Después de que se reveló la verdad sobre los orígenes de Lucía —que no era de sangre pura, sino una hija ilegítima fruto de la unión entre un noble lobuno y una humana corriente—, su posición y estatus social dentro de la manada del Bosque Gris se fue desplomando de manera repentina.
Ella, que tanto había presumido de su linaje noble para menospreciar a los guerreros de sangre común y corriente, ahora se veía rodeada por esas mismas personas, quienes no perdieron oportunidad para vengarse con sarcasmo y comentarios envenenados.
—¿Así que la sangre azul se diluye con lo plebeyo? —Le decían con algunas sonrisas fingidas—. Qué ironía… nos despreciabas y, al final, resultó que eres menos loba que muchos de nosotros.
Los mismos consejeros ancianos que la habían alabado sin descanso fueron los primeros en exigirle algunas explicaciones por su mentira.
Ella, desesperada, se encerró en el castillo con la única carta que le quedaba: su embarazo.
Se escondía detrás de su estado de salud como s