Short
Amor contaminado

Amor contaminadoES

Cuento corto · Cuentos Cortos
Isabela Herrera  Completo
goodnovel4goodnovel
11Capítulos
6leídos
Leer
Añadido
Resumen
Índice

Después de desmayarme por el punzante dolor que sentía, supe que el lugar de alfa en la manada del Bosque Gris de mi pareja, Mateo Rojas, era heredado de su hermano fallecido en combate. Él no solo había heredado todo el poder de su hermano, sino que además también había heredado a su viuda, su anterior pareja, Lucía Molina. Decidí pedir el divorcio enseguida, pero él se negó de manera rotunda y, llorando, me aseguró: —Solo puedo heredar la manada del Bosque Gris si le doy un hijo a Lucía. Camila Paredes, te prometo que solo te amo a ti. Una vez que ella quede embarazada, podremos estar juntos sin ningún tipo de problema. Ese año, Mateo pasó cincuenta y cuatro noches en la habitación de Lucía. Al principio, era solo una vez al mes, pero pronto se convirtió en casi dos veces por semana. Al final, la noticia de que Lucía estaba embarazada llegó a la mañana después de la quincuagésima cuarta noche que pasé sentada, esperando ansiosa en la oscuridad. Y fue en ese preciso momento en que mi corazón se quebró por completo. Sin embargo, cuando escapé fingiendo mi muerte con el niño, Mateo, sin importarle el cargo de alfa que casi tenía entre sus manos, enloqueció y comenzó a buscarnos por todo el mundo.

Leer más

Capítulo 1

Capitulo1

De no haber sido por la mirada suplicante de Tomás Rojas, llorando porque no podía dormir sin ver a su papá esta noche, juro que jamás habría vuelto a pararme como tonta frente a la puerta de la habitación de Lucía.

Sin embargo, me costaba levantar demasiado la mano para tocar. Esa puerta, como un símbolo maldito, no hacía más que despertar en mí los más dolorosos recuerdos.

Un año atrás, en un día aparentemente normal en el que jugaba con mi hijo, una punzada insoportable me atravesó el cuerpo como una descarga. Sentí que no podía respirar.

Fue entonces cuando descubrí a mi compañero, Mateo, semidesnudo, acostado en la misma cama que Lucía.

El dolor de su traición me fue tan insoportable que me desmayé en el acto.

—Quizás, los consejeros ancianos pusieron algo en el vino…—fue lo primero que escuché al despertar.

Mateo estaba a los pies de mi cama, suplicando mi perdón con lágrimas en los ojos.

—Mi hermano murió a manos de traidores. No dejó descendencia. Según las leyes de Bosque Gris…

—¿Y por eso decidiste acostarte con su pareja? —lo interrumpí, furiosa, mientras mis uñas se clavaban con rabia en la palma de mi mano.

Mateo, de repente, me sujetó por la muñeca con fuerza.

—¡Solo es para tener un hijo! Los consejeros ancianos dijeron que si Lucía queda embarazada, entonces podré heredar el cargo de alfa…

Yo le pedí romper el vínculo. Quería terminar nuestra unión de una vez por todas. Pero Mateo se arrodilló ante mí sin dudarlo, con una daga de plata presionando su propio pecho, y me juró, con una mezcla de desesperación y determinación:

—Camila, solo si le doy un hijo a Lucía podré heredar la manada del Bosque Gris. Te lo juro, la única que amo eres tú. En cuanto ella quede embarazada, por fin podremos estar juntos, sin tener que escondernos.

Después de eso, me obligaron a tomar un brebaje preparado por una bruja, uno que supuestamente podía bloquear el dolor que causa la infidelidad de un compañero marcado.

Mateo me encerró como a un animal. No me dejó salir del castillo, ni comunicarme con nadie del exterior, tras cortar todos mis lazos con el mundo fuera de esos muros.

Al principio, Mateo iba a ver a Lucía con desgana, apenas una vez al mes.

Después, empezó a ir una vez por semana… Luego, cada dos días.

Y, con cada visita, su actitud se volvía más voluntaria, más entusiasta y feliz. Ya no necesitaba que los consejeros ancianos lo presionaran.

Hasta hoy, esta noche en particular, la sexta vez que Mateo visitaba con agrado la habitación de Lucía.

Pensando en el ruego de mi hijo, apreté los dientes con rabia y me obligué a levantar la mano. Pero, justo cuando estaba a punto de tocar, vi, a través de la ventana entreabierta, a Mateo empujando a Lucía con deseo contra la mesa.

Los jadeos bajos de Mateo se mezclaban con el crujir insistente de la madera bajo sus cuerpos.

—Te dije que te daría un hijo, pero no pienses ni por un segundo que puedes compararte con Camila —gruñó entre dientes.

—Ah, ¿no? —Lucía, con la cara encendida por el deseo, replicó—. Tú mismo dijiste que ella es fría en la cama, que no tiene ni la tercera parte de mi pasión. Yo te vuelvo loco con solo tres días de ausencia.

Mateo no respondió. Solo la embistió con más fuerza, como si esa fuera la única verdad que le quedaba.

Los sonidos que salían del interior eran cada vez más ofensivos, lujuriosos e insoportables.

Lucía, como si pudiera sentir mi presencia, giró la cara y me lanzó una mirada desafiante.

Yo cerré los ojos con desesperación, sintiendo que el alma se me desgarraba por dentro. Luego, sin hacer ruido, me di la vuelta y me alejé.

Resulta que mientras yo aún me aferraba a la ilusión de que nuestra relación podía salvarse, Mateo ya había caído, una y otra vez, en el abismo de noches embriagadas de deseo y desenfreno… Rendido ante el cuerpo de otra.

Desplegar
Siguiente Capítulo
Descargar

Último capítulo

Más Capítulos

Último capítulo

No hay comentarios
11 chapters
Capitulo1
Capitulo2
Capitulo3
Capitulo4
Capitulo5
Capitulo6
Capitulo7
Capitulo8
Capitulo9
Capitulo10
Explora y lee buenas novelas sin costo
Miles de novelas gratis en BueNovela. ¡Descarga y lee en cualquier momento!
Lee libros gratis en la app
Escanea el código para leer en la APP