Osiel buscaba entre los libros más antiguos del despacho de su padre, una solución rápida, no solo para ser rey, él que en el mundo humano era conocido como uno de los mejores CEO, necesitaba hacerse con una pareja a como diera lugar, había asegurado que todo mejoraría en los negocios siempre que estuviera bajo su mando, pero la verdad era que aun en el mundo humano, se respetaban mucho más a un hombre casado y con hijos, que aun soltero codiciado por cada mujer del país, aunque no podía negar que lo último era una ventaja, mientras que Edur llevaba una vida de celibato, o al menos eso se decía, él disfrutaba de cada humana que pretendía una noche sin compromisos, nada mejor para quitar el estrés que el buen sexo, pero ahora eso no era importante, ahora lo único que le interesaba era si había una posibilidad por más mínima que fuera, de marcar a alguna loba y convertirla en su luna.
— Pierdes el tiempo, hermanito. — la voz de Otto le hizo rechinar los dientes.
— No sé de qué hablas. — refuto dejando el libro que había sacado de la biblioteca.
— ¿No? Se que buscas una solución fácil y te puedo asegurar que no existe tal cosa. — el de cabello negro y ojos verdes se dejó caer en su lugar, pues, aunque su padre al fin salía de su recamara al igual que su madre, Otto aun guiaba a la manada.
— Te vez muy cómodo en ese sillón. — respondió para salirse de la conversación y Otto lanzo una carcajada al aire.
— Lo estoy, de eso puedes estar seguro, de todos modos, puedes seguir hurgando mis libros, ya los leí a todos, y es por eso por lo que te digo que no hay opción alguna, solo tenemos un destino en la vida, una compañera, que la diosa coloca frente a nosotros cuando a ella le parece bien. — la acidez que salía junto con su voz no era falsa, pues estos Alphas tenían una cosa en común, ansiaban a su compañera.
— Quizás, deba salir a buscarla a otro reino, como hizo papá. — Osiel no estaba dialogando con su hermano, solo hacía conclusiones al aire.
— No lo creo, se dice que papá estuvo 100 años solo, al parecer debía cultivar la paciencia. — y aunque para estos Alpha, eso era mentira, en realidad, si era cierto, si Lucio hubiera encontrado antes a Lina, lo más probable fuera que la habría matado, pues de alguien habían sacado lo idiota estos lobos, y ese era su padre.
— Pues yo no me quedare aquí esperando a que mi compañera venga por mí, saldré a buscarla, así sea a otro reino, incluso en el mundo humano. — sí, Osiel estaba desesperado por ganarle a sus hermanos, demostrar por fin ante todos que él era el mejor.
— Suerte con ello, yo me quedare a esperarla, quizás no es necesario que regreses, aunque no la encuentres, creo que mi primer decreto cuando asuma como rey, será desterrar a dos copias baratas de mi persona. — el gruñido ante la amenaza de Otto no se hizo esperar.
— ¿Qué sucede aquí? — la voz potente de Lucio los hizo bajar la cabeza, aun siendo adultos, el poder máximo lo tenía el rey, y ese era su padre, no tenían nada que hacer o replicar.
— Nada padre, solo que me iré a buscar…
— Nada, nadie saldrá de aquí por un buen tiempo.
— ¿Qué? — quizás a Otto el tener el poder se le había hecho muy placentero, pero la mirada fiera de Lucio, le hizo recordar que, al fin del día, solo había un rey coronado y no era él.
— Que se quedaran aquí, tu madre al fin se ha mejorado, y Alana vendrá a pasar sus vacaciones…
— ¿Que tiene que ver la anormal con nosotros? — Osiel era el único de los tres que nunca oculto su repulsión hacia Alana, desde el día que sus padres la habían llevado a la mansión, le ponía los pelos de punta, lo hacía sentir raro y eso no le gustaba, creía que estaba maldita.
— No te permitiré que la llames de ese modo, antes fui demasiado blando contigo, porque aún te veía como un cachorro, pero no puedo seguir permitiendo ese comportamiento de tu parte, madura de una vez Osiel, un rey debe cuidar de toda su gente, aunque no todos sean iguales, lo distinto no siempre es malo. — repitió las palabras de su luna, quizás, así lograba ablandar el corazón de su hijo.
— Nunca comprendí porque mamá la protege, es solo una loba más, aunque sin loba. — el comentario de Otto y su burla le hizo comprender a Lucio que sus hijos aun no estaban preparados para ser reyes.
— Tu madre queria una hija. — murmuro quitando solo con una mirada a Otto de su sillón, para ocupar el lugar que le seguiría perteneciendo, como líder, como rey.
— Alana es lo más lejano a una hija que mi madre merecería, porque mejor no haces tus deberes con mamá, si te sientes viejo, nosotros podemos ayudar a cuidar un cachorro. — Osiel, por supuesto, a este lobo no le importaría lidiar con cachorros, aunque fueran pequeños hermanos.
— No puede, ya no, y es por mi culpa. — Edur llego a la oficina en el mejor momento, aunque lo que estaba buscando era la oportunidad de revisar los documentos de su padre, para saber a qué universidad asistía Alana, queria verla, lo necesitaba, pero para su sorpresa, se encontró en mitad de un secreto a punto de ser rebelado.