Daren le rompió el corazón a la chica que lo amaba y que la diosa le había dado como compañera, aunque él sentía algo por ella, los prejuicios su familia y las diferencias clases sociales, le condujeron a tomar una mala decisión, rechazar a su alma gemela. La chica se llamaba Aurora, una joven e inocente loba que le entregó su corazón sin imaginar que para él no significaba nada, solo un trofeo más a quien exhibió delante de sus compañeros de la universidad. Aurora vivió un invierno después de que descubrió que para Daren ella no significaba más que una chica de su colección de conquistas, pero él jamás supo que ella estaba . Meses después se enteró, cuando le dieron la noticia de que Aurora había muerto en un fatal accidente.
Leer más«Te rechazo, te rechazo, te rechazo»
Daren pronunció la inminente frase tres veces bajo la luz de la luna. Un par de grandes lágrimas bajaron por mis mejillas, aunque me esforcé inútilmente por evitarlo, porque esa frase me desgarró el alma, tenía muchas ganas de tumbarme a llorar delante de Daren; no sé de dónde saqué fuerzas para mantenerme firme, pero logré contenerme. Después de que Daren repitió tres veces la frase de rechazo, me correspondía a mí decir pronunciar mi nombre, seguido de la frase “acepto tu rechazo” Me tardé varios segundos, pues los músculos en mi garganta se habían contraído porque yo, a toda costa quise evitar soltarme el llanto, ello no me dejaba articular una palabra. Daren me observó expectante, se notaba impaciente esperando mi respuesta ante nuestra diosa que nos había emparejado. Llené mis pulmones de aire hasta donde pude, luego dije: —Yo, Aurora Braun, nieta de Henry Braun, … Mis palabras se trancaron, solo debía decir que aceptaba su rechazo, pero de repente las lágrimas invadieron mi rostro, mis labios comenzaron a temblar, hasta que de repente un llanto involuntario me salió de lo más profundo del pecho. Mientras eso sucedía miré a Daren a los ojos, vi cómo lentamente emergía en su rostro un gesto de enojo, en su frente se dibujaron tres líneas horizontales y sus ojos claros se tornaron gris oscuro. Después con una voz que denotaba decepción me dijo: —Estás haciendo justo lo contrario a nuestro acuerdo, creí que lo habías entendido todo, te juro que si no aceptas mi rechazo te haré pagar con tu vida, te voy a arrastrar desnuda por todos los caminos que existen en la manada. Sentí que se me estaba quemando la cara, los amigos de Daren y sus compañeras me estaban observando; tenía vergüenza, dolor, tristeza; el rechazo de Daren había comenzado a surtir efecto en mis emociones. Días atrás habíamos descubierto que la diosa nos había emparejado, yo estaba muy feliz, pero Daren no tardó en aclarar sus sentimientos de rechazo hacia mi, mientras yo estaba feliz porque ya conocía quien sería mi compañero, él estaba muy decepcionado porque aspiraba como compañera a una chica de su misma clase. Yo era muy distinta, mi familia no poseía fortuna ni nada que me pusiera en un lugar privilegiado dentro de la manada HochFinster, pues yo provenía de otra muy pequeña y lejana; menos aún, tenía privilegios cerca de la familia Castell, de la cual él era uno de sus herederos. Daren miró hacia el cielo, las nubes estaban cubriendo el panorama, ese día no debía haber luna llena, fue mediante un fuerte hechizo que una bruja realizó por encargo de Daren para ese fin, desligarse de mí para siempre. Él al ver que el cielo se estaba nublado, supo que el hechizo ya estaba por acabar. —Vamos Aurora, haz lo que acordamos hace días, ¡di las malditas palabras! Yo tenía intenciones de decirlo, pero necesita fuerzas y aire que llenara mis pulmones. La dureza con la que él me hablaba, hacía que mi corazón se desalentara, jamás pensé que el rechazo de mi mate fuera a causarme tanto daño. Los ojos se me llenaron de lágrimas, mi alma se vistió de amargura, entonces dije dentro de sí: “Cómo puedes hacer esto después de que nos entregamos el uno al otro.” Si, Darién y yo estuvimos juntos, me entregué a él creyendo que sería para siempre, no necesitaba una boda, yo confiaba en él, creí como una tonta que ambos obedeceríamos a la diosa y seguiríamos sus designios. Daren ya estaba preocupado porque a cada segundo el cielo se nublaba más. Me agarró con fiereza y me sacudió. —¡Di tus malditas palabras! Tenemos un maldito trato y si no lo haces haré que tu familia pague caro. Me empujó con furia, yo caí sobre la hierba y lloré. —¡Basta Aurora, deja tus lloriqueos! Por eso no quiero estar contigo, no me gustan las betas insignificantes y lloronas. Sentí enojo, no se suponía que él fuera a tratarme así, aún estaba llorando, miré hacia el cielo, la luz de la luna ya estaba por desaparecer, nubes grises y espesas vistieron el firmamento, de repente tuve la valentía de decir: —Yo, ahora Braum, nieta de Peter Braum, acepto tu rechazo. Daren me miró con fijeza mientras pronuncié dichas palabras, sus labios se arquearon hacia arriba, tenía en su rostro una expresión triunfante y dio un leve suspiro. —Eso era todo, gracias, creí que se perdería el hechizo. De repente todo el panorama se oscureció, la tarde se convirtió en noche y una fuerte lluvia comenzó a caer sobre Daren y sobre mi; mi cabello se empapó, el agua que caía sobre mi cara borró mis lágrimas y quizas se llevó mi alma, porque desde ese dia no vuelto a ser la misma loba, dulce, alegre, soñadora; ya no. Fuí rechazada por mi mate. Daren me miró con su frialdad por última vez, se dio vuelta y corrió hacia donde su auto se encontraba, sus amigos ya habían subido en los de ellos, todos se marcharon sin mirar atrás, a nadie le importó que yo estuviera allí, sola, en la oscuridad, en medio de esa montaña Con ilusión esperé por tres años que la diosa revelara a mi pareja, no sucedió cuando cumplí diecisiete, yo aún vivía en el territorio de la manada de donde provengo, allá vi como la diosa emparejó a casi todos los chicos del barrio, pero yo estaba en el pequeño grupo que no lo experimentó, cuando supe que mi padre debía mudarse a una nueva manada por asuntos de trabajo, sentí grandes esperanzas, pues estaba segura de que aquí la diosa revelaría a mi compañero. «Te rechazo, te rechazo, te rechazo» Esas palabras resuenan a cada segundo en mi cabeza, siento dolor y a la vez rabia, cómo pudo rechazarme después de que me entregué a él, le di mi pereza, ahora no soy una loba apta para el matrimonio, ningún lobo honorable querrá tomarme como esposa después de que he sido de otro. Me metí bajo un árbol a soportar la lluvia y el frío, aunque la incomodidad que el frío produce sobre tu ropa mojada no significaba nada a la horrible sensación que ese día sentí por el rechazo, no se lo deseo a nadie. Creí que eso sería todo, que al regresar al pueblo todo sería normal como siempre, pero momentos muy difíciles estaban por empezar. Cuando tuve fuerzas para levantarme fui a mi auto, un pequeño y viejo escarabajo, nada comparado al lujoso auto de Daren. Qué tonta fuí, debí suponer desde el principio que él jamás dejaría que la diosa lo uniera a la hija del jardinero de la mansión de su familia, que además hace trabajos de niñera de los pequeños lobos de la familia Castell. Me quedé por un rato sentada frente al volante, lloré con tanta amargura, deseé con todas mis fuerzas desaparecer, jamás volver a casa; lo peor para entonces era que mi familia y yo vivíamos en la pequeña casa del jardinero, en la parte trasera de la mansión de la familia Castell. Huir no era una opción, no podía abandonar a mi familia, tenía una hermana enferma de cáncer, mi mamá y yo cuidamos de ella mientras papá trabajaba intentando proveernos de nuestras necesidades. Además teníamos una deuda grande que pagar al jefe de la familia, Gabriel, el tío de Daren, que le había prestado millones a mi padre para el tratamiento de mi hermana. Papá tenía un trato con su jefe, pagaría la deuda haciendo trabajos de jardinería durante tres largos años sin descansar, o, prestando sus servicios sin descanso los siete días de la semana. Encendí el auto y me marché de la montaña hacia la ciudad de aquella mañana, me dirigí a la mansión, rogando a todos los dioses que Daren no estuviera merodeando los jardines de la mansión cuando yo llegara, no deseaba verlo. por suerte eso no sucedió, quizás se había ido a una disco a celebrar con sus amigos que se había liberado de mi. —Hola mamá. —saludé y pase rápido hacia el cuarto donde dormía junto con mi prima Maite, procuré que mi madre no viera mi rostro, estaba segura que la tristeza de mi alma se reflejaba en mi rostro, no tenía como cambiarlo, pero si pude evitarlo mama me viera, no quería que nadie de mi familia se enterara de que un heredero de la familia castel había jugado con mis sentimientos, ante todos ellos las cosas debían continuar su curso, mis padres ya tenían suficientes problemas con mi hermana enferma. Maite era la única que conocía todo acerca de lo que había sucedido. —¿Qué sucedió? —¿Qué crees que sucedió? —Mi temple se derribó y me solté en llanto. —Fue horrible, jamás me había sentido tan rechazada, quisiera morir y no sentir más este dolor. Maire me consoló. —Lo vas a superar, dejarás de amarlo. —Siento que lo odio, no quiero verlo nunca más.Han pasado tres años desde que Daren y yo nos hicimos mates para siempre.La vida en el palacio ha sido un reto, más que todo por las batallas que Daren y Gabriel han dirigido últimamente. Pero han valido la pena, se han obtenido logros y la manada se ha ido convirtiendo en una de las más poderosas del mundo. La manada azul ya ha sido liberada y tienen un nuevo alfa, Libeyka por su madre obtuvo título de princesa y Estrella recuperó el suyo, pero ellas están con Gabriel en la manada Grauer Mond, Estella me escribió en una carta que Libeyka encontró al compañero que la diosa había predestinado, ya la reclamó y van a tener un bebé, resultó que era una mentira más de Valka que ella no podía tener hijos, la verdad me alegra por Libeyka y sus padres, los tres merecen esa dicha.No volví a ver a Gabriel después de que fui a la clínica y vi su encuentro con Estrella, pero mi cariño y mi gratitud hacia él están intactos; hemos hablado algunas veces por teléfono, su voz o su manera de hablar
DÍAS DESPUÉS Desperté en la madrugada, sentí una fuerte patadita de mi bebé, cuando abrí mis ojos se estaba moviendo bruscamente, de inmediato comencé a sentir un dolor en la cadera, entonces me senté en la cama y comenté —¿Qué sucede? —Senti una fuerte pisada, entonces gemí.—¡Aún no es hora! ¡Mamá, papá!Los llamé, ellos fueron a mi habitación casi enseguida. —Creo que va a nacer.—Pero falta una semana. —dijo papá. Me dio otro dolor, aún más fuerte.—¡Va a nacer! Dije en medio de quejidos.Mamá corrió al teléfono y le avisó a Daren, pues él siempre le insistió a mis padres en que le avisaran cuando llegara ese momento. Minutos después él llegó, papá había bajado mi maleta y la del bebé a la sala, yo no podía caminar porque tenía dolor. Él se veía nervioso, todos en casa estaban nerviosos, Draco también despertó.—Te llevaré cargada al auto, ¿te parece bien? —asentí con la cabeza porque no podía ni hablar, trataba de respirar y botar el aire por la boca. Dare me cargó y bajó
En la noche me arreglé para bajar al jardín, los pocos invitados comenzaron a llegar, solo amigos y personas que precio vendrán. Me puse un vestido rojo de tela muy suave, es sencillo, nada parecido a los vestidos de Luna Meyer, este es un vestido comprado en cualquier tienda, es fresco, ideal para una noche de verano.Daren y mi hijo también llegaron, mamá me avisó, Draco quería entregarme mi regalo.—¡Bajaré enseguida!Estaba tan contenta, terminé de acomodar mi cabello y me puse los pendientes, luego bajé y salí al jardín.Hubo aplausos en cuanto me vieron llegar. —¡Aquí está la cumpleañera!Alguien comentó.Daren estaba de espalda y volteó a mirarme, noté que sus ojos se movieron de arriba abajo, mirando mi vestido, aunque no era el más esplendoroso que pudiera ver, sé que él estaba acostumbrado a ver vestidos muy lujosos de las mujeres que lo rodeaban o las reuniones donde asistía. Varios de los presentes se acercaron a mí y me felicitaron, luego mis padres y mi hermana, Maite
MESES DESPUÉS Después de que desperte, mi vida se convirtió en otra muy distinta, ahora tenía una vida apacible, tranquila, estaba lejos del bullicio y no había vuelto al palacio. Fui muy feliz entonces, mi panza comenzó a crecer aún más y mi bebé comenzó a dar pataditas el mismo día que desperté, ese embarazo pude vivirlo en plenitud, además del hecho de que Draco quiso venir a vivir a la granja y Daren no se opuso, mi pequeño se mudó conmigo, Daren y yo hemos compartido la custodia del pequeño sin ningún problema, Kaisser estaba encargado de la seguridad de mi hijo, ¿quién mejor que él para hacerlo?Estoy agradecida con la diosa por devolverme a mi madre, no sé cómo sucedió, esa experiencia del viaje al pasado tan solo fue como un sueño, pero de algún modo cambió el destino y mi madre está con vida, ya no me siento culpable por su muerte, obviamente no existen razones, creo que la diosa me la devolvió porque quizás yo nunca habría sanado mi corazón, mientras tuviera en mente esa cu
Desperté con un ruido que hubo en la ventana de mi habitación, un ave picaflor estrelló su pico sobre la madera, descubrí que me encontraba en la granja de mis padres, intenté sentarme pero mi panza había crecido un poco más me impidió hacerlo con facilidad. Lo hice de medio lado y me puse de pie, miré a todos lados me sentí perdida, no sabía qué había sucedido, todo parecía ser un sueño. Quizás nunca le dije a Gabriel dónde se encontraba Estrella, tenía muchas dudas. Escuché bulla en el jardín y me asomé por la ventana, vi a Draco jugando con papá y con su mascota. Sonreí al ver a mi hijo, estaba tan feliz. De repente me sorprendí al ver a mi madre, ella les llevó bebidas al jardín.—¡Mamá! ¡Mamá está viva! Me puse la mano sobre mi corazón.—¡Por la diosa, no estoy soñando, el destino de mi madre cambió!Salí de la habitación y bajé las escaleras, con entusiasmo salí al jardín, el corazón me estaba latiendo a mil por segundo.Papá me vio primero.—¡Aurora! Mamá sonrió.—Desperta
Aurora.Cerré mis ojos y levanté mis manos para recibir de la diosa el don de cambiar alguna de las circunstancias que habían causado tanto sufrimiento a mis seres queridos. De repente comencé a sentir mucho frío y mi cuerpo estaba temblando, un aroma que me era muy familiar invadió mi olfato, no me fue difícil de conocerlo, ese aroma lo sentí con mucha intensidad como cuando aún era un adolescente, era el perfume característico que destiguia a Daren de los demás lobos.Abrí mis ojos y ví que estaba en el mismo lugar donde se hizo el ritual del rechazo, supe entonces que la diosa me había llevado al punto de partida en dónde comenzó mi sufrimiento.Murmuré:—¿Por qué me trajo aquí? No puedo impedir que Daren rechace a Aurora, ya lo hizo, solo debe confirmarlo mediante el ritual. Las palabras que dijo la diosa llegaron a mi mente.«Haz lo que dicte tu corazón»Miré mis brazos y me percaté de que yo de nuevo había vuelto a ser Aurora, la de antes del rechazo, tenía puesta la misma ro
Último capítulo