El día de la ceremonia del Marcado, no me esperaban flores ni ser reconocida. Sin embargo, lo que recibí fue la noticia de que mi pareja, Liam, había sido atrapado por una tormenta de nieve… y que no quedaba rastro de su cuerpo. Perdí al amor de mi vida. Y el cachorro que crecía en mi vientre… perdió a su padre. Estuve a punto de morir de tristeza. Pero todos me decían: —Aurora, piensa en tu bebé, al menos sigue por él. El día del funeral, Juan, el hermano gemelo de Liam que custodiaba la frontera del territorio, regresó con su compañera. Cada vez que veía ese rostro idéntico al de Liam, el corazón me daba un vuelco. Hasta que una noche, por accidente, escuché una conversación entre mi suegra, la vieja Luna, y Juan: —Liam, tienes que hacerlo. Tu hermano murió por salvarte. Tu cuñada está sola. Cuando tenga a su bebé y esté más fuerte, harás la ceremonia del Marcado con ella. Después de un silencio pesado, escuché la voz del supuesto Juan responder: —¿Y qué pasa con Aurora? Ella está esperando a mi hijo… —Aurora es una chica fuerte, y comprensiva —dijo Luna tras suspirar—. Ella entenderá. —Está bien, madre —respondió con resignación —, haré lo que me pides. Y fue en ese momento cuando lo comprendí todo. Liam no estaba muerto. ¡El hombre que fingía ser Juan… era él! Con el corazón hecho trizas, tomé el teléfono y llamé a mi hermano, que vivía en el sur del territorio. —Hermano, quiero volver a casa. Liam está muerto. Ya no tiene sentido que me quede aquí.
Leer másSeguí a mi hermano lejos de aquel lugar de dolor, y regresé al territorio donde él vivía. Allí, llevé una vida tranquila.Me esforcé por olvidar el pasado, por olvidar a Liam, por enterrar todos esos recuerdos dolorosos.Sin embargo, cada vez que la noche caía y todo se volvía silencioso, su rostro regresaba a mi mente, junto con los momentos hermosos que compartimos.Ese día, estaba con mi hermano en el patio recogiendo hierbas cuando escuchamos que llamaban a la puerta.Mi hermano frunció el ceño y fue a abrir.Al abrir, Liam estaba ahí, arrodillado, con el rostro cubierto de sangre. Sus ojos estaban llenos de dolor y arrepentimiento.Mi hermano lo reconoció de inmediato, y la rabia lo consumió. Le soltó un puñetazo sin dudarlo.—¡¿Tienes el descaro de presentarte aquí?!Liam no se defendió. Recibió el golpe sin moverse, arrodillado todavía.—Solo quiero ver a Aurora una vez más. Por favor, te lo ruego.Mi hermano se preparaba para golpearlo otra vez, pero me levanté y lo detuve. Mir
Liam se quedó atónito por un momento. Recogió el sobre y, al abrirlo, encontró mi carta de despedida.—Liam, sin ti a mi lado, quedarme en esta casa no tiene ningún sentido para mí.—Cada vez que veo a tu hermano, me acuerdo de ti. La tristeza no me deja dormir noche tras noche.—Por eso, me voy. Regreso a mi hogar, a empezar una nueva vida.Al terminar de leer la carta, Liam se sintió como si un rayo lo hubiera alcanzado. Se acurrucó en el suelo, apretando la carta con fuerza mientras las lágrimas le nublaban la vista.El mayordomo, al verlo así, se apresuró a consolarlo:—Señor Liam, no se aflija tanto. La señorita Aurora, desde donde esté, no querría verlo así.Liam alzó la cabeza de repente, con los ojos inyectados en sangre:—¡No! No puedo quedarme así. ¡Debo saber qué pasó exactamente antes de que Aurora cayera por el acantilado!A pesar de su debilidad, se incorporó con esfuerzo y ordenó al secretario:—¡Investígalo! Quiero saber todos los movimientos de Aurora antes del acciden
—¿¡Qué!?El rostro de Liam cambió drásticamente; parecía como si un rayo lo hubiera alcanzado. Cayó al suelo como una marioneta sin hilos, perdiendo el conocimiento.Cuando Liam volvió en sí, ya estaba en el hospital.Se incorporó de golpe, agarrando al mayordomo por el cuello de la camisa:—¿Dónde está Aurora? ¿Está bien? ¿La han encontrado?El hombre negó con la cabeza, visiblemente incómodo:—Liam, el equipo de rescate ya ha salido a buscarla, pero… el acantilado es muy alto. La probabilidad de que haya sobrevivido es casi nula.Los ojos de Liam se inyectaron en sangre. Empujó al mayordomo y se tambaleó hacia la salida, diciendo:—Voy a buscarla. Está sola ahí fuera, debe de tener miedo...El mayordomo y los guardias lo siguieron de inmediato. Liam avanzaba como si cada paso le costara el alma, hasta que por fin llegó al borde del acantilado.Miró hacia abajo, al abismo sin fin, temblando como una hoja.—¡Aurora!Su grito desgarrador se perdió entre las montañas, rebotan
No dije nada, simplemente recordé el pasado.Cuando llegó la noticia de la muerte de Liam, me enfermé gravemente por el dolor. Ni siquiera pude asistir a su funeral, mucho menos ver su cuerpo.Cuando salí del hospital, lo único que quedaba de él era su tumba. Pero confiaba en los cinco años de amor que habíamos compartido. Jamás pensé que todo podría haber sido una mentira.Freya, en cambio, lo tomó con total despreocupación. Se acercó a la cama y me miró desde arriba, con superioridad. —Aurora, ¿de verdad aún no te has dado cuenta de que Liam siempre te tomó por una tonta?Apreté los puños con fuerza, luchando por controlar mi enojo. Pero Freya se mostraba cada vez más orgullosa. Se inclinó hacia mí y me susurró al oído:—¿Sabías que Liam es increíblemente dulce conmigo? Ni siquiera me deja servirme un vaso de agua. Me acompaña a hacer las compras, de viaje, y hasta me regaló la piel de zorro blanco más valiosa del clan. Todos saben que yo soy su compañera, y tú... tú solo eres
Las lágrimas volvieron a brotar con fuerza, me agaché con dolor y rompí en un llanto desgarrador.Una enfermera se acercó rápidamente y me dio unas palmaditas en el hombro.—Señorita, ¿se encuentra bien? Si no desea realizar la cirugía hoy, podemos reprogramarla para otra ocasión.Me tapé los oídos con fuerza, mientras las lágrimas caían como perlas sin hilo.Sabía que aún amaba a Liam. Aunque me había engañado y herido, no podía olvidarlo y sentía que mi corazón se desgarraba de dolor.Con manos temblorosas, acaricié mi vientre y recordé el latido del corazón del bebé que había escuchado durante la ecografía.En ese momento, mi corazón se derritió. Aunque solo fuera por el bebé, quería darle a Liam otra oportunidad, quería intentarlo.Me limpié las lágrimas, tomé el teléfono y marqué el número de Liam.—¿Hola? ¿Aurora? —preguntó, al otro lado de la línea—. ¿Pasa algo? Ahora mismo no puedo hablar...—Necesito preguntarte algo... —comencé a decir. Pero, antes de que pudiera t
Se quedó paralizado por un instante, los ojos se le pusieron ligeramente rojos, y alzó los brazos como si quisiera abrazarme. Pero, cuando sus manos quedaron suspendidas en el aire, pareció recordar la identidad que debía fingir.Tras un segundo de desconcierto, recuperó la compostura y sonrió con suavidad, mientras decía:—Aurora, extrañas tanto a Liam, que hasta me confundes con él. Pero no te preocupes. Yo cuidaré de ti y del bebé… por mi hermano.Aunque sus palabras sonaban llenas de afecto, yo no quería los cuidados de un «cuñado». Yo quería que me cuidara… como Liam.Bajé la cabeza, apretando los puños con fuerza y luchando contra el impulso de confrontarlo, de preguntarle directamente si era Liam. Porque sabía que, aunque lo hiciera, no me diría la verdad, y lo único que lograría era crear tensión, alertarlo y hacer más difícil mi partida. Así que elegí el silencio.Liam no pareció notar nada raro. Me dio una palmadita en el hombro, y, con una voz suave y cariñosa, dijo:
Último capítulo