Zoe Morell, quién es una chica ingenua decide ir a un club para aprender de las artes amatorias, suponiendo que de ese modo el chico que le gusta voltearía a verla. Sin embargo, en ese lugar misterioso conoce a un hombre de aura oscura; un empresario con mal genio que cuando quiere algo no se le puede negar, ya que lo consigue a como dé lugar. Isaias Sharman el alfa castigador como lo ha nombrado su especie; vive cada día como si fuera el último y lo que le más le fastidia: es ser gobernado por alguien más o que le lleven la contraria. Es el misterioso hombre que va en busca de placer cuando se cansa de las mujeres de su misma especie que lo ven como al trofeo que deben obtener, pero ese día todo cambia cuando conoce a Zoe, quien se asusta en medio del acto y sale corriendo como si hubiera visto al mismo lucifer en persona, provocando que Isaias se obsesione y se proponga meterla en su cama. Pero ¿qué pasará cuando este alfa que no quiere a una humana débil e ingenua como su luna y menos a una cría que le dará todos los tormentos que ha podido conocer resulte ser la indicada? ¿La castigará este alfa cuando le confiese que está enamorada de otro y que lo ve como un maestro que debe enseñarle a conquistar a su chico? ¿Será que Zoe caerá en las redes de Isaias? ¿Lo querrá cuando conozca su procedencia? ¡¡Acompáñame a descubrirlo!! ¡Porque no todo está destinado solo hace falta un teléfono equivocado!
Leer más«Es delicioso ese olor a canela»
Pensaba Zoe llena de inocencia sin ser consciente de que el aroma que inhalaba con fuerza es un afrodisiaco para incrementar el placer en los hombres, sin embargo, conforme pasaba el tiempo ella lo disfrutaba mucho más porque extrañamente eso lograba calmar sus nervios y ansiedades.
Agobiada por la espera inquietamente movía el pie derecho como si la misma tuviera un tic nervioso a la vez que repasaba con la mirada una vez más la habitación de luz tenue que le causa escalofríos.
—¿Tal vez debería irme? — murmuró torciendo los labios en una mueca de disgusto porque el instructor sexual que con tanto afán ha estado esperando no aparece, pero como una respuesta a su propia agitación, la puerta detrás de ella fue abierta por alguien y en ese mismo instante dejó de respirar, quedando estática en su lugar y aunque su cerebro le gritaba a su cuerpo: “debe darte la vuelta” su sistema no respondía a tales mandatos, solo continuaba tan rígida como un pedazo de madera.
De repente escuchó como la persona que se encontraba detrás de ella movió algunas cosas y supuso de inmediato que estaba dejando sobre la mesa de color negro el teléfono, llaves y cualquier otra cosa personal que trajera consigo, justo como debió de hacerlo ella cuando tuvo que ingresar a dicha habitación. Luego el individuo a su espalda detuvo sus pasos e hizo silencio por varios segundos antes de crear un sonido que a Zoe la estremeció, pero no en plan placentero, sino terrorífico.
—No eres Sacha, ¿qué ha pasado con ella?
La voz profunda y ronca de dicho individuo retumbó dentro de su cabeza y por último creó latidos arrítmicos parecidos a pequeñas vibraciones en su pecho. Peleo consigo misma para no sucumbir a la necesidad de arrodillarse como si de una sumisa se tratara, porque esa voz denotaba autoridad, exigía obediencia y un aroma masculino muy exquisito que surcó por sus fosas nasales, la hizo tragar la saliva que se acumuló dentro de su cavidad bucal.
«Qué locura, yo no soy de este modo, solo estoy nerviosa», se convenció a sí misma de qué fue que la conllevo a sentir ciertas necesidades tan tontas, pues es una chica obediente, y hasta ingenua, pero lela no es y sabe diferenciar entre querer ser sumiso y permitir que le enseñen a cómo seducir al chico que le gusta.
—Ella… me-me cedió su lugar hoy— le explicó con voz trémula y en ese momento Isaías frunció el ceño y sin que la pequeña Zoe se lo esperase ya estaba justo delante de ella, viéndola fijamente a los ojos, repasando una y otra vez su figura con cabeza ladeada como quien chequea un producto antes de aceptarlo.
Aquella pequeña de ojos ambarinos que se mostraban llenos de una vitalidad envidiable, lo veía expectante esperando las instrucciones por parte de él; sin embargo, Isaías estaba deleitándose con su hermosura; cada vez que Zoe mordía nerviosamente su labio inferior Isaías tragaba grueso, ansioso por ser él quien lo mordiera en su lugar.
Aspiro su aroma, cerró los ojos y se la imaginó acabando de salir de la ducha con una minúscula toalla que cubría cada parte de su cuerpo, qué rápidamente quitó y se acostó sobre una cama tendida con sábanas blanca de seda y de una forma atrevida se tocaba entera para que él la viera; acariciando con descaro su entrepierna.
«Vaya qué alucinación la mía», se burló de sus propios deseos lascivos.
★Es bonita y tierna. Eros, ¿Qué dices?, ¿Te gusta? ★ preguntó a su lobo que son tal para cual, humano y alfa lujuriosos.
★Debemos disfrutar de ella, es hermosa, pero no es para casarnos que la queremos★, el lobo le respondió con un tono gracioso.
—¿Tienes idea de lo que debes hacer? — inquirió con una mirada que parecía arder de la lujuria luego de olfatear bien y darse cuenta de que la chica es virgen y se saboreó con antelación.
—No mucho… yo… bueno, espero que me guíes— expuso la chica con mirada al piso y sintiéndose tan avergonzada como nunca creyó que podría estarlo. Nerviosa entrelazaba sus dedos.
«Tengo que entregar mi virtud a este extraño para que de ese modo Harold se fije en mí», se cuestionaba aún por ese paso tan grande que iba a dar en su vida, no era que no quisiera tener relaciones íntimas con alguien, ya que tarde se dio cuenta de que por ser una chica obediente y enfocada en sus estudios se limitó a dar ese paso como lo hicieron todas sus compañeras y por esa razón muchas veces la excluyeron de muchas cosas debido a que la consideraban una mustia, sin embargo, supone que el deber de una mujer es entregarle su pureza al hombre que ama.
“Eres muy tonta, ya la virginidad no tiene valor, te enfocaste tanto en ser un ratón de biblioteca que no te diste cuenta de que eras la chica más criticada de la escuela y de la preparatoria”
Recordaba las palabras de su amiga que a pesar de no considerarlas hirientes y de creerlas consejos, igual, le dolían.
«Debo aprender a ser una chica desinhibida», cavilaba entre una cosa y la otra, sin poner en orden sus ideas y deseos.
—No eres Sacha, pero igual me servirás— aseguró Isaías a medida que le pasaba el dorso del dedo índice por la piel de su hombro desnudo y la chica temblaba como gelatina sacada del congelador, y a medida que él delineaba sus clavículas ella no paraba de parpadear, mientras sus mejillas se les iban tiñendo de un sonrojo que le daban ese toque de muñeca de porcelana exquisita que a Isaías le fascinó.
«Es una bebé». La simple idea a Isaías le erizó la piel y le llenó el pecho de puro regocijo de macho.
Isaías, manejado por el calor de la situación, se dobló para quedar perfectamente a la altura de Zoe y sin ser consciente de su propio movimiento terminó por meter la cabeza en el hueco de su fino y delicado cuello aspirando el sabroso aroma a fresa y jazmín; una mezcla, aunque extraña única. En cambio, ella percibió como un escalofrío le recorría todo el cuerpo, causándole la cercanía de ese hombre con aroma tan varonil una liga de excitación y miedo.
A Zoe no le estaba pareciendo para nada agradable estar siendo tocada y olida por Isaías, sin poder aguantar más la presión de la situación, conmocionada dio dos pasos atrás y levantó ambas manos temblorosas.
—¡¡No puedo hacer esto!!— expuso moviendo la cabeza para los lados, y con los ojos aguados.
» ¡Esto no está bien! — repitió titubeante aún sin comprender que le estaba pasando, porque había ido a ese lugar muy decidida de lo que quería hacer, pero al estar siendo agasajada de manera lujuriosa por Isaías se sintió intimidada.
Isaías es un hombre que siempre se salía con la suya, y en el pasado, había hecho todo lo posible para evitar que Zoe se fuera a la mejor universidad del mundo, pero ella es demasiado determinada a tener en cuenta; su carácter indomable, no permitiría que él, su lobo obsesionado, le dictara su camino.—Isaías, necesito hacer esto —, le había dicho en aquel entonces con ojos brillando con determinación. » Esta es mi oportunidad, y no dejaré que tu posesividad se interponga en mi camino.Isaías había gruñido en respuesta, ya que su instinto protector estaba en conflicto con su deseo de apoyarla, pero al final, Zoe había ganado, y él había cedido, y ahora, tres años después, él se encontraba en su empresa, con su pequeña Evolet en brazos, en medio de una reunión importante.Todos los presentes estaban asombrados, puesto que el frío CEO, conocido por su seriedad y dedicación al negocio, había llevado a su hija de tres años a una reunión de negocios. Isaías sonrió, algo apenado, ya que E
4 meses más tarde:Zoe, con su avanzado embarazo, decidió que quería dar a luz a su bebé en un entorno especial y como sabía que los partos en el agua podían ser menos dolorosos y más relajantes; eligió un hermoso manantial rodeado de naturaleza como el lugar perfecto para recibir a su pequeña, de modo que reunió a sus amigas, su madre y su suegra para que estuvieran a su lado durante el parto.El sol brillaba intensamente en el cielo, iluminando el manantial con su cálida luz. Zoe, con su vientre redondeado, se sumergió en el agua cristalina mientras Isaías la abrazaba con ternura y cautela.—Estoy aquí contigo, mi luna y te apoyaré en cada momento—, susurró acariciando suavemente su cabeza. » Eres la mujer más fuerte y valiente que conozco.Zoe sonrió, sintiendo el amor y el apoyo de Isaías fluir a través de ella. —Gracias, mi amor. No puedo imaginar pasar por esto sin ti a mi lado.Sacha y Alezna, Zulema, Isadora y Alice se encontraban alrededor del manantial, preparadas para bri
Isaías tiró del delicado brazo de Zoe haciendo que con el mismo impulso ella se diera la vuelta, y que a la vez su pequeño cuerpo desnudo chocara contra sus músculos firmes y duros.— ¿Dime, qué tanto te tocó? —, la interrogó con furia desbordante, y su voz sonaba profunda y espeluznante.—Él solo besó mis hombros y cuello—. Ella muy sincera le dijo la verdad y él furioso empezó a bramar, y sus ojos azules pasaron a estar dorados; entonces empezó a olfatear como perro cuando huele un tajo, y luego arrugó la nariz.—¡¡Ese maldito durmió en mi cama!!—. Zoe solo sintió cuando la envolvió en un pedazo de tela que no supo identificar de que era y la subió a su hombro.—No me cargues de este modo, Sharman idiota— le gritaba divertida, y mordiendo su labio inferior, su alfa posesivo, obsesivo y celoso hasta más no poder no cambiará sin importar qué.Isaías iba por el pasillo en el cual encontró a Isadora y le pidió.—Abuela, da la orden para que quemen todos los muebles, y compren nuevos; mi
El ataque de los vampiros solo fue una distracción para que los soldados de Jared abandonaran sus puestos para enfrentar el peligro, dándole la oportunidad a Isaías, quien llegó justo en el momento en que la batalla se desataba; iba directo a proteger a su luna cuando el beta se interpuso en su camino.—Sabía que esa mujer estaba ocultando algo— escupió el beta furioso viendo como Zoe los tomó desprevenidos.—¿La admira?, lo sé, mi luna es asombrosa— fanfarroneó Isaías sin dejar de observar a Zoe, pues temía a que Jared pudiera dañarla, así que dejó las palabrerías y con rapidez se enfrentó al beta real con movimientos precisos y mortales. Por otro lado, Alezna y su hermano se dirigieron a los calabozos para liberar a los guerreros apresados.El calabozo estaba oscuro y húmedo, y el sonido de la lucha en la distancia resonaba a través de las paredes de piedra. Stuart sonrió emocionado cuando vio a su amada, Alezna abriendo la cerradura de su celda. —¿Estás bien, mi amor?—, preguntó
Decidida Alezna se levantó, miró a su hermano fijamente a los ojos, les sostuvo las manos y casi como un ruego le dijo:—Harold, por favor, conoces el bosque y la manera de ayudarlo sin que alguien deba enterarse. Harold se quedó en silencio por un momento. Luego, suspiró de nuevo. Mientras que en la manada.Zoe se encontraba batallando con Jared, quien impertinente estaba decidido a tener relaciones sexuales con ella, y con la poca fuerza que le quedaba tiraba de su brazo para poder besarla.«Espero que Harold no me abandone», pensó angustiada, con cierta incertidumbre porque es totalmente arriesgado confiar en alguien que aun diciendo amarte estaba dispuesto a utilizarte como sacrificio.—Ven mi luna, debo verificar que tan feliz seré a tu lado— le pedía Jared con insistencia y arrastrando la lengua para hablar como si fuera un borracho.—Duérmete Jared, no soy una mercancía, mañana te voy a liberar de todos tus pecados—, farfulló ella creyendo que él estaría tan débil que no podr
Con mucho cuidado, Zoe se quitó la venda de la mano que tenía lastimada, y a pesar de que la herida parecía fresca, no emitió ningún sonido de dolor mientras apretaba el puño y varias gotas de sangre cayeron en un frasco que Alice le había conseguido.Alezna se quedó observando con asombro mientras que los demás se miraban entre sí, sin comprender qué estaba haciendo Zoe con su propia sangre.Finalmente, Zoe se acercó a ellos y escribió en un papel: ~Debes verter esta sangre en las heridas de Isaías para que puedan sanar, por favor, estoy poniendo nuestras vidas en tus manos~Todos tenían dudas y preguntas que hacer, pero decidieron seguir el plan de Zoe y esperar a ver qué sucedía.Mientras tanto, Armand y Alezna se alejaron sigilosamente de la manada, sin ser vistos ni detectados por los lobos. Aunque Alezna aún se sentía confundida por todo lo que había sucedido.— ¿Cómo lo hiciste? No vi ni sentí nada— le preguntó ella a Armand cuando estaban fuera de la aldea de cazadores.— Soy
Último capítulo