En un mundo donde la magia y la pasión reinan, Alana, una joven con un destino único, se encuentra en el centro de una lucha por el amor y la supervivencia. Tres reyes Alphas, cada uno con su propia personalidad y deberes, han sido los responsables de herir de diferentes maneras a Alana, sin saber que ella es su pareja destinada. Ahora, los Alphas deben dejar de lado sus diferencias y trabajar juntos para ganarse el amor de Alana, o de lo contrario, todos morirán, ya que la conexión entre ellos es débil, y si no logran fortalecerla, la muerte los espera. A medida que Alana se enfrenta a sus propios sentimientos y a la verdad sobre su destino, debe decidir si puede perdonar a los Alphas y unirse a ellos en una unión que podría salvarlos a todos. Pero ¿podrán los Alphas demostrar su valía y ganar el corazón de Alana antes de que sea demasiado tarde? ¿podrá Alana aceptarlos finalmente?
Ler maisAlana no era normal, eso Lina ya lo sabía, quizás, siempre lo supo, pero ver al espíritu de loba de Alana acudir a ella de esa forma, solo le dejo en claro algo, Alana era una de tres, y Lina se preguntaba cómo no se había dado cuenta de eso antes, tal vez fue porque en un principio creyó que ella era una de las tres escogida por el destino, ahora sin embargo se daba cuenta que ese no era el caso, sin perder tiempo y sabiendo que sus hijos no se despegarían de Alana hasta que despertara, fue a la biblioteca real, y buscó el pergamino que contenía la leyenda del destino de los tres, mismo pergamino que a los lobos no les interesaba estudiar en lo más mínimo, el saber cómo, y por qué era su enemistad con las brujas y los vampiros los tenía sin cuidado, con el correr de los siglos habían aprendido a coexistir, no se querían, pero al menos se toleraban.— La leyenda de los Tres Destinos. — leyó en apenas un susurro la luna Lina y acto seguido desplegó el antiguo pergamino.—¿Qué es lo que
Alana aferro la bufanda y podía jurar que a su lado estaba Gala, preguntando cosas que ella no podía decir, porque Gala no debía saber los secretos que guardaba la luna, pero ahora…— Porque es lo correcto Luna Lina. — musito apretando sus manos alrededor de la bufanda, mientras la retiraba y la dejaba al lado del gorro que Benjamín le había dado. — No tengo loba y me desprecian por ello… — sus ojos se cubrieron de lágrimas, y, aun así, no se permitió dejar de ver a Lina, solo a ella y al rey les daría una explicación. — En cambio, los humanos, son buenos conmigo, tengo amigos. — dijo con verdadera ilusión y ganas de volver a ver a ese par. — Y compartimos el desayuno, ellos me cuidan y… — los hermanos veían a Alana y como poco a poco una luz resplandecía en ella, algo que los hizo enmudecer, mientras sus lobos comenzaban a olfatear algo, algo que llevaban años buscando.— Aquí también… — dijo con desespero Lucio, al sentir temblar a Lina.— No, no es así, Alpha. — Alana sentía que es
Alana creyó que su estadía en la mansión del rey Alpha seria agradable y tranquila, ya que la luna Lina, le acababa de asegurar que ellos no saldrían de la manada, en absoluto, entonces, Alana supo que al menos podria dormir en una cama decenté.— ¿Y Bien? ¿te gusta tu nueva habitación? — pregunto Lina muy emocionada, aunque Alana no lo estaba tanto, ella estaba acostumbrada a dormir en la planta baja de la mansión, junto a los demás empleados, al menos mientras los reyes estaban en la mansión, ahora, sin embargo.— Es muy hermosa Luna, pero… ¿esta no es el ala de la mansión donde tienen los cuartos los príncipes? — indago con la voz un poco temblorosa y rezando a la diosa, que, en ese tiempo, esos hombres se hubiesen mudado de habitaciones.— Así es, es por ello por lo que tú te hospedaras aquí, ahora y cuando finalices tus estudios y regreses, eres como mi hija y lo sabes, ya no serás tratada como una empleada, aunque lo pidas. — no, nada de eso se dijo Alana, porque ella no pensaba
Edur recorría el amplio establo, no solo buscando una respuesta a lo que había hecho años atrás, también buscando un motivo del porque Alana dormía en los establos; cuando llego al montón de paja que obviamente no era el mismo que el de años atrás, pero si estaba en el mismo lugar donde encontró a Alana esa noche, al fin los recuerdos nítidos llegaron a él.Había sido designado como jefe de la mafia de los lobos, se podria decir que hacerse con todo el país e incluso el continente sería fácil, pero no era el caso, así como ellos buscaban un lugar en el mundo moderno y una forma de subsistir en el anonimato, los vampiros y brujos también lo hacían, cada especie se había adaptado a pasar desapercibidos, y manejar los mismos negocios que un humano cualquiera.Esa noche no solo se había tatuado su rostro, algo que no era una mera decoración, sino una señal para los vampiros y brujos de que la mafia redomón tenía un nuevo líder, también había consumido la droga que se le vendía a los human
— ¿Cómo así? — Otto sabia todo de su gente o al menos eso creía, sabía que eran seres casi inmortales y la edad no era problema para tener cachorros.— ¿Nunca se preguntaron porque su madre jamás deja salir a su loba? — claro que se lo preguntaban, pero pensaban que era por precaución, pues si un compañero muere, el otro lo sigue, y la mejor manera de proteger a la reina, era mantenerla a la vista y como humana.— Pensé que era por seguridad. — dijo Otto.— Creí que eras un lobo celoso. — aseguro divertido Edur.— Pensé que mamá es más feroz que tú en su forma de loba y no queria avergonzarte. — se burló Osiel y Lucio dejo salir una pequeña carcajada.— Eso es verdad, mi luna es feroz, muy bella… única. — murmuro lo último con nostalgia. — Su madre es mitad bruja. — dijo aquello y los trillizos tragaron grueso.— Eso…— El reino este… fue invadido hace mucho tiempo, unos lobos errantes llegaron al reino de los brujos y resulto en lo impensado, una bruja y un lobo eran compañeros, de e
Osiel buscaba entre los libros más antiguos del despacho de su padre, una solución rápida, no solo para ser rey, él que en el mundo humano era conocido como uno de los mejores CEO, necesitaba hacerse con una pareja a como diera lugar, había asegurado que todo mejoraría en los negocios siempre que estuviera bajo su mando, pero la verdad era que aun en el mundo humano, se respetaban mucho más a un hombre casado y con hijos, que aun soltero codiciado por cada mujer del país, aunque no podía negar que lo último era una ventaja, mientras que Edur llevaba una vida de celibato, o al menos eso se decía, él disfrutaba de cada humana que pretendía una noche sin compromisos, nada mejor para quitar el estrés que el buen sexo, pero ahora eso no era importante, ahora lo único que le interesaba era si había una posibilidad por más mínima que fuera, de marcar a alguna loba y convertirla en su luna.— Pierdes el tiempo, hermanito. — la voz de Otto le hizo rechinar los dientes.— No sé de qué hablas. —
Actualidad.— Lina, ¿qué es lo que sucede? — pregunto Lucio, aun un poco aturdido ante la orden que su luna había dado, sus hijos llevaban desde los 16 años buscando su compañera, la anhelaban, y la condición que Lina había dado, para poder ser el rey de los lobos, solo los estresaría aún más y un animal estresado es un animal peligroso.— Lo comprendí, al fin después de tanto tiempo, la luna me mostro en sueños lo que era incapaz de ver. — Lucio solo podía agradecer que su luna al fin estaba de pie, luego de un año de permanecer en cama, por fin su luna mostraba no solo estar mejor, ella se veía radiante.— ¿Era eso lo que te mantenía enferma? — consulto acariciando su rostro, para los lobos, su compañera lo era todo.— Lo era mi Alpha, tú me amas y yo te amo, pero tu buscas en nuestros hijos al próximo rey, y yo busco su felicidad, si ellos no cambian, tu legado acabara mi Alpha, se destruirán y a todos nosotros con ellos. — no dudaría de lo que su compañera decía, la conocía, era p
En la manada Munarē, el rey Alpha Lucio debía ceder su lugar, pues sus hijos cumplirían 30 años, que era la edad en la que se los consideraba adultos, se podria decir que, para el reino lobuno, los trillizos dejaban de ser cachorros y se convertirían en hombres, pero había un problema, Lucio no sabía a cuál de los trillizos nombraría rey.Sus ojos vagaban por la sala, donde sus hijos se encontraban, volvían a estar juntos luego de tanto tiempo, aunque aun viéndose con altanería y la clara competencia escrita en sus rostros; trato de recordar cómo se llevaban antes, cuando solo eran cachorros corriendo por la mansión, se llevaban tan bien que parecían ser una sola persona, pero con el tiempo cambiaron, no solo físicamente, pues aunque eran trillizos no eran idénticos, y sus personalidades comenzaron a salir a flote, alejándolos unos de otros, pasaron de ser hermanos a verse como enemigos, fue por ello que los había separado, a cada uno les concedió un lugar que ocupar, una responsabili
Alana ingreso en la universidad, con una sonrisa tan grande que casi no le cabía en el rostro, en el fondo le parecía ridículo que el estar allí, rodeada de humanos, le pareciera agradable, pero como le había dicho la reina luna, era el mejor lugar para estudiar para alguien como ella. ¿y que tenía Alana de especial o mejor dicho diferente? Que aun a sus 18 años, su espíritu de loba, no se hacía presente, cuando lo normal era que el cambio fuera al cumplir los 16 años, esa pequeña diferencia, ese gran defecto, era el responsable que la joven viviera un calvario en su manada.— Todo estará bien, ya lo veras, hermosa Alana.Eso fue lo que le dijo la luna Lina, el día que la llevo a la mansión del rey Alpha, le aseguro que ellos la cuidarían y así fue, al menos por un tiempo, pero la luna Lina y el Alpha Lucio, no podían estar al pendiente de la joven, casi humana, casi loba, a decir verdad, no existía palabra para describir a Alana; muchos en su manada se dirigían a ella como la maldita