En un mundo sin humanos, donde licántropos, brujas, dragones y criaturas antiguas conviven entre sombras y pactos olvidados, Agatha solo desea una cosa: ser aceptada. Hija de un Omega e hijastra de una poderosa Alfa, su vida da un vuelco tras la inesperada unión entre ambos. Pronto se ve arrastrada a un hogar lleno de secretos, hermanastros que resultan ser compañeros predestinados... y un pasado que respira a través de leyendas. Pero el destino tiene planes más oscuros. Mientras la luna tiñe el cielo con tonos inusuales, un antiguo poder despierta, exigiendo amor verdadero, lealtad absoluta y una conexión inquebrantable entre almas elegidas. Agatha no lo sabe aún, pero sobrevivir no será suficiente. Deberá decidir si confiar, luchar… o dejarse consumir por un destino que no ha pedido.
Leer másTodas mis clases eran con Rowan. Kael, Cillian, Darion, Edrik y Theron tenían clases diferentes porque iban un ciclo más avanzado que nosotros. Me molestaba un poco, después de todo, Rowan era el chico que inicio el bullying hacia mi, lo que hacía un poco desagradable la rutina.Al entrar al aula, mi tranquilidad de la mañana se hizo trizas en un segundo.Justo cuando estaba por cruzar la puerta, sentí cómo alguien me ponía el pie. No tuve tiempo de reaccionar; mi cuerpo se impulsó hacia adelante como si hubiera pisado una cáscara de plátano en una caricatura. Volé por los aires y aterricé de cara en el suelo.Silencio.Y luego... risas."¡Vaya, qué aterrizaje!" se burló uno de los amigos de Rowan. "¿Practicas gimnasia o simplemente eres así de torpe?""Nah, es natural. Lo llaman "gracia de arrimada"" añadió otro, riéndose con descaro."¡Dios, qué patética!" intervino una chica (Lisa, la novia de Rowan) que, hasta ahora, no había hablado. Se cruzó de
A la mañana siguiente, desperté más relajada de lo habitual, lo que me pareció extraño. Desde que llegué a esa casa, siempre había despertado con alguna dolencia o confusión. Pero esa mañana, todo parecía más tranquilo. Miré el reloj: eran las 6:30 a.m. Era lunes, el día en que debía prepararme para ir a la Academia (La academia no era solo una escuela. Allí enseñaban desde lo básico —control emocional, coordinación en manada, el vínculo con el lobo interior— hasta lo más avanzado: alquimia de sangre, liderazgo alfa, rituales de luna llena... Todo organizado por ciclos de edad. A los 18, aprendías a sobrevivir contigo mismo. A los 23, se esperaba que pudieras guiar una manada.).Me levanté de la cama con una sensación de calma que no recordaba haber experimentado antes. Tenía una hora y media antes de que comenzara la rutina diaria, así que me dirigí al baño para darme una ducha. El agua caliente relajó mis músculos, y cuando salí, me sentí lista para enfrentar el día.Mi un
Cuando el médico se fue, me quedé pensativa, aún con la fiebre en el cuerpo, aún así, algo en mi interior me decía que necesitaba distraerme. Al mirar a Kael, noté que estaba en modo -hombre responsable-, tan serio y atento. "Kael..." lo llamé suavemente, buscando esa mirada en sus ojos que me hiciera sentir menos sola en ese momento. "¿Qué tal si seguimos con las películas?" le mencioné. Hice un puchero exagerado, mis labios ligeramente hacia abajo, y le lancé una mirada juguetona. Sabía lo que estaba haciendo. Mi tono era coquetón, y me aseguré de que mis ojos brillaran con una chispa traviesa. " Por favor..." dije con un tono más suave, acompañando el puchero con una pequeña inclinación hacia adelante, como una niña mimada, pero también juguetona. "No quiero que se acabe la tarde, y aún falta mucho de la película". Kael me miró por un segundo, levantando una ceja, como si estuviera por negarse, pero ento
Mis labios se apretaron contra los suyos con una pasión desenfrenada, mientras mis manos se deslizaban por su cuello, buscando el contacto, buscando sentirlo más cerca. Sentí su cuerpo tenso bajo el mío, pero no se apartó, al contrario, me atrajo aún más hacia él. Su respiración se aceleró, y en el espacio entre nuestros labios, percibí la necesidad, la tensión, el deseo que ya no podíamos ignorar. Sus dedos enredándose en mi cabello, tirando con la fuerza justa para hacerme jadear. Su agarre era firme, inflexible, un marcado contraste con el calor de su aliento en mi cuello. Podía sentir la tensión en su cuerpo, cómo sus músculos se tensaban como un depredador listo para atacar. Sus labios rozaron mi oreja, y la calidez de su lengua trazó un camino que me provocó escalofríos. Mi corazón latía con fuerza en mi pecho, a un ritmo errático, como si no pudiera decidir si acelerar o detenerse por completo. Pero no me aparté. No podía. Su presencia era embria
La cena había terminado y la casa se encontraba en un ambiente extraño de silencio. Los hermanos se dispersaban, cada uno hacia su propio rincón. Mientras Edrik seguía contando sus chistes, la figura de Darion se mantenía firme y callada en su asiento.Su presencia era casi tan imponente como la sombra que proyectaba sobre la pared, y yo no podía evitar fijarme en él. Con su cabello negro y revuelto, que caía en mechones desordenados sobre su frente, y sus ojos violetas, que brillaban con una intensidad inquietante, Darion parecía sacado de un sueño extraño. Aunque no era el tipo de persona que solía llamar la atención de forma obvia, en su quietud había algo hipnótico, algo que hacía que uno no pudiera dejar de observarlo.En un momento, me sorprendió ver que se levantaba de la mesa y se dirigía hacia mí. Era una acción tan inesperada que casi no supe cómo reaccionar."¿Te importa si hablamos un momento?" dijo Darion, rompiendo el silencio con su voz profunda
Cuando Kael salió de la habitación, la puerta se cerró con un golpe sordo. El eco de su partida retumbó en las paredes, dejándome sola en la habitación con Theron. Mi corazón aún latía a un ritmo acelerado, pero no por la emoción que había sentido en el encuentro con Kael, sino por lo que sucedió antes de que cayera. Mi mente aún estaba abrumada por la tensión, por la cercanía de Theron. Pero no podía quedarme allí, enfrentando una situación tan incómoda.Theron se quedó allí, inmóvil, observándome como si estuviera esperando una reacción que, al parecer, no llegaba. Pero antes de que pudiera levantarme, él rompió el silencio."No quiero ser tu compañero" dijo en un tono tan claro y directo que me hizo detenerme en seco.No era una sorpresa, pero el escuchar esas palabras de su boca me hizo sentir aún más incómoda, dolida y con un vacío muy profundo que solo emanaba dolor. ¿Por qué me lo decía con tanta frialdad? ¿Es que no había manera de evitar esto? ¿Por qué tenía que ser yo la que
La habitación estaba en penumbra, las sombras danzaban en las paredes como si estuvieran vivas. Mi corazón se aceleró antes de entender como. El aire era denso, cargado con algo que no podía identificar, algo que me erizaba la piel. Di un paso al frente, y entonces sucedió. Una mano, firme e inflexible, se enredó en mi cabello, tirándome hacia atrás con una fuerza que me dejó sin aliento."¿Quién te dejó entrar?" La voz de Theron era baja, un gruñido que me recorrió los huesos. Su agarre se apretó, acercándome más hasta que su calor me presionó. Su pecho subía y bajaba con respiraciones pesadas, sus fosas nasales se dilataron al apoyarse en mi cuello.Su nariz rozó mi piel y me quedé paralizada. Mi cuerpo reaccionó antes de que mi mente pudiera reaccionar. Un escalofrío me recorrió la espalda, pero no era miedo; era algo más oscuro, algo primitivo. Su aliento caliente contra mi cuello, podía sentir la tensión en su cuerpo, como un depredador listo para atacar."¿Por qué hueles así?"
Esa mañana desperté más exhausta de lo normal, con una pesadez que se aferraba a mi cuerpo como si no quisiera dejarme ir. Fue entonces cuando escuché una voz emergiendo desde lo más profundo de mi ser."Agatha... algo en esta casa no está bien. No me siento bien."Era Nyx, mi loba. Su presencia era tan inusual que, por un momento, dudé si realmente la había escuchado o si solo era el eco de mi propia inquietud. Casi nunca hablaba, casi nunca se hacía notar. Su silencio constante me había convertido en un blanco fácil en la escuela. Sin la fuerza de mi loba, muchos me veían como una simple Omega, alguien a quien podían pisotear sin consecuencias.Pero no lo era. Yo no era débil. Me defendía como podía, con palabras afiladas y una voluntad inquebrantable. Sin embargo, en este mundo, la voluntad no era suficiente. La fuerza lo era todo. Y sin Nyx para respaldarme, físicamente, no tenía ninguna.Apreté los labios, sintiendo el eco del silencio en mi interior. Nyx rara vez hablaba, rara v
Me quedé allí, observando cómo las puertas se cerraban detrás de ellos, dejando un vacío de silencio en la mansión. Mis hermanastros seguían ahí, pero parecía que mi presencia era tan bienvenida como una piedra en el zapato. Decidí que era el momento de hacer algo para romper el hielo."Oigan, ¿alguien aquí tiene hambre? Porque creo que la última vez que comí algo fue antes de que el sol se pusiera"dije, fingiendo mirar mi reloj con exageración.Miré a Cillian, que me respondió con la misma indiferencia de siempre, pero al menos no me había fulminado con la mirada. Theron ni siquiera me prestó atención, mientras que Kael... bueno, Kael tenía esa cara de "si hablas, me molestas". Así que me giré hacia Darion, que parecía un poco más dispuesto a tolerarme."No, en serio" continué, tratando de no perder el tono gracioso "¿Qué tal si dejamos de ser tan dramáticos por un segundo y nos vamos a cenar? No prometo un festín digno de reyes, pero les aseguro que nadie va a morir de hambre."Cill