Mundo de ficçãoIniciar sessão''Lo hice por ti'' susurró mi prometido con una voz dulce que nunca me había dedicado, entonces lo entendí, mi prometido, el hombre que creía amar me mintió toda la vida. En realidad él es un acaudalado heredero de una corporación y siempre ha amado a mi envidiosa hermana adoptiva, Isabela, ella, que ya me había robado el amor de mis padres, me robó también mi futuro. Pero ya no más, si ella puede robarse mi felicidad yo le robaré lo único que verdaderamente le importa en el mundo, su primer amor: El frío e inalcanzable magnate Alejandro Rivera.
Ler maisEstaba tan enferma de todo.
Sonreír y fingir que me importa una m****a los invitados que solo saben criticar a mis espaldas.
''Nunca será lo suficientemente digna''
''La falsa jamás podrá brillar más que la verdadera''
''Su hermana parece un ángel... Pero ella, ella parece un ogro''
''Vestirse tan ostentosa cuando su hermana podría estar al borde de la muerte es tan egoísta, ella es realmente una mujer malvada''
Carajo, puedo escucharlo todo.
Bebí un trago quizá demasiado largo a la copa de vino que tenía en la mano, no me importaba si en ese momento me llamaban alcohólica.
Quizá meses atrás habría pensado igual que todos lo que me señalan con la mano, la salud de Isabela es tan frágil que la más débil brisa nocturna podría postrarla en la cama durante semanas. Pero yo, que nací con una salud de roble solo podía estar agradecida e inclinar la cabeza frente a mi hermana.
Si ella quería mi muñeca favorita, yo le daba mi muñeca favorita.
Si ella quería a mis padres, yo le daba a mis padres.
Si ella quería a mi novio...
— Bee. — Escuchar esa voz me erizó la piel, mi estómago se revolvió en un nudo cuando vi a Lucas, mi prometido, caminar hacia mí con una pequeña caja en manos. — Feliz cumpleaños.
Miré el regalo con sorpresa auténtica, ¿Lucas regalándome algo? ¿El sol saldría por el lado opuesto acaso?
— ¿Qué es eso? — No pude evitar preguntarle, señalando la pequeña caja. — ¿Es mi regalo de cumpleaños?
Lucas solo atinó a reírse. — Vamos, Bee. Tú no no cumples años hoy, es para Bella.
Ah, claro. Le tares regalos a Bella, pero cuando yo cumplí años solo apareciste con un estúpido ticket hecho a mano cambiable por besos y abrazos.
Tal vez no lo sepas, Lucas, nunca te has molestado por preguntar absolutamente nada sobre mí. Pero hoy es mi cumpleaños, no el de Bella, porque incluso eso se me fue robado de mis manos: El derecho de celebrar mi propio cumpleaños.
La frágil Isabela, la dulce Isabela que no quería cumplir años en una temporada tan fría debido a su estado de salud quiso robar mi fecha de nacimiento cuando las flores de cerezo están en plena floración, mis padres, apenados al verla con tantos cables conectados no dudaron en acceder a su absurda petición. No podía ser cualquier otro día de los más de trescientos del año, solo el mío.
Y, como yo ''nací con la salud de un roble'' tuve que mostrarme ''agradecida''
Pero ya no más.
Mis pasos furiosos me hicieron avanza en zancadas después de dejar la copa vacía de vino sobre la mesa, sabía que ya era hora de actuar. Isabela usaba un hermoso vestido rosa pálido pomposo que la hacía lucir como una frágil muñeca de porcelana, sabía que ese peso haría que se hundiera más rápido y quizá esa emoción fue la que me hizo correr hacia ella.
Y la empujé a la piscina decorativa que estaba detrás.
Ambas caímos al agua en cuestión de segundos, mis piernas se enredaron con el vestido y el oxígeno abandonó rápidamente mis pulmones, vi las capas y capas del vestido de Isabela moviéndose desesperadamente, tratando de soltarse de mi agarre mientras nos empujábamos al fondo.
Si voy a morir aquí, tú vendrás conmigo.
Bueno, no soy tan malvada.
No pasó mucho tiempo para que una persona saltara al agua, apenas logré divisar la silueta cuando estuve a punto de quedarme inconsciente pero logré ver cómo sacaban rápidamente a Isabela del agua y yo me quedaba ahí, incluso en un momento como este mi vida también era la última opción.
Lo único que sentí fue alguien tirándome del brazo con fuerza fuera del agua, el dolor me recorrió la espina dorsal y por un momento creí que me iban a arrancar el brazo.
— ¡¿Acaso te has vuelto loca?! ¡¿Por qué le hiciste eso a tu hermana?! — Tosí un par de veces, tratando de escupir el agua que había tragado, el desconocido que se aferraba a mí me levantó del suelo casi por la fuerza mientras yo intentaba recobrar la compostura. — ¡¿Eres acaso tan envidiosa que querías matarla?!
¿Matar a Isabela? Sí, eso habría sido mucho más fácil.
Me llevé las manos al pecho por inercia, todavía estaba escupiendo agua pero la atención estaba concentrada en Isabela, el pequeño tic en sus ojos cerrados me indicaba que estaba fingiendo su desmayo, como acostumbraba hacer. Mi padre estaba llamando una ambulancia desesperadamente, mi madre sollozaba con una mirada tierna que nunca me dedicó, incluso mi prometido parecía ansioso por soltarme e ir corriendo a llevarla en brazos.
— Lucas... — Finalmente le respondí cuando logré concentrarme en su cara, él me soltó pero mi brazo quedó moreteado por la fuerza de su arrastre. — No voy a casarme contigo.
El tiempo pareció detenerse cuando solté aquella bomba, claro, nadie estaba acostumbrado a que la ovjea negra de la familia de su opinión.
Pero yo exprimí mi vestido empapado y mi bufanda de plumas negras, incluso mi cabello castaño antes de volver a mirarlo.
— Sí, he dicho que eres libre de cogerte a mi hermana tanto como quieras a partir de ahora. — Sonreí al ver su expresión.Entre una conversación que no vale la pena mencionar, añadí:— Tengo algo mucho mejor como para darle mi atención a un infiel y a una zorra.
En seguida un abrigo clásico me cubrió los hombros, transmitiéndome el mismo aroma varonil y la calidez que el dueño poseía, Alejandro aparece detrás de mí y me rodea la cintura, no dudo en deslizar los brazos alrededor de su cuello y estamparle un beso en los labios frente a todos los presentes.
Cálmate, Ámber, recuerda que están en público.
Carraspeé la garganta cuando nos separamos, Alejandro mostraba una expresión de preocupación genuina mientras miraba con odio a Lucas, yo interrumpí su conversación.
— Será mejor que nos vayamos, querido. — Enfaticé esa última palabra con un tono dulce de voz.
Sin embargo, no esperaba que incluso Bella hubiera roto su propia actuación para detenerme.
— Hermana...— Realmente odio cuando me llama de esa manera, con esa expresión de conejito indefenso y grandes bolsas bajo sus ojos. — Mi hermana nunca me dijo que era cercana al señor Alejandro... Dijiste que tenía una mujer a la que amaba...
Yo sonreí con maldad.
— Oh, ¿Lo hice? — Me encogí de hombros, fingiendo inocencia. — Bueno, la estás viendo ahora ¿No es así?
Ver la cara de rabia intentando ser disimulada de primera plana en la cara de Isabela fue... Un triunfo silencioso para mí, pero me mantuve sereba.
Pero, como todo en la vida, esta historia también tiene un comienzo.
Y mi historia con Alejandro empezó exactamente hace varios meses, cuando descubrí sobre la infidelidad y las mentiras de Lucas.
Por supuesto, no era como si Lucas fuera a confesarme su infidelidad ahí mismo donde cualquiera pudiera escucharlo.— No sé de qué estás hablando ¿Qué podría estar ocultándote? — Me tomó de las manos, pero noté el sutil temblor en su voz. — Entiendo que estés enojada porque le presto mucha atención a tu hermana, pero solo soy gentil con ella porque-— Está enferma. — Lo interrumpí, completando la oración que ya me sé hasta el cansancio. — Sé que no tendrías razones para ir más allá con ella, al fin y al cabo es conmigo con quien podrás forjar un imperio.Susurrar palabras dulces al oído de Lucas para mantenerlo feliz no es complicado, su avaricia brilla en sus ojos incluso en la oscuridad.— La semana que viene será nuestra boda, me aseguraré que todo salga maravillosamente. Te casarás como toda una reina. — Lucas besó suavemente mi mejilla, sus manos me rodearon la cintura. Para él tampoco es dificil susurrarme palabras dulces. — No tienes que preocuparte por nada más, yo me estoy en
— ¿Dónde está qué, Isabella? — Sujeté su muñeca con firmeza, retirando su mano de mi cara.Isabela fue una de las personas que vio mi cicatriz al rojo vivo, seguramente es muy sorprendente para ella de reente mirarme si nada, Isabela se gira hacia la multitud que empezaba a verla con extrañeza y se suelta de mi agarre rápidamente.— Creo que escuchaste mal, hermana. Lo lamento si has interpretado mi reacción de forma negativa, no quería que te sintieras ofendida. — Se disculpó sin darme tiempo a responder siquiera. — Solo estaba sorprendida, tu maquillista seguro hizo un trabajo magistral para poder ocultar la herida en tu rostro, espero que me des el número luego ¿Si?Me esforcé por no soltar una carcajada en ese momento, solo sonreí incluso cuando ella estaba tratando de hacer obvio el hecho de que tenía una cicatriz en la cara oculta, realmente me estaba forzando a no explotar ahí mismo.— Claro, Bella. — Contesté con una calma propia de mí. — Mi maquillista es especialista en cubr
Minutos antes de mi hora de salida, recibí un mensaje de Lucas que ya había predicho con anticipación:''Ámber, querida. Isabela me pidió que la acompañara a la fiesta como su escolta porque no se sentía bien y nadie más puede hacerlo, no te molesta ¿Verdad?''Leí el mensaje con una mueca deformando mi cara, Isabela es incapaz de abandonar su fachada de niña buena ni siquiera en su cumpleaños. Pero está bien, si el premio es ganarse un infiel y mentiroso prefiero quedarme sin nada.''Está bien, querido, me alegra que decidas cuidar de mi hermana en su día especial.'' Respondí, no me importa nada pero creo que por ahora es mejor para mi plan que esos dos permanezcan tan cerca como sea posible en la fiesta.Alejandro no estaría para acompañarme esta vez, él se encargaría de algunos asuntos y yo tendría que adelantarme.El taxi me dejó frente al hotel donde se realizaría la fiesta, honestamente me sorprendí al ver lo imponente del edificio, era una de las cadenas hoteleras más lujosas de
La noche cayó sobre la ciudad, marcando las últimas horas antes de la fiesta de Isabela, la noche en que todo se iría al carajo.Estaba puliendo los detalles finales de mis planes de venganza. No era solo el informe de ADN; eran los documentos que probaban las manipulaciones financieras de Lucas y la información que Alejandro había recogido sobre los tratos turbios.Tomé las copias de los informes, las pruebas de las transferencias y los resultados del laboratorio. Con cuidado y precisión, los organicé en un portafolio de cuero negro. El contenido de ese portafolio era la bomba que haría estallar a la familia Falcó y a Lucas Mendieta.Me aseguré de cerrar el portafolio con llave. Mi misión ese momento era entregarlo a una persona en específico, un contacto de Alejandro que garantizaría que la información se hiciera pública sin importar lo que sucediera en la fiesta.Me despedí de Alejandro, quien me abrazó con una intensidad protectora.— Ten mucho cuidado, Ámber. Si alguno de ellos s
El descubrimiento del Señor Wen y su medicina milagrosa inyectó una dosis de esperanza en mi sombrío regreso al trabajo. Había agendado inmediatamente una cita con su equipo sabiendo que la posibilidad de borrar la cicatriz era mi carta de triunfo final contra Isabela. Pero antes de la curación, teníamos que encontrar al culpable.Alejandro y yo estábamos sentados en mi oficina que ya había sido reparada y ventilada. Él revisaba un informe policial. Yo tenía el vendaje más pequeño y discreto, pero sabía que la herida seguía allí, una bomba de tiempo esperando explotar.— La policía ha concluido su investigación. — dijo Alejandro, dejando el documento sobre el escritorio.— ¿Y bien? — pregunté, sintiendo la adrenalina.— Clasificado como intento de intimidación agravada con químicos corrosivos. No lograron rastrear al repartidor ni al origen de la caja. Como esperábamos, lo catalogaron como un intento fallido de asesinato o intimidación. No tienen pruebas para vincular a nadie.La poli
Lucas se acercó con un ramo de flores en la mano. Eran lirios blancos, las que a Isabela le gustaban. Me entregó el ramo y sentí que ni siquiera recordaba cuáles eran mis flores favoritas pero sé que no eran lirios.— Mi amor, qué terrible esto que te ha sucedido. — dijo Lucas, intentando sonar afligido, pero su voz vibraba de ansiedad. — Tenemos que encontrar al culpable cuanto antes, no podemos permitir que salga impune por hacerte esto semanas antes de nuestra boda.— ¿Osea que habría estado bien si lo hubiera hecho en cualquier otro momento? — Lo reté con la mirada, bajando el espejo de mano que me niego a soltar.Él no se preocupaba por mi dolor ni por el trauma, solo estaba preocupado por cómo mi rostro quedaría para el día de la boda.— El doctor… ¿El doctor te dijo si… si la cicatriz se podrá disimular para la boda? — Me preguntó, pero yo traté de fingir que estaba soltando las palabras al aire. — Nuestra boda es un evento social de alta magnitud. Si tú… si tu rostro no está p
Último capítulo