Vivian descubre que la relación clandestina en la que ha estado con su jefe, no es más que un juego sucio para mantenerla retenida, así que decide dimitir de su trabajo, pero tendrá que estar con el una última vez para lograr su libertad, sin imaginarse que de esa noche quedará un recordatorio que se convertirá en su mayor amor. La vida de Tayron Reyes llena de poder y control comienza a cambiar cuando su antigua asistente y amante, regresa siendo otra mujer y con un niño de su mano.
Leer másLos espacios de aquella oficina con olor a cuero y bergamota, acompañaban a Vivian Kudryavtseva mientras deslizaba su carta de renuncia sobre aquel escritorio.
Su mano temblaba levemente. Llevaba cinco años no solo siendo una simple asistente era la sombra detrás del crecimiento de aquel imperio hotelero. Pero la conversación que escucho por error aquella mañana hace dos semanas entre Sergio Cortés y su jefe lo habían cambiado todo —¿Bueno amigo ya tomaste una decisión? —pregunto Sergio. —¿De que hablas?— Inquirió Tayron. —Ya sabes sobre tu asistente y tu prometida, Luisa, ella regresa en un mes después de año nuevo. —No hay nada que decidir, sabes que me voy a casar con Luisa, tengo que hacerlo para que mi familia no pueda arrebatarme nada, no lo permitiré solo por complacer a Vivian. —¿Entonces dejaras que se incorpore en el buffet Ramírez? —No —¿Cómo? No te entiendo amigo, que vas hacer con ella —La enviaré de vacaciones unos meses que viaje visitando los hoteles en Italia y Grecia, mientras me caso y soluciono todo con Luisa, y luego cuando regrese la convenceré que siga siendo mi amante, no dejaré que me deje ella me pertenece es mía y solo mía. Sergio soltó una carcajada lasciva —Creo que estás loco, pero no te critico Vivian es algo… difícil de evadir — Fue buena mi idea de que la sedujeras hace dos años y de haber agregado esa píldora en su licor. Tayron bufo, sintiéndose poderoso. Esa risa del hombre que amaba, aún quemaba su interior. […] Tayron golpeo la mesa con sus nudillos sacando a Vivian de sus pensamientos —¿Qué es esto? — Es mi carta de dimisión, señor ... ya Vivian no pudo continuar, cuando una carcajada sórdida y llena de desaprobación la detuvo, su piel se erizo y sus piernas temblaron levemente, pero mantuvo su compostura, observando las gotas de lluvia que caían incesantes por los cristales de suelo a techo de la ventana de aquella jaula llamada oficina. — ¿Crees que puedes solo dejarme, e irte así como así?— murmuró acercándose. Y su aliento con olor a whisky invadió su espacio —¿Es por ella? >>¿Ella?, ahora lo reduce a su compromiso, cuando lo único que deseo es mi libertad, tener mi vida de regreso<< Pensó Vivian, aclarando su garganta — Señor, no es un tema personal, ya he cumplido con lo que usted me asigno, y es momento de que desarrolle mi carrera. Tayron apretaba el documento en sus manos con su mandíbula tensa, ¿Qué le sucedía a Vivian?. Y lo que más le molestaba era que sentía que estaba perdiendo el control de la situación y sobre ella — Esta bien, quiero ver que lo intentas, no habrá Buffet en las islas Baleares que te contrate sin mi aprobación. — Si tanto quieres irte — ¡LARGATE! no quiero ver tu sucia cara Vivian vio el documento caer a sus pies, ese era el final de su vida laboral como la asistente principal de Tayron Reyes, el gran Ceo de la cadena hotelera más grande del mediterráneo RY International, Inc. Contuvo las lágrimas que luchaban por salir de sus ojos verdes claros y sin levantar su vista del documento se giró y salió de la oficina cerrando la puerta detrás de ella, ya sola, trago saliva y camino temblorosa hasta su escritorio, organizo todo sobre este y tomo la pequeña caja que contenía sus pertenencias “Cara sucia” se repitió, así que negó dando una última mirada a lo que fue su lugar de trabajo durante los últimos cinco años, luego camino hacia el ascensor privado de la presidencia. Su corazón martillaba en el descenso solitario de ese elevador, llego al sótano del edificio acomodo la caja en el asiento de su pequeña motocicleta scooter Tina T10 de Triumph, en color azul marino, se puso su casco de aviador y tomando aire salió del lugar. — ¿Se retira tan temprano señorita Vivian? — pregunto el hombre de seguridad del edificio —Si Charles, hoy no tenía mucho trabajo, felices fiestas navideñas para tu familia y para ti El hombre quedo desconcertado con la sonrisa pesada de Vivian, ella siempre irradiaba luz, pero lucia apagada y triste — Igual para usted señorita Vivian soltó un aire, como un suspiro largo y pesado y vio por última vez el hermoso edificio, de los pocos en Mallorca con esa majestuosidad, luego encendió su motocicleta y dejo que las lágrimas cayeran por sus mejillas, ya no llovía, pero las calles de Palma estaban húmedas y el vapor se desprendía de ellas en una neblina que dejaba divisar un hermoso arcoíris, que se reflejó en los ojos de la joven. No lo podía negar su corazón dolía, estaba nuevamente abandonando lo que fue su lugar por los últimos años, pero como no hacerlo después de descubrir que el hombre al que amaba y había entregado todo de si, solo la manipulaba y usaba como su juguete sexual, ella nunca espero que la convirtiera en su mujer, pero al menos merecía respeto. >>Fue muy cruel<< […] Los pitidos de los claxones sacaron a Vivían de sus pensamientos —¡VIVIAN…! Movió su cabeza y vio a la mujer que había sido su salvadora, Sahara Morozova, estaciono su motocicleta y entro a la cafetería Cappuccino Sant Miquel, un hermoso recinto al aire libre con mucha vegetación y mesas en carpas acompañadas del amarillo de las paredes. — ¿Cómo te fue con el ogro?— dijo en forma graciosa Sahara. — Bien, creo Sahara movió su mano de forma cómica y invito a Vivían a tomar asiento, luego levanto la mano y realizo la orden, sabía que Vivían había soltado mucho. —No te preocupes mañana sentirás iniciar una nueva vida, tus abuelos están emocionados por conocerte. —¿Segura Saa? —Claro Princesa ya verás, Moscú te va ha sentar muy bien y podrás hacer lo que de verdad te apasiona. Vivian amplio su sonrisa, eso esperaba alejarse de Tayron, para siempre. […] Mientras comía seguían llegando recuerdos… Hacia dos años cuando ella se graduó, decidió que era el momento de desarrollar su profesión como abogada, era su sueño, había trabajado por tres años para RY International, Inc, y su trabajo había sido muy bueno. Pero ella quería ser abogada como su madre, como hablaba con muchos de los empleados de los hoteles, rápidamente se supo que ella se iba a retirar de la cadena RY International, Inc. Cuando Tayron se enteró de esto, se propuso conquistarla, ella pensó que todo había sido casualidad, de hecho el la hizo pensar que había sido su culpa. […] —Bueno hermosa ahora, vas a tu casa, te das un baño relajante, y das una despedida a las cosas buenas que te llevas de Mallorca, es una isla hermosa. Dijo Sahara guiñando su ojo mientras salían de la cafetería —Gracias Saa! … No tomes tanto y disfruta la noche —Igual tu mi niña —A las 06:00H nos vemos en la entrada. Sahara asintió con una sonrisa mientras Vivían volvía a viajar rumbo a su pequeño departamento en Sa vileta. Estaciono su motocicleta y retiro su caja, e ingreso por las escaleras al cuarto piso del pequeño edificio de color rojo, su favorito, ingreso la llave a la cerradura y tomando aire ingreso, y como se lo había dicho Sahara preparo un baño, quería ver una película y disfrutar de su último día en Mallorca, su hogar, donde había nacido, pero dónde también había descubierto, la maldad de las personas. *** Por otra parte Tayron quería incendiar su oficina, después de que Vivían se marcho, estallo en ira, bebió una botella de whisky, y su escritorio termino destrozado, ya su camisa siempre prolija no tenía botones, su cabello estaba desorganizado y sus venas resaltaban azules bajo su piel teñida de canela, odiaba no tener el control. >>¿Quién se cree, para amenazarme con marcharse, soy Tayron Reyes, a mí nadie me deja<< Se dijo, luego tomo su teléfono y escribió a Sergio Cortes, su mejor amigo Tayron: [Oye, bastardo donde estas?🤬] Sergio:[Ha, estas enojado nuevamente, estoy en el club] Tayron se levantó y organizo medianamente su atuendo y salió apretando su teléfono en una mano junto a la carta de dimisión de Vivian y en la otra las llaves de su auto. Entro en su ascensor privado y obturo el botón al último sótano, allí se guardaban sus bebes un GT Mustang y un Bentley continental. Monto el Mustang negro y salió como cualquiera de sus tardes. Tomo la avenida principal de Palma mientras el sol teñia de narajas y rojos el cielo y su cabello era movido por el viento. Un caos Perfecto Con su figura ancha y músculos proporcionados, su cabello castaño y su barba perfectamente pulida y esos ojos verdes intensos, bajo sus lentes de sol negros. Era como un cuadro, el Mustang solo en la carretera frente al mar siendo dominado por uno de los hombres más cotizados y poderosos de la ciudad. El rugido de su motor desaceleró, frente al exclusivo Rosa del Mar Club. Descendió con su expresión fría carente de emociones externamente, pero que estaba siendo afectada por el hecho de que la mujer sobre la cual ejercía su poder se estaba volviendo un problema a solo días de la llegada de su prometida.Vivian se quejo internamente. >>¿Por qué termine en esto? >Enserio ¿Esto es una maldita broma?>¿Y ahora que le pasa?<< Las nuevas actitudes de Tayron hacia ella la confundían. ¿Qué
Sergio salió demasiado tarde de su pensamiento cuando vio que Sofía ya salía rápido jalando a Brad. >>¿Pueden ser familia?<< —Tayron… — dijo al hombre que también buscaba otra salida del lugar— hermano yo te llevo Sergio palmeo el hombro de Tayron que pregunto—¿Entonces Vivian te disculpo? Sergio paso la mano por su cabello, mientras la puerta por donde salían se abría. —Créeme amigo, casi me arrodilló. —Ja claro. Sergio levanto sus hombros, le agradaba tener a Vivian de su lado, aunque sabía que no podía volver a ser como era antes. Además porque quería a Sofía con el. Tayron dudo si subir al auto de Sergio, pero le había pedido a Carlos, mantener todo en una investigación privada, nada de medios, Vivian era una heredera con mucho poder. Así que nadie sabía que el estaba allí. Subió al coche, tenía que regresar a primera hora.—Bueno pero no creo que hayas venido por Vivian ¿Y quién te dijo? —Vine por Sofía. Sergio sonrió y arranco el BMW. —¿Qué? No vayas a …
Martin y Romano descendieron frente al Rosa del Mar Club, luciendo sus camisas Versace y sus pantalones PT Torino. Eran hombres prepotentes, narcisistas que creían que el mundo les pertenecía, con un gran ego infundado. —Sergio cuñadito, que gusto verte. Martin palmeo el hombro de Sergio que se encontraba en la barra del club. Había tenido que asistir aquella noche porque llegaría un cliente importante para la cadena. —No puedo decir lo mismo ¿Y que te trae a Mallorca? — Sergio respondió con desgano, no soportaba al italiano estirado y gilipollas que se había conseguido su hermana como futuro esposo. —Trabajo, pero te presento el es mi socio y CEO de Medici Studio Legale Associato, Romano Medici. Sergio levanto su ceja y estiro su mano saludando a Romano. —Bueno espero que disfruten del lugar y su estadía en Mallorca. Sergio termino y pidió a uno de sus hombres dirigir a Martin y Romano a una de las salas privadas, para que su hermanita no le hiciera una escena. Ingreso a su o
Vivian observaba el puerto de Palma desde el hermoso ventanal de la oficina de Tayron. —Vivian aquí está el documento — dijo Tayron regresando. —No sabía que Palma, se podía ver tan bella desde este lugar — Vivian giro su rostro y sonrió. Tayron trago saliva mientras su corazón golpeaba con violencia en su pecho. Esos meses se habia mantenido a distancia de Vivian, pero ya estaba divorciado y no deseaba más que recuperarla. Se acercó dejando el papel sobre el escritorio —No me digas que nunca lo notaste. —No, nunca cruce la línea — Vivian recordaba que por respeto, tenia una línea imaginaria sobre aquella oficina. —¿Línea? — Tayron acortó más la distancia. —Olvídelo es tema pasado — Vivian regreso su mirada sobre los yates y barcos que arribaban en el puerto. —Vivian … quería volver a darte las gracias, por apoyarme en toda esa odisea. Y me gustaría que viajarás conmigo a Sevilla. —No es necesario que me siga dando las gracias, es mi trabajo. Y no podría via
—¿Preparado? — Vivian pregunto al hombre junto a ella, frente al enorme palacio de justicia y juzgados municipales de Mallorca. —Si …Terminemos con esto. Tayron ingreso decidido con su frente en alto, el litigio de divorcio no había sido fácil en sus audiencias previas, habían pasado dos meses y aquella mañana de inicios de verano calurosa por fin finalizaría aquella tortura, que fue su matrimonio con Luisa García. —Buen día señor Reyes. Señora Kudryavtseva — los saludo Andrés Pineda. El abogado de familia que estaba apoyando a Vivian en todo el proceso. —Buen día Andrés ¿Qué podemos esperar a las respuestas de la juez? Se llevaría acabo el juicio aquella mañana de martes, los abogados creían que se tendrían un par de audiencias adicionales, pero el juzgado, ya había analizado las pruebas y los puntos de cada una de las partes. —Es bueno que den veredicto, dilatar el proceso nos llevaría a un letargo innecesario. Tayron se sentía inquieto bajo su fachada de alivio y hiel
—¿Y entonces como se hace ese tal White Russian? — Inquirió Sofía con una sonrisa coqueta al camarero detrás de la barra. El hombre alistó la copa larga mientras agregaba los ingredientes del cóctel —Agregamos Vodka— le sonrió a Sofía —un poco de Kahlúa y terminamos con crema— deslizó la copa por la barra de cristal a las manos de Sofía guiñando su ojo. Sofia estaba encantada con aquel italiano que servía con agilidad los tragos y coqueteaba con ella de vez en cuando. —Que tal, me das uno igual al de la dama. Sofia giro su rostro encontrándose con la figura de Sergio que le sonrió. —¿Usted? — Sofía estaba sorprendida. —¿Le molesta si me hago a su lado? El italiano detrás de la barra extendió la bebida a las manos de Sergio que tomo la copa y la levanto en señal de brindis a Sofía y bebió el líquido. Sofia soltó una risita, el mundo era pequeño por qué tenía que encontrarse de tantas personas precisamente con Sergio Cortés. —¿Enserio le gusta esto?— Sergio se tra
Último capítulo