y empezó a manejar sin revelarme el destino. Después de vendarme mis ojos, simplemente se puso al volante. Mis sentidos de la audición se habia intensificado intentando saber que estaba pasando. Desp