Una joven psicóloga se debate entre el amor de su juventud y un nuevo amor que le roba el aliento
Leer másEs el primer día de las clases de verano, me desperté y tome una ducha para alistarme y llegar temprano a la Universidad, como siempre pasaré al Café a saludar a Mel y tomarme el delicioso té chai que me prepara todas las mañanas para arrancar el día, su turno inicio a las 6am y a las 12pm que termina la vere en la escuela para tomar un almuerzo juntas y continuar con nuestros horarios el resto del día. Mel es mi mejor amiga, la conozco prácticamente de toda la vida, sus padres murieron cuando era pequeña y fue criada por una tía soltera Mildred que, aunque la ama intensamente no tiene los recursos económicos suficientes para mantenerlas a ambas, esta es la principal razón por la cual mi amiga debe trabajar duro para cubrir todos sus gastos y a veces también apoyar a su tía con los suyos.
En mi camino hacia el Café delante de mí caminaba un hombre con un traje muy elegante, impecable, llamo mi atención porque era un atuendo nada adecuado para un día caluroso de verano pero lo que realmente me impactó fue su aroma, dejaba el rastro del olor embriagador de su loción a su paso, estaba intoxicada por su aroma cuando noté que algo se le cayó al suelo, me apresuré a recogerlo, era un guante de piel, -si el traje fue raro, era aún más extraño con el clima de verano encontrar a alguien que llevara guantes de piel- pensé y de inmediato me adelante a alcanzarlo, toque su hombro llamando su atención y volteó a mirarme. - ¡Diosas! era un hombre realmente apuesto, sus ojos color miel, la forma de su rostro con su mandíbula bien marcada, con una barba perfectamente delineada, su nariz alargada y fina, sus labios con una sonrisa amable, su cabello un poco largo arreglado con cada rizo en su lugar – pensé para mí misma que era perfecto y me sonroje un poco al mirarlo, solo atiné en entregarle el guante y bajar mi mirada porque sentía que si sus ojos se encontraban con los míos podría descubrir mis pensamientos. – Eres muy amable, gracias por recuperarlo, habría pasado el resto del día buscándolo de no ser por ti, ¿vas a entrar? – me pregunto abriendo la puerta y haciéndose a un lado para permitirme pasar - asentí moviendo la cabeza y entre casi corriendo a la barra donde ya me esperaba Mel, me entregó el chai y sin decir una sola palabra tomé un sorbo tratando de ocultar mi rostro sonrojado detrás del vaso que sostenía con ambas manos. Mel detectó inmediatamente un comportamiento raro y me miró, sus ojos preguntándome que sucedía, yo dirigí mi propia mirada hacia el lugar donde el guapo desconocido se había sentado, señalándole a mi amiga la razón de mi nerviosismo. - ¡Es muy guapo! ¡Cuéntamelo todo! - susurro Mel emocionada, - En realidad no hay nada que contar, solo se le cayó su guante y yo se lo devolví, lo que me impresionó fue él, al verlo quede como hipnotizada- confesé, me sentía muy tonta ahora que ponía mis pensamientos en palabras, Mel me miró y miró de nuevo al galán – Parece que tu también lo impresionaste amiga, no ha dejado de mirarte y tiene una sonrisa muy linda por cierto – me susurró casi en un tono juguetón, una sensación corrió por mi cuerpo poniéndome la piel de gallina al sentirme observada por este guapo hombre. Me despedí y sin permitirme voltear salí del Café para dirigirme a la escuela, una vez que salí solté la respiración que estaba conteniendo y sonreí. Llego la hora del break, las clases de verano suelen tener un horario extendido, son como cursos intensivos en los que se debe cubrir el temario completo en poco tiempo, así que tenemos un par de descansos en el transcurso del día, me dirigía a la cafetería para almorzar con Mel, cuando pase por la oficina de la Coordinadora de Psicología y por la ventana lo vi, estaba ahí, sentado dándole la espalda a la ventana pero estaba segura que era él, ese traje, ese cabello, esa postura, no tenía duda que era él. - ¡Está aquí! - Le dije a Mel casi gritando - ¿Quién?, ¿Dónde? ¿De que estas hablando? – contestó confundida - El hombre de esta mañana, esta aquí, acabo de verlo, esta hablando con la Dra. Betty en su oficina, la cara de mi amiga cambió de confundida a sorprendida cuando miró en dirección de la oficina y se percató de que era cierto, ese hombre iba caminando con la Dra. Betty hacía la salida. Ambas nos quedamos atónitas y curiosas, comenzamos a especular teorías al respecto hasta que note la hora, faltaba un minuto para regresar a clase, me apresuré a regresar al salón, iba tan inmersa en mis pensamientos sin prestar atención a mi alrededor y casi en la entrada del salón de repente choque con alguien, todas mis cosas cayeron al suelo – ¡Perdón! Venía distraída y no te vi – me disculpé agachándome rápidamente para recuperar mis cosas – No te preocupes, ¿estas bien? – me dijo una voz masculina profunda que me ayudó a incorporarme tomando mi brazo, volteé a mirarlo – Profe… ¡Doctor Barranco! – exclamé sorprendida. Sabía que el Doctor Barranco iba a estar eventualmente de Profesor invitado en la Universidad este verano, estaba emocionada de conocerlo, pero este era el encuentro más torpe que jamás hubiera imaginado – Disculpe Doctor, me da mucho gusto conocerlo, soy una admiradora suya y estoy emocionada de escuchar su ponencia la próxima semana – dije avergonzada y ruborizada por toda la situación, con su mano señaló para que entrara al salón, entonces fue que me percaté que todos en la clase fueron testigos de mi accidente, el Profesor me sonrió y se hizo a un lado permitiéndome entrar primero y en seguida entro también – Su Profesora tuvo un tema personal muy delicado y no le será posible terminar con la clase de hoy y el resto del semestre, la Rectora me pidió reemplazarla y acepte, así que comencemos – se presentó y se dispuso a continuar con la clase. Se acabaron las clases y Mel y yo regresamos caminado a casa - ¡Que primer día tan acontecido amiga! – le dije soltando un suspiro, ella solo me miró y sonrió – ¡Y esto a penas empieza! – suspiró también.Me llamaron para cubrir algunos acompañamientos de último momento lo cual no me permitió pasar con las chicas tanto tiempo como habíamos querido, era importante aceptar porque contaría para mis prácticas y sobre todo porque mantenía mi mente alejada de mi propio drama, los días habían transcurrido sin noticias de Aldo y sin más notas anónimas lo cual me daba calma; mientras tanto Chris había tenido que salir del país por trabajo y el cambio de horario hizo imposible que pudiéramos coincidir para hablar, así que se mantuvo enviándome mensajes para que no lo olvidara, me gustaba despertar y encontrar su mensaje de buenos días, me hacía sentirlo cerca a pesar de la distancia.Las chicas se hicieron cargo de los planes para mi cumpleaños se encargaron prácticamente de todo, me consultaban uno que otro detalle por mensaje o en persona cuando coincidimos, pero incluso escogieron mi ropa y ambas se encargarían de peinarme y maquillarme ese día, sin duda si se lo proponen podrían conquistar e
Por la tarde logramos revivir y acomodar las cosas de Daly, no teníamos mucho espacio, pero éramos buenas para aprovecharlo al máximo, una vez dejamos todo listo salimos a comer algo, un plan mucho más tranquilo que el día anterior y nos pusimos al día con nuestra amiga. Le ha ido bastante bien en Alemania, igual que nosotras va a graduarse pronto, solo que ella en Negocios Internacionales, Mel en Gastronomía y yo en Psicología, en unos meses las tres seríamos profesionistas y saldríamos al mundo laboral a buscarnos la vida, eso nos ponía nerviosas y muy emocionadas, a penas podíamos esperar a que llegara el día de la graduación, Daly no estaría aquí para entonces, ya veríamos la forma de estar juntas ese día sin importar la distancia.Al volver a casa estábamos cansadas, sólo veríamos alguna película hasta que el sueño nos venciera, Daly me pidió su brillo labial y al buscarlo en mi bolsa encontré el sobre que había guardado el día anterior, lo había olvidado por completo, lo saque y
Estaba adelantando las tareas previendo no tener pendientes para los planes con Daly, no había notado lo tarde que era cuando llego un mensaje, era Chris, se disculpaba por la hora, el trabajo lo había dejado sin descanso hasta ahora, quería solo decirme que pensaba en mí y que no lo olvidara, le respondí y al notar que estaba despierta me pidió llamarme, accedí y me marcó, me recosté en mi cama para responder la llamada - ¡hola! No pensé que estarías despierta tan tarde, me alegra poder escucharte – dijo de inmediato – estaba adelantando unas tareas porque tendremos visita la próxima semana y quiero tener tiempo libre para recibirla y darle la atención que merece – le dije emocionada – ya veo, espero tener también tener un poco de tu atención – bromeó – ya veremos – le respondí Continuamos charlando al menos un par de horas más, le conté sobre Dalia, hablamos de temas triviales y seguimos vagando entre trivialidades y las actividades de cada uno, la plática fluía de un tema a otro s
- Sabes, es bastante interesante, la forma en la que habla tan casual y sin embargo nada común, su actitud directa, segura y su caballerosidad seguro por influencia londinense, me tienen intrigada, aunque he de confesar que lo que me cautivó fue su disposición para escuchar, estuvo ahí sentado oyendo cada palabra que salía de mi boca con atención y empatía, dándome replica y manteniendo la conversación fluida, respetando mis puntos de vista y exponiendo sus opiniones, tu sabes como soy cuando hablo de temas que me apasionan y como muy pocas personas tienen la paciencia de escucharme y compartir conmigo más que unos minutos; pues él parecía estar fascinado con todo lo que le decía, fue refrescante poder charlar con alguien así - Seguí compartiéndole mi experiencia, mis ojos iluminados y mi tono entusiasta me delataban – No me extraña, así sucede cuando alguien te importa y ustedes parecen estar locos el uno por el otro – me respondió – Nos hemos visto un par de veces, ¿no crees que es
Me tomo un instante despertar cuando escuché la alarma sonar, llego a mi mente el recordatorio de mi encuentro con Chris, los nervios volvieron y en un momento me sorprendí a mí misma pensando en Aldo, solo había tenido una relación significativa y fue hace tiempo, lo recordaba como mi primer amor un joven muy dulce y agradable, alto, delgado, cabello castaño, muy sencillo; y yo guardaba recuerdos muy lindos de todo lo vivido con él; compartimos nuestra primera cita, primer beso, éramos “nuestro primer todo”, estábamos creciendo juntos, experimentando el amor romántico y jurándonos estar el uno con el otro para siempre, hasta que un día sin previo aviso tuvo que irse, algo estaba pasando con su familia, nunca supe que con certeza; al principio pensamos que podríamos seguir a pesar de la distancia, después las llamadas se fueron haciendo menos, los mensajes y los correos se quedaban sin respuesta, hasta que finalmente me rendí, habían pasado un par de años y no volví a tener noticias s
Al día siguiente ya Mel había salido a cubrir su turno, yo me levante un poco mas tarde de lo normal, así que tuve que salir corriendo para tener tiempo de pasar por mi té, el camino aconteció sin encuentros raros esta vez y llegue a la barra a saludar a mi querida amiga y recibir el chai que como siempre ya estaba listo, casi a punto de despedirme note un olor familiar, mi estómago se hizo nudo y mi corazón se aceleró un poco ante el recuerdo de ese aroma, al voltear, ahí estaba de nuevo el desconocido guapo de ayer, me miró y me sonrió -¡hola! – dijo en un tono muy amable -¡hola!- respondió Mel haciéndome una expresión con sus ojos que me invitaba a responder también -¡hola!- dije finalmente mi voz sonando más entusiasta de lo que había pensado.-Me da gusto encontrarte de nuevo, ayer no tuvimos tiempo de conversar, no pude si quiera preguntar el nombre de la rescatadora de mi guante- dijo mirándome, en sus ojos se notaba que en serio le daba gusto verme – oh soy Rebeca – respondí,
Último capítulo