Luisa descendió de su Porche amarillo frente al Rosa del Mar Club, luciendo un hermoso vestido negro de lentejuelas.
—Luci, amor bienvenida.
Una hermosa mujer de piel durazno, cabello negro ondulado y ojos negros la recibió con animosidad.
—Hola, Deb.
—Huy ¿Pero que paso porque ese ánimo? ¿No me digas tu marido nuevamente?
Luisa asintió, así que la mujer pidió rápidamente una nueva ronda de tragos.
—¿Siguen los problemas, con los Ramírez?
Pregunto Débora Cruz, la mejor amiga de Luisa desde la preparatoria y hermana menor de Sofía.
—Más o menos, esos bastardos, se metieron en un buen lío, dejándonos jodidos, ahora una firma extranjera, quien sabe de dónde va ha representarnos— Luisa bebió de su trago molesta.
—No amiga dejemos eso a un lado, sabes que de abogados y problemas legales no me gusta saber— una sonrisa pícara se dibujo en los labios de Débora— ¿Mejor dime qué vas hacer, te vas a divorciar?
Luisa levanto sus hombros
—Para ello tengo que esperar a los abogados.
Déb