Alana creyó que su estadía en la mansión del rey Alpha seria agradable y tranquila, ya que la luna Lina, le acababa de asegurar que ellos no saldrían de la manada, en absoluto, entonces, Alana supo que al menos podria dormir en una cama decenté.
— ¿Y Bien? ¿te gusta tu nueva habitación? — pregunto Lina muy emocionada, aunque Alana no lo estaba tanto, ella estaba acostumbrada a dormir en la planta baja de la mansión, junto a los demás empleados, al menos mientras los reyes estaban en la mansión, ahora, sin embargo.
— Es muy hermosa Luna, pero… ¿esta no es el ala de la mansión donde tienen los cuartos los príncipes? — indago con la voz un poco temblorosa y rezando a la diosa, que, en ese tiempo, esos hombres se hubiesen mudado de habitaciones.
— Así es, es por ello por lo que tú te hospedaras aquí, ahora y cuando finalices tus estudios y regreses, eres como mi hija y lo sabes, ya no serás tratada como una empleada, aunque lo pidas. — no, nada de eso se dijo Alana, porque ella no pensaba