6.
Las puertas se abrieron de golpe después de que grité su nombre, la luz del exterior me encandiló y apenas logré refugiarme escondiendome bajo el saco de Alejandro, mi visión es distorsionada pero el soplo de aire del exterior me cosquillea en la piel, escucho apsos de varias personas y murmullos.
Las luces se encienden casi de manera automática, me cubró los ojos, me es muy dificil abrirlos luego de tantas horas en casi una oscuridad total, aun así me las arreglo para ver a aquella mujer rubia caminando con paso firme hacia Alejandro con una expresión asustada. As personas parecen sorprendidas de vernos en este estado, ni siquiera tengo fuerzas para abrir la boca y decir algo al respecto, mis dedos temblorosos se aferran al saco y mi campo de visión se apaga casi de manera automática después de haber exhalado un suspiro de alivio.
...
''¡Estás loco, sabías que no podías venir durante el mantenimiento!''
''¡No me mires con esa cara de perro, pudieron haber muerto!''
''¿Alejandro...? ¡