Luna sustituta del Alfa

Luna sustituta del AlfaES

Hombre lobo
Última actualización: 2025-07-25
Paola Ramírez  Recién actualizado
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Resumen
Índice

Mía siempre fue invisible para su manada: pequeña, sin su loba, huérfana e hija de nadie. Pero todo cambia la noche en que la luna la elige... y su transformación desata una guerra. Logan, el temido alfa de la manada tormenta, llega sediento de venganza por la muerte de su Luna, pero encuentra algo inesperado: el vínculo con una loba que no debía ser suya. Ahora, dos alfas están dispuestos a destruirlo todo por ella. Porque Mía ya no es solo una omega. Ahora... es la Luna que todos desean.

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Capítulo 1

El último aullido de la luna

El bosque rugía con el viento como si presintiera la tragedia que se avecinaba. El aroma del pino húmedo apenas lograba ocultar el olor a sangre, el hedor de la traición. 

Aria Blake, la Luna del clan Tormenta, corría entre la maleza, con las patas traseras temblando, el flanco derecho sangrando profusamente por una herida profunda. Su lobo interior aullaba, no de miedo… sino de furia.

—Logan… —gimió en su mente, rogando al vínculo que los unía que él la escuchara.

Sus zarpas chocaban contra el suelo mojado, salpicando barro y hojas. Las sombras la perseguían, más rápidas, más numerosas. 

Los hombres de Owen Harris, el despiadado Alfa del clan Colmillo, la habían emboscado al salir de la antigua frontera del bosque prohibido.

Todo fue una trampa.

Aria había seguido un rastro extraño, una esencia conocida. Había pensado que era uno de los suyos. Pero era una mentira. Y ahora, los cazadores estaban cerca.

Un gruñido gutural se elevó tras ella. Aria se giró en el aire, transformándose en medio salto: su cuerpo humano surgió desnudo, bañado en barro y sangre. Se estrelló contra el suelo, rodó, y con un grito de furia se incorporó, los ojos dorados ardiendo.

Dos lobos enemigos emergieron entre los árboles, los colmillos descubiertos. Aria estiró su brazo y activó el brazalete de plata en su muñeca: una daga emergió. La sostuvo con firmeza, jadeando.

—Vamos entonces... —escupió, con voz rota, pero firme.

El primero saltó. Ella se agachó y giró sobre sí misma, clavándole la daga en el cuello. La sangre salpicó su rostro. El segundo lobo embistió. Aria cayó con él, rodando entre la maleza, sus uñas alargadas rasgando carne, pero no a tiempo, los colmillos de la bestia alcanzaron su costado izquierdo. El dolor fue agudo, como fuego líquido.

—¡LOGAN! —gritó su mente desesperadamente, su conexión vibrando en el aire.

Muy lejos, en la torre de vigilancia de la manada tormenta, el Alfa Logan Evans sintió el grito atravesarle el pecho como un cuchillo. Se levantó de golpe, los ojos dorados brillando con furia.

—¡Es Aria! —rugió—. ¡Está bajo ataque!

Saltó desde la barandilla de piedra, transformándose en el aire. Su lobo era negro como la noche, masivo, veloz. La tierra tembló bajo sus patas. Cada aullido que ella enviaba a través del vínculo lo empujaba a correr más rápido.

Pero no sería suficiente.

Aria, ensangrentada, volvió a su forma de loba y huyó. El bosque se cerraba a su alrededor. Su respiración era errática, su cuerpo ya no respondía. Escapó por un acantilado, se deslizó por la pendiente hasta el río.

Y ahí estaba él.

Owen Harris.

No como lobo, sino en su forma humana: alto, musculoso, cubierto de cicatrices. Los ojos rojos como brasas encendidas.

—Qué lástima… una Luna tan hermosa, tan feroz —dijo, caminando hacia ella con una sonrisa torcida—. Merecías algo mejor que morir aquí, sola. Pero sabes que no puedo permitir que vivas. Eres el alma del tormenta. Sin ti… Logan se romperá.

Aria gruñó, retrocediendo. Intentó transformarse, pero el dolor la detuvo.

—¿Vas a luchar? ¿Así, herida, rota? —preguntó Owen, divertido.

Ella no respondió con palabras. Saltó sobre él, con lo último que le quedaba. Cuchillo en mano, clavó el acero en el hombro del Alfa enemigo, pero no fue suficiente. Owen rugió, la sujetó del cuello y la estrelló contra el suelo.

—Valiente, hasta el final —dijo con una sonrisa triste.

Ella escupió sangre en su rostro. Owen gruñó... y con un movimiento certero, le atravesó el abdomen con su propia daga.

La Luna gimió, sus ojos se abrieron como si acabaran de ver el cielo por primera vez. El mundo se volvió lento. 

El dolor era silencioso. Las hojas crujían suavemente. El sol se filtraba por entre las ramas. Todo parecía tan lejano…

—Lo...gan... —susurró.

Y fue entonces cuando él llegó.

El suelo retumbó con fuerza. Un lobo negro como la noche emergió de los árboles con un rugido que hizo temblar la tierra. Se lanzó sobre Owen con una furia salvaje. Ambos rodaron por el suelo, luchando cuerpo a cuerpo, colmillo contra colmillo, garras contra músculo.

Owen, aún en forma humana, recibió las embestidas sin retroceder. Con fuerza sobrenatural lo empujó y lo lanzó contra un árbol. Logan se sacudió y volvió a la carga.

Pero ya era tarde.

Aria yacía en el suelo, los ojos abiertos, la piel cubierta de barro y sangre. Aún respiraba. Apenas.

Logan rugió, derribó a Owen y lo mordió en el hombro. Estuvo a punto de matarlo, pero el Alfa enemigo escapó en medio del caos, sangrando, riendo.

Logan corrió hacia ella, transformándose a medio camino.

—No... no, por favor no —susurró, arrodillándose junto a su Luna.

—Tardaste —dijo Aria, sonriendo con la boca ensangrentada.

—Shhh… No hables. Te llevaré a casa.

—No hay casa sin ti, pero… ya no siento las piernas, Logan —sollozó.

Él apretó los dientes, tragándose el dolor.

—No vas a morir. Eres mía. ¡Mi Luna! ¡No puedes dejarme!

Aria lo miró, y sus ojos brillaron por última vez.

—Eres el lobo que siempre soñé… Cuida de nuestra manada. Promételo.

—Te lo juro. Por la Luna y las estrellas. Pero no me dejes.

Aria alzó una mano temblorosa y tocó su rostro.

—Entonces... no llores.

Y exhaló por última vez.

El aullido de Logan rasgó el bosque como una herida abierta, tan profunda, tan desgarradora, que incluso las aves en lo alto callaron. Su lobo se alzó, levantando la cabeza al cielo, aullando por su compañera, por su corazón… por su pérdida.

El vínculo se rompió con un chasquido, silencioso.

La Luna del clan tormenta había caído.

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Andrea Mariona
Desde el 06 de junio no actualizas autora... Vas a continuar la historia??
2025-07-25 12:00:13
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7 chapters
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